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Santoral Octubre - 3. página

19 de Octubre / San Pablo de la Cruz

Fundador de los pasionistas. Nació en Ovada, Génova, en 1694. Creció en un hogar muy cristiano. Siempre que Pablo empezaba a llorar por cualquier motivo, su madre le mostraba el crucifijo y le hablaba de los sufrimientos de Cristo. Así, fue formando desde niño, la gran devoción a la Pasión, que había de distinguirle toda la vida. Llevó una vida de oración constante alcanzando así un alto grado de contemplación.

En 1720, tuvo tres extraordinarias visiones. En la tercera de ellas, la Santísima Virgen, vestida con el hábito negro, le ordenó que fundase una congregación cuyos miembros vistiesen ese hábito y sufriesen por la pasión y muerte de Cristo.

En 1741, Benedictino aprobó las reglas de la congregación y las vocaciones para ella aumentaron. San Pablo alcanzó fama por toda Italia a causa de su obra misionera y por la austeridad de su vida. El tema constante de su predicación era la Pasión de Cristo; con una cruz en la mano y los brazos extendidos, el santo hablaba de los sufrimientos del Señor, en forma que conmovía hasta al más duro. En 1769, Clemente XIV, aprobó definitivamente la congregación. En 1771, se inauguró en Corneto el primer convento de religiosas pasionistas. San Pablo no pudo ver a sus hijas espirituales vistiendo el hábito, debido a su mala salud. Su muerte ocurrió el 18 de octubre de 1775.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Pablo de la Cruz

Dios habla a los santos, antes de ser santos. Dios ayuda a los santos a ser santos. Dios, es Dios y decide, como Dios que es. Y se hace siempre su voluntad. Quizás tu piensas que vas a la tuya; quizás alguien puede pensar que va a la suya, porque jamás en su vida, ni de niño, ha rezado a Dios, pero que sepas que la Iglesia ha rezado y reza por ti, seas quien seas y como seas; la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, reza por todos, incluso por los que nunca han rezado, ni nadie les ha hablado de Dios; porque Dios dio su vida por todos, absolutamente por todos: buenos, malos, necios, santos; ¡por ti!

San Pablo de la Cruz, fundó los Pasionistas, que rezan y sufren por ti, seas quien seas. Unidos a Dios mismo, por vivir en su Gracia, rezan por ti. ¡Que lo sepas!

P. Jesús
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20 de Octubre / San Pedro de Alcántara

Famoso por sus terribles penitencias, nació en 1499 en la comunidad española de Alcántara. Su padre era gobernador de la región y su madre era de muy buena familia. Ambos se distinguían por su gran piedad y su excelente comportamiento. Estando estudiando en la universidad de Salamanca, el santo se entusiasmó por la vida de los franciscanos debido a que los consideraba personas muy desprendidas de lo material y muy dedicadas a la vida espiritual. Pidió ser admitido como franciscano y eligió para irse a vivir al convento donde estaban los religiosos más observantes y estrictos de esa comunidad.

En el noviciado lo pusieron de portero, hortelano, barrendero y cocinero. Pero en este último oficio sufría frecuentes regaños por ser bastante distraído. Llegó a mortificarse tan ásperamente en el comer y el beber que perdió el sentido del gusto y así todos los alimentos le sabían igual. Dormía sobre un duro cuero en el puro suelo. Pasaba horas y horas de rodillas, y si el cansancio le llegaba, apoyaba la cabeza sobre un clavo en la pared y así dormía unos minutos, arrodillado. Pasaba noches enteras sin dormir ni un minuto, rezando y meditando. Por eso ha sido elegido protector de los celadores y guardias nocturnos. Con el tiempo fue disminuyendo estas terribles mortificaciones porque vio que le arruinaban su salud. Fue nombrado superior de varios conventos y siempre era un modelo para todos sus súbditos en cuanto al cumplimiento exacto de los reglamentos de la comunidad.

Pero el trabajo en el cual más éxitos obtenía era el de la predicación. Dios le había dado la gracia de conmover a los oyentes, y muchas veces bastaba su sola presencia para que muchos empezaran a dejar su vida llena de vicios y comenzaran una vida virtuosa. Prefería siempre los auditorios de gente pobre, porque le parecía que eran los que más voluntad tenían de convertirse.
Pidió a sus superiores que lo enviaran al convento más solitario que tuviera la comunidad. Lo mandaron al convento de Lapa, en terrenos deshabitados, y allá compuso un hermoso libro acerca de la oración, que fue sumamente estimado por Santa Teresa y San Francisco de Sales, y ha sido traducido a muchos idiomas.

Deseando San Pedro de Alcántara que los religiosos fueran más mortificados y se dedicaran por más tiempo a la oración y la meditación, fundó una nueva rama de franciscanos, llamados de «estricta observancia». El Sumo Pontífice aprobó dicha congregación y pronto hubo en muchos sitios, conventos dedicados a llevar a la santidad a sus religiosos por medio de una vida de gran penitencia.

Los últimos años de su vida los dedicó a ayudar a Santa Teresa a la fundación de la comunidad de Hermanas Carmelitas que ella había fundado, logrando muchos éxitos en la extensión de la comunidad carmelita.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Pedro de Alcántara

San Pedro de Alcántara demostraba a Dios su amor con sus múltiples y terribles penitencias.  Venía de padres ricos y había sido amado y bien cuidado; por eso, como Dios le había concedido muchas gracias, su corazón le pedía sufrimientos, que se imponía, para demostrar su gran amor por Dios. En cambio, hay personas, muchas, que sus padres no los aman, que no tienen estudios, ni cultura, ni han tenido bienes, y para ellos ya Dios, les ha permitido, y les permite, con su vida y de la manera en que la viven, el demostrar así su amor por Él, por Dios.

El amor se tiene que expresar, y se expresa siempre. Cuando San Pedro de Alcántara, por sus grandes penitencias, mermó su salud, luego, ya tenía por la misma naturaleza, su propia penitencia para ofrecer con ella y su resignación, versos de amor a Dios, y entonces dejó sus grandes penitencias y amó a los pobres, que como él, las padecen vía natural.

Dios ve los corazones, y no es la penitencia lo que valora, sino el amor y las obras del mismo, que cada uno le da.

P. Jesús

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21 de Octubre / Santa Úrsula, Mártir

Según un relato cincelado en una lápida de Colonia, en el siglo IV fue martirizado un grupo de doncellas cristianas. Cuatrocientos años después, los relatos sobre esas mujeres dieron lugar a esta leyenda. Úrsula, hija de un rey inglés, era cristiana, y se había fijado la fecha de su boda con un príncipe pagano. Para posponer las nupcias, abordó un barco junto con sus damas de compañía y emprendió una peregrinación a Roma.

En Colonia, ella y sus doncellas fueron atacadas por los hunos. Úrsula rechazó la propuesta de matrimonio del cabecilla de los bárbaros y todas fueron asesinadas. Es patrona de las jóvenes y colegialas.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa Úrsula, Mártir

Santa Úrsula, mártir, dama santa y bella, mujer cristiana que vivió la fe hasta las últimas consecuencias. Encomiéndate a ella para defender tu fe, tu pureza, virginidad y libertad en el bien. Amén.

P. Jesús

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22 de Octubre / Santa María Salomé

Santa María Salomé tenía tanto amor por Jesucristo, que le siguió hasta el Calvario, con Santa María Magdalena y María, madre de Santiago. Así, en el momento en que los discípulos abandonaban al Salvador, esta santa mujer le permaneció fiel. Ella proporcionó perfumes para ungir el cuerpo de Jesucristo y, el domingo, fue al santo sepulcro muy de mañana con sus dos compañeras. Allí, encontraron a un ángel que les anunció la resurrección de Jesucristo.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa María Salomé

Santa María Salomé, que siempre Jesús te llevó de la mano, y tú no Le soltaste jamás, ni en el camino al Calvario, ni en la Cruz. Tú, alma agraciada de bondad a raudales, supiste dar: tener y dar, y estuviste siempre al lado del Altar, siempre junto a la Madre del Amado, y por eso tu nombre se recuerda en los evangelios y es pronunciado con Gracia de Amor, por el Espíritu Santo.

Gracias María Salomé, santa por las obras de tu fe.

P. Jesús

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23 de Octubre / San Juan de Capistrano

Considerado como uno de los predicadores más famosos que ha tenido la Iglesia Católica, San Juan nació en Capistrano, en la región montañosa de Italia, en 1386. Fue un estudiante sumamente consagrado a sus deberes y llegó a ser abogado, juez y gobernador de Perugia. Tras caer preso a causa de una guerra civil, el santo reflexionó sobre su actitud en la vida, dándose cuenta que en vez de dedicarse a conseguir dinero, honores y dignidades en el mundo, era mejor trabajar por conseguir la santidad y la salvación en una comunidad de religiosos, por lo que decidió ingresar a la orden franciscana.

A los 33 años fue ordenado sacerdote y luego, durante 40 años recorrió toda Europa predicando con enormes éxitos espirituales. Tuvo por maestro de predicación y por guía espiritual al gran San Bernardino de Siena, y formando grupos de seis y ocho religiosos se distribuyeron primero por toda Italia, y después por los demás países de Europa predicando la conversión y la penitencia.

Luego de su muerte, se reunió los apuntes de los estudios que hizo para preparar sus sermones, sumando 17 volúmenes. La Comunidad Franciscana lo eligió por dos veces como Vicario General, y aprovechó este altísimo cargo para tratar de reformar la vida religiosa de los franciscanos, llegando a conseguir que en toda Europa esta Orden religiosa llegara a un gran fervor, no sin antes sortear una serie de dificultades y obstáculos.

San Juan tenía mucha habilidad para la diplomacia; era sabio, prudente, y medía muy bien sus juicios y sus palabras. Había sido juez y gobernador y sabía tratar muy bien a las personas. Por eso cuatro Pontífices (Martín V, Eugenio IV, Nicolás V y Calixto III) lo emplearon como embajador en muchas y muy delicadas misiones diplomáticas y con muy buenos resultados. Tres veces le ofrecieron los Sumos Pontífices nombrarlo obispo de importantes ciudades, pero prefirió seguir siendo humilde predicador, pobre y sin títulos honoríficos.

En 1453 los turcos musulmanes se habían apoderado de Constantinopla, y se propusieron invadir a Europa para acabar con el cristianismo. Entonces San Juan se fue a Hungría y recorrió toda la nación predicando al pueblo, incitándolo a salir entusiasta en defensa de su santa religión. Las multitudes respondieron a su llamado, y pronto se formó un buen ejército de creyentes. Los musulmanes llegaron cerca de Belgrado con 200 cañones, una gran flota de barcos de guerra por el río Danubio, y 50,000 terribles jenízaros de a caballo, armados hasta los dientes. Los jefes católicos pensaron en retirarse porque eran muy inferiores en número. Pero fue aquí cuando intervino Juan de Capistrano. Jamás empleó armas materiales; por el contrario, sus armas eran la oración, la penitencia y la fuerza irresistible de su predicación.

Por un resfrío que se le agudizó, el santo falleció el 23 de octubre de 1456.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Juan de Capistrano

Hay que defender la fe de los que van a conquistar el cuerpo, de donde vive esta alma, preciosa para Dios, en su santa misericordia; y quieren mutilarlo, y quieren derribarlo, y quieren paganizarlo.

¡Luchemos!

San Juan de Capistrano luchó con la oración, la paciencia y la fuerza irresistible de su predicación.

¡Aprendamos de los santos!

A buena hora hermanos, a buena hora, ¡luchemos! Cristo debe reinar en nuestros cuerpos, y habitar en nuestros corazones y regir nuestra alma. ¡Luchemos hermanos, luchemos!

El enemigo viene y va armado, pero nosotros luchemos con la oración, la paciencia y la fuerza irresistible de la Palabra de Dios. ¡Proclamemos el Evangelio! ¡¡Viva Dios!!

¡Luchemos con el alma, el cuerpo, y con todo nuestro corazón, rebosante por Dios y la Madre misma de Dios mismo, que tanto nos aman los dos.

¡Luchemos!

¡Ganemos en fe por el Amor!

P. Jesús

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23 de Octubre / San Juan de Capistrano

Nace en Capistrano, pueblo de los Abruzzos, reino de Nápoles, el año 1386. Ingresa en la Orden franciscana a los treinta años de edad. Ocupa dos veces el cargo de vicario general de la Orden. Sucumbe a los estragos de la peste, en el campamento de los cruzados de Eslovenia, el 23 de octubre de 1456. Ha sido llamado, «El Santo de Europa». – Fiesta: 28 de marzo.

1453 es un año clave en la Historia Universal y consta como tal en todos los manuales. Los turcos, capitaneados por el Sultán Mahomed II, tras un siglo de ocupación de tierra europea en los Balcanes, conquistan Constantinopla, afianzando así el imperio del Islam en el Asia Menor, sobre las ruinas del Oriente cristiano, y amenazando a toda la cristiandad de Occidente. Se presiente un trágico fin para la catolicidad medieval. Roma y los pueblos tiemblan ante la impotencia de los príncipes cristianos, divididos entre sí. Pero Dios, eterno Señor de la Historia, tiene preparados sus instrumentos: el Soldado, el Pontífice y el Santo. El caudillo húngaro Huniades, el Papa Calixto III, que sucede en la sede de Pedro a Nicolás V en el mismo año 1453, y Juan de Capistrano, fraile minovita, gran reformador de los pueblos cristianos y de sus hermanos religiosos.

La actividad apostólica de Juan se inicia paralelamente a los principios del siglo xv, el siglo del difícil tránsito entre dos edades tan distintas de la historia humana. Quedaban atrás en su vida las solicitudes por lo terreno, lo falaz. Tomó parte en conjuraciones políticas y, derrotado, había sido hecho prisionero, encerrado en unos sótanos inmundos, de los que creyó imposible salir con vida. Allí, encadenado a un poste, rodeado de ratas, con el agua hasta las rodillas, desengañado, reza a San Francisco y hace voto de entrar en su Orden. El voto le salva, y la ciudad de Perusa, donde cursaba sus estudios de jurisconsulto, es testigo de su conversión total, hasta espectacular en su externidad.

Corría el año 1416. Ya franciscano, el de Capistrano se entrega en cuerpo y alma a la reforma espiritual del pueblo cristiano por medio de la predicación popular. Sigue las huellas y las enseñanzas de su hermano en religión, el gran San Bernardino de Siena. Lleva su mismo gorro e invocándole hará sus maravillosas curaciones. Va de pueblo en pueblo, acompañado de cuarenta caballeros, reúne a las multitudes en las plazas, pues no caben en los templos, y llega alguna vez a reunir el número de 20 000 oyentes. Así predica a Jesús, pero más con su figura que con las palabras. Pequeño, enjuto, apenas piel y huesos, vista corta, gesto austero, mas a la vez dulce y caritativo, semblante encendido, además sobrio y cálido. Aunque predicaba casi siempre en latín, sus oyentes no daban tiempo al intérprete y pedían a gritos confesión, prometiendo cambiar de vida, encendiendo hogueras con los objetos de sus pecados: dados, naipes, afeites, etc. Su característica era despertar vocaciones religiosas entre la juventud: en Leipzig 120 estudiantes siguen sus huellas, en Cracovia 130. Acabamos de nombrar dos ciudades no italianas, y es que lo extraordinario de la predicación de Juan de Capistrano, aquello en que supera a sus hermanos franciscanos misioneros como él, es su universalidad europea. En veinte años misiona por Alemania, Austria, Hungría, Polonia, Moravia y hasta por Saboya, Borgoña y Flandes. Ésta fue su lenta pero fundamental cooperación al mantenimiento de la unidad católica europea en el siglo XV.

Poseía dotes extraordinarias para la diplomacia. Trabajó en unir entre sí a los príncipes, recibió importantes misiones de cuatro Papas consecutivos, impugnó la naciente herejía husita, se relacionó con los griegos para tratar su unión con la Iglesia Romana, intervino en contener los perniciosos efectos del cisma de Basilea. Extendió la reforma de los «observantes» por los conventos de toda Europa, fundando muchos de ellos en Alemania.

Mas la ocasión culminante de su vida de «Santo de Europa» fue la Cruzada contra el turco, que empieza a predicar en el año 1453. El Papa Calixto III, español, de la familia Borja, le anima y le concede facultades omnímodas. Los príncipes cristianos no responden al llamamiento del Papa. El Papa nombra al cardenal español Juan de Carvajal su legado en Hungría. El mismo rey de Hungría huye, y tiene que ser Juan de Capistrano quien recluta a los campesinos húngaros para la Cruzada. Llegan a juntar a 7 000 cruzados. Mahomed ataca con 150 000 hombres y 300 cañones. Capistrano ha improvisado unos estandartes con la cruz y las figuras de San Francisco, San Antonio y San Bernardino. Anima a todos a la lucha al conjuro del nombre de Jesús, hace desistir a Huniades de su propósito de huir en retirada. Belgrado está rodeado por los turcos, y, contra toda previsión, los cruzados, animados por Capistrano desde la orilla, con la cruz, obtienen una victoria completa.

A los pocos días Mahomed vuelve al asalto con toda la rabia del león herido. Juan corre por las murallas, cuando la infantería turca escala el foso, y grita a los valientes húngaros que en sus manos está la cristiandad. Alzaba sus brazos a Dios, clamando misericordia por Europa. La derrota del turco fue completa.

Más admirable que la victoria en las armas, fue la victoria en los espíritus, que obtuvo Juan, convirtiendo a los cruzados en novicios. A diario celebraban misa él y sus frailes, y muchos soldados comulgaban. Políticamente no tuvo grandes consecuencias la victoria de Belgrado, pero quedaba el valor ejemplar de la conducta de un Santo, entregado a la defensa de la cristiandad.

Una peste declarada en el campamento de los cruzados acabará con la vida, ya agotada, de aquel campeón. El mensaje de Juan de Capistrano quedaba escrito en la Historia.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Juan de Capistrano

San Juan de Capistrano, campeón de campeones. Mantuvo la fe en Europa, encendiéndola de la suya en los corazones de los valientes; porque nadie débil tiene fe, practica la fe.

Todos esos que no practican la fe, sean tus padres, hermanos, cónyuge, hijos, amigos… todos ellos son unos cobardes, porque la fe sólo es para los valientes, los campeones, como lo fue San Juan de Capistrano.

¿Eres débil? Lo eres si te falta fe para practicarla, para hacer las obras de la misma.

¿Tienes fe? ¡Eres entonces un campeón! Y Dios mismo va a entregarte el triunfo y los más altos honores: ser de Su Casa, participar en Su Reino y vivir con Él para siempre, siempre de siempre. ¡Vale la pena dejar la debilidad por la obediencia a la Palabra, al Verbo, a Dios Uno y Trino, el Mesías encarnado, Jesucristo, tu Rey.

¡Campeón!

P. Jesús

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24 de Octubre / San Antonio María Claret, Fundador

Ingresó al seminario de Vich (España) y allí recibió la ordenación sacerdotal. Fue luego nombrado como vicepárroco y pronto empezó el pueblo a conocer cuál era la cualidad principal que Dios le había dado: era un predicador impresionante, de una eficacia arrolladora. De todas partes lo llamaban a predicar misiones populares, predicando hasta diez sermones en un día. Viajaba siempre a pie y sin dinero.
Durante 15 años predicó incansablemente por el norte de España, y difícilmente otro predicador del siglo pasado logró obtener triunfos tan grandes como los del padre Claret. Al darse cuenta de la poderosa influencia de una buena lectura, se propuso emplear todo el dinero que conseguía en difundir buenos libros; mandaba imprimir y regalaba hojas religiosas por centenares de miles, y ayudó a fundar la librería religiosa de Barcelona. Él mismo redactó más de 200 libros y folletos sencillos para el pueblo que tuvieron centenares de ediciones.

La reina de España designo al P. Claret como Arzobispo de La Habana en Cuba. Pese a la negativa del santo en aceptar el cargo, amigos religiosos muy cercanos a él, lo convencieron de que asumiera el arzobispado alegando que primero y ante todo está siempre la voluntad del Señor. A partir de 1849 y por siete años San Antonio Claret se convirtió en el más ardoroso apóstol de Cuba, siempre pendiente de cualquier problema de sus feligreses de su arquidiócesis.

En 1857 fue llamado a España como capellán de la reina Isabel. En 1849 al darse cuenta de que para mantener viva la fe del pueblo se necesitan sacerdotes entusiastas que vayan por campos y ciudades predicando y propagando buenas lecturas, se reunió con cinco compañeros y fundó la Comunidad de Misioneros del Corazón de María, que hoy se llaman Claretianos.

Actualmente son 3,000 en 385 casas en el mundo. Fundó también las Hermanas Claretianas que son 650 en 69 casas. Estas comunidades han hecho inmenso bien con su apostolado en muchos países.

Asistió al Concilio Vaticano en Roma en 1870. En el Concilio pronunció un gran discurso que fue muy aplaudido y muy bien comentado y elogiado. En Francia fue recibido por los monjes cistercienses del monasterio de Fuente Fría, y allí, después de haber escrito por orden del superior de su comunidad, su autobiografía, enfermó y expiró el 24 de octubre de 1879. Tenía apenas 63 años. Después de su muerte, se le atribuido numerosos milagros.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Antonio María Claret, Fundador

Dios ama a los Santos. Amemos a Dios y a los Santos.

San Antonio María Claret, fundador, fundó y ayudó a fundar, porque los santos aman a Dios y aman a los santos.

Cumplió con su deber, a pesar de su tendencia natural o sus deseos privados. Supo obedecer a Dios, y por eso es lo que es: Santo.

P. Jesús
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25 de Octubre / San Frutos, Santa Engracia y San Valentín

Los cuerpos de San Frutos, Santa Engracia y San Valentín, venerados por los cristianos segovianos, se conservaron en la ermita de San Frutos, cerca de la actual Sepúlveda, desde comienzos del siglo VIII hasta el siglo XI.

El rey Alfonso VI concedió esta ermita al monasterio de San Sebastián de Silos —hoy Santo Domingo de Silos- para que la cuidasen y facilitasen la creciente devoción del pueblo; se hizo escritura en el 1076. Los monjes recomponen la ermita como de nuevo y la habilitan para que puedan vivir en ella algunos monjes. Terminadas las obras en el año 1100, la consagra D. Bernardo, el primer Arzobispo de Toledo. Está construida sobre roca escarpada, como cortada a pico, a orillas del río Duratón, afluente del Duero. En ese nuevo lugar se depositan las reliquias de los tres santos.

Restaurada Segovia y restituida a su dignidad episcopal, se pasan a su catedral la mitad de las reliquias desde el monasterio de Silos, con autorización y mandato del Arzobispo de Toledo, en el 1125.

Tan celosamente se guardan que se pierde el sitio donde fueron depositadas hasta que se encontraron milagrosamente, en tiempos del celoso obispo D. Juan Arias de Ávila.

En el año 1558 se depositaron finalmente en la nueva catedral. Allí, en el trascoro, reposan los restos del Patrono de la Ciudad, teniendo por fondo el retablo que trazó Ventura Rodríguez para el palacio de Riofrío y que Carlos III donó para la catedral segoviana.

¿Quién fue el hombre que desde catorce siglos atrás es polo de atracción de tantas generaciones de segovianos?

Nació Frutos, en el año 642, en el seno de una familia rica que tuvo otros dos hijos con los nombres de Valentín y Engracia. Debió ser una familia de profundas convicciones cristianas que supieron, con la misma vida, inculcarlas a sus hijos. Sin que se sepa la causa, murieron los dos. Ahora los tres jóvenes son herederos de unos bienes y comienzan a conocer en la práctica la dureza que supone el ser fieles a los principios. Parece ser que tanto tedio provocaron en ellos los vicios, maldades, desenfrenos, asechanzas y envidias de su entorno humano, que Frutos les propone un cambio radical de vida. Los tres, con la misma libertad y libre determinación deciden vender sus bienes y los dan a los pobres. Dejaron la ciudad del acueducto romano y quieren comenzar una vida de la soledad, oración y penitencia por los pecados de los hombres. A la orilla del río Duratón les pareció encontrar el lugar adecuado para sus propósitos. Hacen tres ermitas separadas para lograr la deseada soledad y dedicar el tiempo de su vida de modo definitivo al trato con Dios.

A partir de aquí se tiene noticias de Frutos cuando el estallido de la invasión musulmana y su rápida dominación del reino visigodo. Frutos, en su deseo de servir a Dios, intervino de alguna manera —y con vivo deseo de martirio- en procurar la conversión de algunos mahometanos que se aproximaron a su entorno; defendió a grupos de cristianos que huían de los guerreros invasores; dio ánimos, secó lágrimas y alentó los espíritus de quienes se desplazaban al norte; fue protagonista de algunos sucesos sobrenaturales y murió en la paz del Señor, con el halo de santo, el año 715.

La misma historia refiere que sus hermanos Valentín y Engracia fueron de los mártires decapitados por los sarracenos y sus cuerpos colocados con el del Santo.

Lo que se sabe hoy del entorno en que viven y mueren estos santos facilita cubrir las lagunas o los interrogantes que pueden presentarse. La invasión musulmana, su rápido avance por el reino hispano-visigodo y el martirio de cristianos tuvieron su génesis. La unidad del reino tan lograda por la conversión del arrianismo a la fe católica de Recaredo en el 589 presentaba ahora una falsa cohesión por su fragilidad. Los clanes de nobles, civiles y eclesiásticos, con intereses políticos y económicos contrapuestos, tratan de controlar cada uno alternativamente el trono de Toledo y son una fuente continua de conflictos. La nobleza que en un principio recibió unos territorios para ejercer en ellos funciones administrativas, fiscales y militares, al hacerse hereditarias, quedan prácticamente privatizadas con detrimento progresivo de las funciones públicas características de un estado centralizado y llevan a la fragmentación del poder del monarca. La clase aristócrata asienta aún más la diferencia social con el pueblo cada vez más pobre, indefenso, desorientado, abandonado y hastiado del lujo de sus señores. Hay que añadir desastres naturales que asolan el país especialmente desde el reinado de Kindasvinto (642-653) como epidemias que diezmaban a la población, plagas de langostas, sequía, pestes y despoblamiento. El vicio, la amoralidad y desenfreno reina en la sociedad al amparo de lo que sucede en las casas de la nobleza. A la muerte de Witiza, los partidarios de Akhila, su hijo primogénito, no consiguen ponerlo en el trono ocupado por D. Rodrigo, duque de la Bética, y piden ayuda a los bereberes. El desastre de Guadalete del 711 hizo que lo que fue una simple ayuda de los moros capitaneados por Tariq se convirtiera en toda una invasión y conquista posterior que colma los planes estratégicos del Islam por la decrepitud que se había ido gestando en el interior del reino visigodo.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Frutos, Santa Engracia y San Valentín

Tres hermanos con buenos padres; tres hermanos unidos en la vida, por la fe y las obras de la misma, que los llevaron al martirio. ¡Qué padres más buenos debían tener!

San Frutos, Santa Engracia y San Valentín, son  santos por la Gracia de Dios, y su voluntad propia de decirle “Sí”.

P. Jesús

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26 de Octubre / San Evaristo, Papa y Mártir

San Evaristo sucedió a Clemente en la sede romana durante el reinado de Trajano.

Gobernó la Iglesia alrededor de 8 años y fue el cuarto sucesor de San Pedro. Se le da el título de mártir, por más que su martirio no esté probado. Fue enterrado cerca del sepulcro de San Pedro, en el Vaticano.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Evaristo, Papa y Mártir

Muchos Papas fueron más que buenos, fueron santos, y algunos fueron mártires por su fe, como lo fue San Evaristo, Papa y Mártir.

A San Evaristo, Papa y mártir, le tocó vivir en una época muy dura para la Iglesia de Roma, para la Iglesia fundada por nuestro Señor Jesucristo; fue martirizado y llevado a la muerte con grandes dolores. Es santo porque lo soportó todo por amor de Dios, Su Jesús.

Y eso debemos hacer los que vivimos hoy: ser santos y mártires de tanta persecución moral y psicológica para que dejemos nuestras creencias cristianas. No abandonemos a Jesús, porque: “¿Adónde iremos…?”  Sólo Dios tiene palabras de vida eterna.

¡Santos!

P. Jesús

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27 de Octubre / San Odrano, Abad

Odrano, «noble y sin mancha», abad de Meath, fue uno de los doce que partieron de Loch Foyle a Iona con San Colomba. Fue el primero de los monjes irlandeses que murió y fue sepultado en Iona. El sitio de su sepultura que se halla en el único cementerio de la isla, se llama «Reiling Orain». Se dice que el santo fundó el monasterio de Leitrioch Odrain. Se le celebra como obispo en toda Irlanda.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Odrano, Abad

San Odrano, Abad, persona cristiana de buenas costumbres y conducta intachable, hablaba despacio y se hacia entender por todos.

Ahora, con tantas prisas, se habla mal y no se escucha; se contesta sin escuchar; se va de listo y se cree uno listo en contestar sin escuchar, en creerse que, con las primeras palabras que te dicen, ya lo sabes todo. Escuchad más y juzgar menos, eso necesita la sociedad de hoy: dedicación a las almas, que todas necesitan de las virtudes que el Abad San Odrano, Dios dispuso dárselas: ser noble y sin mancha de pecado. Y podemos ayudar a Dios a que nuestros semejantes tengas estas virtudes, ¿cómo?: Escuchando más y juzgando menos.

Sed santos como Dios es Santo; y Dios, Jesús, siempre, siempre pedía que le explicaran qué querían de Él.

“¿Qué quieres de Mí?”

Escucha la voz de Jesús, que repite para ti lo que dijo a tantos; y tú, antes de contestar, escucha bien, piensa y luego contesta a Dios, a Jesús, que siempre te habla, estés o no estés cargando con tu cruz.

P. Jesús

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