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Santoral meditado por el P. Jesús - 17. página

10 de Junio / San Juan Dominici, Arzobispo de Ragusa y Cardenal

Entre los registros del Beato Juan Dominici que han llegado a nosotros, hay una breve biografía escrita por San Antonino, Arzobispo de Florencia, así como un retrato pintado del famoso Fray Angélico, en los muros de la catedral de San Marcos.

San Juan era un florentino de origen humilde que vino al mundo en 1376. A los 18 años recibió el hábito de los dominicos, en el priorato de Santa María Novella, pese a cierta oposición causada por su falta de educación y su tendencia a tartamudear. Pero aquellas carencias quedaron compensadas por su extraordinaria capacidad de retener en la memoria lo que aprendía. El Santo se convirtió en poco tiempo, en uno de los mejores teólogos de su época y en un predicador elocuente. Escribió los ‘laudi’o himnos en la lengua vernácula. Después de terminar sus estudios en la Universidad de París, dedicó 12 años a la enseñanza y la predicación en Venecia. Se le nombró prior en Santa María Novella. En Fiésole y en Venecia, fundó nuevas casas para monjes y estableció un convento para monjas dominicas, llamado Corpus Christi. Desde aquí trabajó para introducir o restablecer la estricta regla de Santo en varios prioratos.

Asimismo, se preocupó muchísimo para que se impartiese una educación cristiana a la juventud y fue el primero en combatir las perniciosas tendencias de la nueva herejía que comenzaba ya a ser un peligro: el humanismo. En 1406, asistió al cónclave que eligió al Papa Gregorio XII. Después fue el confesor y consejero del Pontífice y éste, le consagró Arzobispo de Ragusa y Cardenal de San Sixto.
Murió en Buda, Hungría, el 10 de junio de 1419. Su culto fue confirmado en 1832.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Juan Dominici, Arzobispo de Ragusa y Cardenal

Aunque hay santos que padecen deficiencias, Dios todo lo soluciona para sus intereses, como hizo con Juan Dominici, Arzobispo de Ragusa y Cardenal. Muchas veces lo que llamamos ‘desgracias’ son pruebas de Dios para superarnos a nosotros mismos y demostrar que con Dios todo se puede, porque: ¡con Dios todo se puede!

P. Jesús

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Junio / Solemnidad del Corpus Christi

A fines del siglo XIII surgió en Lieja, Bélgica, un Movimiento Eucarístico cuyo centro fue la Abadía de Cornillón fundada en 1124 por el Obispo Albero de Lieja. Este movimiento dio origen a varias costumbres eucarísticas, como por ejemplo la Exposición y Bendición con el Santísimo Sacramento, el uso de las campanillas durante la elevación en la Misa y la fiesta del Corpus Christi. Santa Juliana de Mont Cornillón, por aquellos años priora de la Abadía, fue la enviada de Dios para propiciar esta Fiesta. La santa nace en Retines cerca de Liège, Bélgica en 1193. Quedó huérfana muy pequeña y fue educada por las monjas Agustinas en Mont Cornillon. Cuando creció, hizo su profesión religiosa y más tarde fue superiora de su comunidad. Murió el 5 de abril de 1258, en la casa de las monjas Cistercienses en Fosses y fue enterrada en Villiers. Desde joven, Santa Juliana tuvo una gran veneración al Santísimo Sacramento. Y siempre anhelaba que se tuviera una fiesta especial en su honor. Este deseo se dice haber intensificado por una visión que tuvo de la Iglesia bajo la apariencia de luna llena con una mancha negra, que significaba la ausencia de esta solemnidad. Juliana comunicó estas apariciones a Mons. Roberto de Thorete, el entonces obispo de Lieja, también al docto Dominico Hugh, más tarde cardenal legado de los Países Bajos y a Jacques Pantaleón, en ese tiempo archidiácono de Lieja, más tarde Papa Urbano IV. El obispo Roberto se impresionó favorablemente y, como en ese tiempo los obispos tenían el derecho de ordenar fiestas para sus diócesis, invocó un sínodo en 1246 y ordenó que la celebración se tuviera el año entrante; al mismo tiempo el Papa ordenó, que un monje de nombre Juan escribiera el oficio para esa ocasión. El decreto está preservado en Binterim (Denkwürdigkeiten, V.I. 276), junto con algunas partes del oficio. Mons. Roberto no vivió para ver la realización de su orden, ya que murió el 16 de octubre de 1246, pero la fiesta se celebró por primera vez al año siguiente el jueves posterior a la fiesta de la Santísima Trinidad. Más tarde un obispo alemán conoció la costumbre y la extendió por toda la actual Alemania. El Papa Urbano IV, por aquél entonces, tenía la corte en Orvieto, un poco al norte de Roma. Muy cerca de esta localidad se encuentra Bolsena, donde en 1263 o 1264 se produjo el Milagro de Bolsena: un sacerdote que celebraba la Santa Misa tuvo dudas de que la Consagración fuera algo real. Al momento de partir la Sagrada Forma, vio salir de ella sangre de la que se fue empapando en seguida el corporal. La venerada reliquia fue llevada en procesión a Orvieto el 19 junio de 1264. Hoy se conservan los corporales -donde se apoya el cáliz y la patena durante la Misa- en Orvieto, y también se puede ver la piedra del altar en Bolsena, manchada de sangre. El Santo Padre movido por el prodigio, y a petición de varios obispos, hace que se extienda la fiesta del Corpus Christi a toda la Iglesia por medio de la bula «Transiturus» del 8 septiembre del mismo año, fijándola para el jueves después de la octava de Pentecostés y otorgando muchas indulgencias a todos los fieles que asistieran a la Santa Misa y al oficio. Luego, según algunos biógrafos, el Papa Urbano IV encargó un oficio -la liturgia de las horas- a San Buenaventura y a Santo Tomás de Aquino; cuando el Pontífice comenzó a leer en voz alta el oficio hecho por Santo Tomás, San Buenaventura fue rompiendo el suyo en pedazos. La muerte del Papa Urbano IV (el 2 de octubre de 1264), un poco después de la publicación del decreto, obstaculizó que se difundiera la fiesta. Pero el Papa Clemente V tomó el asunto en sus manos y, en el concilio general de Viena (1311), ordenó una vez más la adopción de esta fiesta. En 1317 se promulga una recopilación de leyes -por Juan XXII- y así se extiende la fiesta a toda la Iglesia. Ninguno de los decretos habla de la procesión con el Santísimo como un aspecto de la celebración. Sin embargo estas procesiones fueron dotadas de indulgencias por los Papas Martín V y Eugenio IV, y se hicieron bastante comunes a partir del siglo XIV. La fiesta fue aceptada en Cologne en 1306; en Worms la adoptaron en 1315; en Strasburg en 1316. En Inglaterra fue introducida de Bélgica entre 1320 y 1325. En los Estados Unidos y en otros países la solemnidad se celebra el domingo después del domingo de la Santísima Trinidad. En la Iglesia griega la fiesta de Corpus Christi es conocida en los calendarios de los sirios, armenios, coptos, melquitas y los rutinios de Galicia, Calabria y Sicilia. Finalmente, el Concilio de Trento declara que muy piadosa y religiosamente fue introducida en la Iglesia de Dios la costumbre, que todos los años, determinado día festivo, se celebre este excelso y venerable sacramento con singular veneración y solemnidad; y reverente y honoríficamente sea llevado en procesión por las calles y lugares públicos. En esto los cristianos atestiguan su gratitud y recuerdo por tan inefable y verdaderamente divino beneficio, por el que se hace nuevamente presente la victoria y triunfo de la muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

*Más información en: http://www.aciprensa.com/Eucaristia/index.html

Fuente: ACI Prensa

Comentario, por el P. Jesús

Solemnidad del Corpus Christi

Y está verdaderamente Dios en Cuerpo y Alma en la Sagrada Hostia, por eso salir con Ella por calles y lugares públicos es lo que la Iglesia, por disposición de los Papas, puede hacer y hace. Salir con Dios a la calle y mostrar al pueblo que Dios es Dios y los ama, los ama tanto que va al encuentro de ellos, con su Cuerpo y Alma reales.

Se pierden las tradiciones; poco sale el Señor en la fiesta del Corpus Christi, y menos sale con cada uno de nosotros siendo otros Cristos como deberíamos ser.

Dios está contigo. Tú lo recibes cuando vas a comulgar, si es que no estás en pecado mortal, y entonces tú honras y das gloria a Dios, y Dios sale contigo por las calles y plazas y habla con quien tú hablas, si tú tienes Su amor viviendo en tu corazón. Sé portador de Dios.

P. Jesús
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31 de Mayo / Fiesta de la Visitación de la Virgen María

Luego que María Santísima oyó del ángel Gabriel que su prima Isabel también esperaba un hijo, sintióse iluminada por el Espíritu Santo y comprendió que debería ir a visitar a aquella familia y ayudarles y llevarles las gracias y bendiciones del Hijo de Dios que se había encarnado en Ella. San Ambrosio anota que fue María la que se adelantó a saludar a Isabel puesto que es la Virgen María la que siempre se adelanta a dar demostraciones de cariño a quienes ama.

Por medio de la visita de María llevó Jesús a aquel hogar muchos favores y gracias: el Espíritu Santo a Isabel, la alegría a Juan, el don de Profecía, etc, los cuales constituyen los primeros favores que nosotros conocemos que haya hecho en la tierra el Hijo de Dios encarnado. San Bernardo señala aquí que desde entonces María quedó constituida como un «Canal inmenso» por medio del cual la bondad de Dios envía hacia nosotros las cantidades más admirables de gracias, favores y bendiciones.

Además, nuestra Madre María recibió el mensaje más importante que Dios ha enviado a la tierra: el de la Encarnación del Redentor en el mundo, y en seguida se fue a prestar servicios humildes a su prima Isabel. No fue como reina y señora sino como sierva humilde y fraterna, siempre dispuesta a atender a todos que la necesitan.

Este fue el primero de los numerosos viajes de María a ayudar a los demás. Hasta el final de la vida en el mundo, Ella estará siempre viajando para prestar auxilios a quienes lo estén necesitando. También fue la primera marcha misionera de María, ya que ella fue a llevar a Jesús a que bendijera a otros, obra de amor que sigue realizando a cada día y cada hora. Finalmente, Jesús empleó a su Madre para santificar a Juan Bautista y ahora ella sigue siendo el medio por el cual Jesús nos santifica a cada uno de nosotros que somos también hijos de su Santa Madre.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Fiesta de la Visitación de la Virgen María

Dios se da al mundo cuando los santos aman al mundo, porque Dios hace un todo con el santo, como pidió Jesús al Padre: “Que sean uno como nosotros”.

La Santísima Virgen María, fue a dar las gracias de Dios a su prima Isabel, e Isabel se llenó del Espíritu Santo y profetizó.

María, una y otra vez, nos da a Su Hijo Dios. No lo esconde, no tiene miedo de darlo, porque es madre y Madre de Dios.

Las santas madres preparan a sus hijos para darlos al mundo, para que ayuden a Dios a hacer un mundo mejor.

Si tú eres madre, ya sabes cual es tu plan de vida: Dar a Dios en la vida de tus hijos; que vivan la fe y den a Jesús al mundo para que el mundo se llene de Dios. La imitación a la Madre de Dios es para vosotras, madres, el camino de la Verdad que os da y da Vida.

P. Jesús

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11 de Junio / San Bernabé, Apóstol

A pesar de que San Bernabé no fue uno de los doce elegidos por Jesucristo, es considerado Apóstol por los primeros padres de la Iglesia, aún por San Lucas, a causa de la misión especial que le confió el Espíritu Santo y de su activa tarea apostólica.

Bernabé era un judío de la tribu de Levi, había nacido en Chipre; su nombre original era el de José, pero los Apóstoles lo cambiaron al de Bernabé que significa ‘hombre esforzado’. Se le menciona en las Sagradas Escrituras, en el cuarto capítulo de los Hechos de los Apóstoles; se menciona la venta de sus propiedades.

El Santo fue elegido para llevar el Evangelio a Antioquía, instruir y guiar a los neófitos. Para esta misión obtuvo la cooperación de San Pablo. Los dos predicadores obtuvieron gran éxito; Antioquía se convirtió en el gran centro de evangelización y fue ahí donde, por primera vez, se dio el nombre de Cristianos, a los fieles seguidores de Cristo. Tiempo más tarde, se les encomendó una nueva misión y partieron a cumplirla, acompañados por Juan Marcos. Primero se trasladaron a Seleucia y después a Salamina, en Chipre. Luego llegaron a Pafos, donde convirtieron al procónsul romano Sergio Paulo, navegaron hasta Perga en Pamfilia, donde Juan Marcos los abandonó. En Iconium, en Licaonia, estuvieron a punto de morir apedrados. En Listra, San Pablo curó milagrosamente a un paralítico y los habitantes paganos los confundieron con dioses. De regreso a Antioquía pasaron por todas las ciudades que habían visitado para confirmar y ordenar presbíteros. Surgieron ciertas diferencias entre San Pablo y San Bernabé, por lo que decidieron separarse. San Bernabé partió entonces hacia Chipre, acompañado de Juan Marcos, para visitar las iglesias que ahí se habían fundado.

Alrededor del año 60 ó 61, San Bernabé ya había muerto. Se dice que fue apedrado hasta morir en Salamina.Otra tradición nos lo presenta como predicador en Alejandría y en Roma y además como primer obispo de Milán.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Bernabé, Apóstol

A los santos se les elige para una Misión de apostolado y ellos cumplen, como cumplió San Bernabé.

Hay quien no sabe ni cumplir con su deber de estado; a éste, cualquier Misión especial, venida de Dios, no la podrá llevar a cabo.

Medita en mis palabras de hoy y en la biografía de San Bernabé y sabrás que quizás no estás preparado para la santidad, para cumplir la Misión que Dios te ha encomendado, piensa: ¿Cumples con tu deber de estado?… … … ¿Y piensas ser santo?

P. Jesús

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13 de Junio / San Antonio de Padua, Doctor de la Iglesia (1231)

Nace en Lisboa en 1195. A los 27 años se hizo franciscano y tomó el nombre de Antonio en recuerdo de San Antonio Abad. Fue a evangelizar al Africa pero el clima y el trabajo lo enfermaron. Se embarcó para España pero una tempestad lo llevó a Italia. Allí y en Francia predicó previniendo a la gente para que no se dejara engañar por los herejes albigenses.

Fijó su residencia en Padua, ciudad universitaria. Allí consiguió los mejores frutos de sus sermones y adquirió una fama inmensa. León XIII lo llamó «el santo de todo el mundo», porque su imagen y su devoción se encuentran por todas partes.

Fue un evangelizador incansable. Repetía que el gran peligro del cristiano es predicar y no practicar, creer pero no vivir de acuerdo con lo que se cree. Los favores que consigue son inmensos. Es más amado e invocado por el pueblo humilde que ve en él un protector de los pobres y necesitados.

Murió el 13 de junio de 1231, a los 35 años. La ciudad de Padua ha conservado sus restos con enorme devoción durante más de siete siglos, construyéndole una bellísima basílica. Dios quiso glorificar su sepulcro obrando allí infinidad de milagros. El Papa Gregorio XI lo declaró santo al año de muerto. Pío XII lo declaró «Doctor Evangélico». La gente experimenta que él conmueve a los ricos para ayudar a los pobres y consigue buenos matrimonios.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Antonio de Padua, Doctor de la Iglesia (1231)

San Antonio de Padua, puede hacer mucho por ti, aún hoy. Eso es lo bueno que tiene ser Santo, que aunque uno muere, no ‘muere’, porque por misericordia de Dios, puede seguir repartiendo los milagros que Dios concede a través de él. ¿No te gustaría ser un santo de estos a los que la muerte no deja que sigan obrando por amor de Dios? Sí, sé que te gustaría, entonces, medita su consejo y advertencia:

“…el gran peligro del cristiano es predicar y no practicar, creer pero no vivir de acuerdo con lo que se cree”.

P. Jesús

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15 de Junio / Santos Vito, Modesto y Crescencia, Mártires

El culto a estos tres santos se remonta a tiempos muy antiguos; sus nombres aparecen en el llamado martirologio de San Jerónimo o Hieronymianum. Dieron su vida por la fe en la provincia romana de Lucania, en el sur de Italia.

La veneración a San Vito se extendió tanto por Alemania, que su nombre se incluyó entre los Catorce Santos Protectores y se le consideró como patrono especial de los epilépticos y de los afectados por esa enfermedad nerviosa llamada ‘Baile de San Vito’, tal vez por eso se le tiene también por protector de los bailarines y actores. Asimismo, se le invocaba contra el peligro de las tormentas, contra el exceso de sueño, mordeduras de serpientes y contra todo daño que las bestias pueden hacer a los hombres. A menudo se le representa acompañado de alguna fiera. San Vito, Modesto y Crescencia, a los que se le atribuían poderes sobrenaturales, murieron por negarse rotundamente a rendir sacrificio a los dioses. Fueron sometidos a diversas torturas de las que salieron ilesos. Los mártires murieron en Lucania, agotados por sus sufrimientos.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santos Vito, Modesto y Crescencia, Mártires

A veces te puede parecer que estás agotado de sufrir, que ya no puedes más, y es por cosas del mundo; pero si todo ello lo ofreces a Dios y aceptas tanto dolor sin devolver mal por mal y perdonando a todos los que te dañan, entonces tú, con Cristo, te estás santificando. ¡Dios te hace santo!

Los santos como San Vito, Modesto y Crescencia, aguantaron por amor a Dios, por su fe, tormentos sin fin, que los llevaron al fin de su vida llenos de amor a Dios. Tú, tú que amas tanto a Dios, no te extrañes pues de que tienes una vida difícil, llena de dolores y pruebas, y es que Dios te quiere santo. ¡Sé santo! Vas a salir de estas, pero luego de un tiempo vendrán otras y otras más, distintas y quizás no tan duras, pero, oh amado de Dios, la Santidad se gana a golpes de corazón: renunciando a devolver mal por mal y perdonando a todos. Dios te ama si sufres tanto. Piensa en el Cielo, oh amado de Dios. Dios purifica tus excesos y cubre tu alma de los abusos de sentimentalismos que la ponen una y mil veces en peligro. Sé recio, se Santo: ¡Por Dios!

P. Jesús
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1 de Septiembre / San Gil

Ermitaño de origen griego que vivió entre los siglos VI y VII. Algunas leyendas piadosas lo consideraban un rico heredero emigrado de Marsella, y establecido como anacoreta en un bosque, en la desembocadura del río Ródano. Con el tiempo edificó un monasterio. 

Se le atribuyen algunos milagros, y la piedad en el Medioevo lo llamó: Abogado de los pecadores, por haber ayudado en su conversión al Rey Carlos; Protector de pobres, tullidos, arqueros, por haber sido herido por una flecha; Abogado contra el miedo y el incubo, por ayudar a una cierva en peligro; y Defensor contra las enfermedades del cáncer y la epilepsia, llamada «mal de San Gil». 

Se le consideró uno de los «14 santos auxiliares». Se le representa como anacoreta, con varios atributos: cierva, lirio, flecha clavada en el brazo, dos puertas (regalo del Papa a su monasterio) y un mensaje celeste en una filacteria por haber descubierto un pecado oculto del Rey Carlos y hacérselo confesar.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Gil

Ayudar a Dios; los santos son los que ayudan a Dios. Hay quien hace obras buenas para si mismo,  y estos,  aunque hacen obras buenas, no son santos, y aunque ayudan a Dios, no son santos, porque lo ayudan al ayudarse a su vanagloria y no por amor a Dios.

A veces, llamamos santos a personas buenas que se gozan en su propia bondad; normalmente los santos no serían buenos si no fuera porque doblegan su personalidad y todo lo hacen por amor a Dios, por caridad. Como lo hizo San Gil, y por eso Dios actúa en ellos y hacen tantas cosas grandes para el bien de Dios.

P. Jesús
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18 de Junio / San Gregorio Barbarigo

Nació en Venecia en 1625. Al cumplir los veinte años fue escogido por el gobierno veneciano como acompañante del embajador Luigi Contarini, al famoso Congreso de Munster, donde los representantes de Alemania, Francia y Suecia, firmaron el tratado de Westfalia, el 24 de octubre de 1648, y así pusieron fin a la guerra de Treinta Años.

En 1657, el Papa Alejandro VII, le nombró obispo de Bérgamo y en 1660, le consagró cardenal; cuatro años más tarde, fue transferido al obispado de Padua. Era benigno y misericordioso, su piedad se mostraba sobre todo a los que sufrían o estaban en desgracia.    Con el propósito de fomentar la cultura, fundó un colegio y un seminario que tuvieron gran renombre.

A las dos instituciones las dotó con imprenta propia y una biblioteca bien surtida, particularmente con los escritos de los Padres de la Iglesia y los estudios sobre las Sagradas Escrituras.

San Gregorio Barbarigo murió el 15 de junio de 1697 y fue beatificado en 1761 y canonizado por S.S. Juan XXIII, el 26 de mayo de 1959.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Gregorio Barbarigo

Como San Gregorio Barbarigo hay que dar preferencia a la sabiduría, porque hay que saber lo que no se sabe para aprender a ser mejor cada día.

Todo lo que te aleje de la bondad, incluídos algunos estudios sociales o entretenimientos, si no son de provecho para tu alma y vida entera de perfecta felicidad en la bondad, mejor elijas aprender lo que te va a ser fuente de alegría, de paz y bondad.

P. Jesús

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18 de Junio / Santos Marcos y Marcelino

Un rayo que cayó en el castillo fue la causa del terrible fuego que amenazaba a todas luces alcanzar el polvorín o almacenes de pólvora de la ciudad y cuya explosión hubiera sido una catástrofe tanto en pérdida de vidas humanas como de viviendas y bienes. 

El apresurado rezo a los santos del día en aquel apuro hizo que milagrosamente se detuvieran las llamas en la misma zona inmediatamente próxima al almacén de munición. Las personas que se supieron protegidas por la intercesión de los santos mártires Marcelino y Marcos pidieron a las autoridades eclesiásticas sea oficialmente reconocida la protección de los santos que les libraron al final de aquella terrible tormenta.  

Un decreto de la Sagrada Congregación de Ritos faculta al Deán y Cabildo para elegirlos patronos menos principales de la ciudad de Badajoz. Una vez ejecutado, es aprobado por el Obispo Juan Marín Rodezno, el 13 de junio de 1699.   Su celebración es sólo para la ciudad.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santos Marcos y Marcelino

La oración todo lo puede, como pueden los Santos interceder por nosotros y Dios, por su intercesión, hace milagros; hechos sin explicación; cosas buenas y que nos son una bendición.

Pidamos a los Santos del día, cada día, que intercedan por nosotros y por el mundo entero. Seamos almas de oración, eso agrada a Dios y recibimos muchas ayudas del Cielo.

Sed buenos y rezad y confiad con los que antes de nosotros han rezado y obraron con bondad extraordinaria y por eso están en el Cielo Eterno.

P. Jesús

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19 de Junio / San Romualdo Fundador de los Camaldulenses. Año 1027.

La muerte de un pariente suyo a manos de su propio padre durante un duelo, hizo que el joven escapase horrorizado, y se internase en un monasterio cercano, donde permaneció por tres años en la más absoluta austeridad y fervor. El anuncio del Evangelio fue uno de sus más grande sueños, y contando con el permiso del Papa, decidió partir a Hungría para iniciar su misión evangelizadora. Una terrible enfermedad impide su viaje, San Romualdo, se da cuenta que el Padre Celestial no lo quería para esa misión. Por treinta años, el santo fundó numerosas ermitas y monasterio por toda Italia. El monasterio más famosos es el de Camáldoli, fundado alrededor del año 1012, y donde impuso reglas aún más severas que la de San Benito, dando inicio a una nueva congregación llamada Camaldulense, en la cual unió la vida cenobítica con la eremítica. Luego de permanecer algunos años en Camáldole, retornó a sus viajes apostólicos. Pero la muerte lo sorprendió mientras estaba visitando la región de Val-di-Castro, falleciendo el 19 de junio de 1027. 
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Romualdo significa: glorioso en el mando. El que gobierna con buena fama. (Rom: buena fama Uald: gobernar). 
En un siglo en el que la relajación de las costumbres era espantosa, Dios suscitó un hombre formidable que vino a propagar un modo de vivir dedicado totalmente a la oración, a la soledad y a la penitencia, San Romualdo.

San Romualdo nació en Ravena (Italia) en el año 950. Era hijo de los duques que gobernaban esa ciudad. 
Educado según las costumbres mundanas, su vida fue durante varios años  bastante descuidada, dejándose arrastrar hacia los placeres y siendo víctima y esclavo de sus pasiones. Sin embargo de vez en cuando experimentaba fuertes inquietudes y serios  remordimientos de conciencia, a los que seguían buenos deseos de enmendarse y propósito de volverse mejor. A veces cuando se internaba de cacería en los montes, exclamaba: «Dichosos los ermitaños que se alejan del mundo a estas soledades, donde las malas  costumbres y los malos ejemplos no los esclavizan».

Su padre era un hombre de mundo, muy agresivo, y un día desafió a pelear en duelo con un enemigo. Y se llevó de testigo a su hijo Romualdo. Y sucedió que el papá mató al adversario. Horrorizado ante este triste espectáculo, Romualdo huyó a  la soledad de una montaña y allá se encontró con un monasterio de benedictinos, y estuvo tres años rezando y haciendo penitencia. El superior del convento no quería  recibirlo de monje porque tenía miedo de las venganzas del padre del joven, el Duque de  Ravena. Pero el Sr. Arzobispo hizo de intermediario y Romualdo fue admitido como un monje benedictino.

Y le sucedió entonces al joven monje que se dedicó con tan grande fervor a orar y hacer penitencia, que los demás religiosos que eran bastante relajados, se sentían muy mal comparando su vida con la de este recién llegado, que hasta se  atrevía a corregirlos por su conducta algo indebida y le pidieron al superior que lo alejara del convento, porque no se sentían muy bien con él. Y entonces Romualdo se fue a vivir en la soledad de una montaña, dedicado sólo a orar, meditar y hacer penitencia.

En la soledad se encontró con un monje sumamente rudo y áspero, llamado Marino, pero éste con sus modos fuertes logró que nuestro santo hiciera muy notorios progresos en su vida de penitencia en poco tiempo. Y entre Marino y Romualdo lograron dos notables conversiones: la del Jefe civil y militar de Venecia, el Dux de Venecia (que más tarde se llamará San Pedro Urseolo) que se fue a dedicarse a la vida de oración en la soledad; y el mismo papá de Romualdo que arrepentido de su antigua vida de  pecado se fue a reparar sus maldades en un convento. Este Duque de Ravena después sintió la tentación de salirse del convento y devolverse al mundo, pero su hijo fue y logró convencerlo, y así se estuvo de monje hasta su muerte.

Durante 30 años San Romualdo fue fundando en uno y otro sitio de Italia conventos donde los pecadores pudieran hacer penitencia de sus pecados, en total soledad, en silencio completo y apartado del mundo y de sus maldades.

El por su cuenta se esforzaba por llevar una vida de soledad, penitencia y silencio de manera impresionante, como penitencia por sus pecados y para obtener la conversión de los pecadores. Leía y leía vidas de santos y se esmeraba por imitarlos en aquellas cualidades y virtudes en las que más sobresalió cada uno. Comía poquísimo y dedicaba muy pocas horas al sueño. Rezaba y meditaba, hacía penitencia, día y noche.

Y entonces, cuando mayor paz podía esperar para su alma, llegaron terribles tentaciones de impureza. La imaginación le presentaba con toda viveza los más sensuales gozos del mundo, invitándolo a dejar esa vida de sacrificio y a dedicarse a gozar de los placeres mundanos. Luego el diablo le traía las molestas y desanimadoras tentaciones de desaliento, haciéndole ver que toda esa vida de oración, silencio y penitencia, era una inutilidad que de nada le iba a servir. Por la noche, con imágenes feas y espantosas, el enemigo del alma se esforzaba por obtener que no se dedicara más a tan heroica vida de santificación. Pero Romualdo redoblaba sus oraciones, sus meditaciones y penitencias, hasta que al fin un día, en medio de los más horrorosos  ataques diabólicos, exclamó emocionado: «Jesús misericordioso, ten compasión de  mí», y al oír esto, el demonio huyó rápidamente y la paz y la tranquilidad volvieron al alma del santo.

Volvió otra vez al monasterio de Ravena (del cual lo habían echado por demasiado cumplidor) y sucedió que vino un rico a darle una gran limosna. Sabiendo Romualdo que había otros monasterios mucho más pobres que el de Ravena, fue y les repartió entre aquellos toda la limosna recibida. Eso hizo que los monjes de aquel monasterio se le declararan en contra (ya estaban cansados de verlo tan demasiado exacto  en penitencias y oraciones y en silencio) y lo azotaron y lo expulsaron de allí. Pero sucedió que en esos días llegó a esa ciudad el Emperador Otón III y conociendo la gran santidad de este monje lo nombró abad, Superior de tal convento. Los otros tuvieron que obedecerle, pero a los dos años de estar de superior se dio cuenta que aquellos señores  no lograrían conseguir el grado de santidad que él aspiraba obtener de sus religiosos y renunció al cargo y se fue a fundar en otro sitio.

Dios le tenía reservado un lugar para que fundara una Comunidad como él la deseaba. Un señor llamado Málduli había obsequiado una finca, en región montañosa y apartada, llamada campo de Málduli, y allí fundo el santo su nueva comunidad que se llamó «Camaldulenses», o sea, religiosos del Campo de Málduli.

En una visión vio una escalera por la cual sus discípulos subían al cielo, vestidos de blanco. Desde entonces cambió el antiguo hábito negro de sus religiosos, por un hábito blanco.

San Romualdo hizo numerosos milagros, pero se esforzaba porque se mantuviera siempre ignorado en nombre del que los había conseguido del cielo.

Un día un rico al ver que al hombre de Dios ya anciano le costaba mucho andar de pie, le obsequió un hermoso caballo, pero el santo lo cambió por un burro, diciendo que viajando en un asnillo podía imitar mejor a Nuestro Señor.

En el monasterio de la Camáldula sí obtuvo que sus religiosos observaran la vida religiosa con toda la exactitud que él siempre había deseado. Y desde el año 1012 existen monasterios Camaldulenses en diversas regiones del mundo. Observan perpetuo silencio y dedican bastantes horas del día a la oración y a la meditación. Son monasterios donde la santidad se enseña, se aprende y se practica.

San Romualdo deseaba mucho derramar su sangre por defender la religión de Cristo, y sabiendo que en Hungría mataban a los misioneros dispuso irse para allá a misionar. Pero cada vez que emprendía el viaje, se enfermaba. Entonces comprendió que la voluntad de Dios no era que se fuera por allá a buscar martirios, sino que se hiciera santo allí con sus monjes, orando, meditando, y haciendo penitencia y enseñando a otros a la santidad.

Veinte años antes el santo había profetizado la fecha de su muerte. Los últimos años frecuentemente era arrebatado a un estado tan alto de contemplación que lleno de emoción, e invadido de amor hacia Dios exclamaba: «Amado Cristo Jesús,  ¡tú eres el consuelo más grande que existe para tus amigos!». Adonde quiera que llegaba se construía una celda con un altar y luego se encerraba, impidiendo la entrada  allí de toda persona. Estaba dedicado a orar y a meditar.

La última noche de su existencia terrenal, fueron dos monjes a visitarlo por que se sentía muy débil. Después de un rato mandó a los dos religiosos que se retiraran y que volvieran a la madrugada a rezar con él los salmos. Ellos salieron, pero presintiendo que aquel gran santo se pudiera morir muy pronto se quedaron escondidos detrás de la puerta. Después de un rato se pusieron a escuchar atentamente y al no percibir adentro ni el más mínimo ruido ni movimiento, convencidos de lo que podía haber sucedido empujaron la puerta, encendieron la luz y encontraron el santo cadáver que yacía boca arriba, después de que su alma había volado al cielo. Era un amigo más que Cristo Jesús se llevaba a su Reino Celestial.

Todos estos datos los hemos tomado de la Biografía de San Romualdo, que escribió San Pedro Damián, otro santo de ese tiempo.

Al recordar los hechos heroicos de este gran penitente y contemplativo se sienten ganas de repetir las palabras que decía San Grignon de Monfort: «Ante estos campeones de la santidad, nosotros somos unos pollos mojados y unos burros muertos».


Oremos  

Dios y Señor nuestro, que con tu amor hacia los hombres quisiste que San Romualdo anunciara a los pueblos la riqueza insondable que es Cristo, concédenos, por su intercesión, crecer en el conocimiento del misterio de Cristo y vivir siempre según las enseñanzas del Evangelio, fructificando con toda clase de buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Romualdo Fundador de los Camaldulenses. Año 1027.

Hermanos, la historia nos muestra y nos enseña cómo grandes hombres amaron a Dios sobre todas las cosas. San Romualdo, Fundador de los Camaldulenses, es uno de ellos. Es un coloso de la voluntad y un privilegiado del Amor de Dios a él. Pidámosle por un mundo nuevo, por un alma limpia en cada corazón. Él puede interceder e intercede por nosotros todos. ¡No estamos solos! Por la Comunión de los Santos, el tiempo es siempre presente. Tú con Dios, la Virgen y los Santos, podemos cambiar al mundo. ¿Te atreves? Empieza por ti mismo. Se recio y quita de ti la concupiscencia a la que te atrae el cuerpo; vive la grandeza de un alma que manda en su cuerpo. Amén.

P. Jesús

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