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Ayuda personal espiritual - 5. página

141 Carta / A ti, que te cuesta tener caridad con los ricos

Domingo, 8 de Febrero de 2.015

A ti, que te cuesta tener caridad con los ricos:

Sí, sí, a muchos, en la intimidad de su yo íntimo y personal, los ricos les caen muy mal; pueden tratarlos bien, pero les caen mal. ¿Y, por qué esto? porque los ricos, a algunos, les dan envidias. De los pobres, ¿qué van a tener envidia, algunos de ellos? No, los pobres dan pena, los pobres dan lástima, y uno que es bueno, tiene tendencia a querer ayudarlos. ¡Claro que hay muchos que los desprecian en la cara!, pero hablo de estos que a los ricos no los desprecian en la cara, ni tampoco a los pobres, pero que dentro de su corazón, por los pobres rezan más que por los ricos.

Algunos, a los pobres quieren ayudar, pero tampoco quieren amistad; la amistad la quieren con los ricos, pero a pesar de querer su amistad, no les quieren ayudar, porque tienen envidia de lo terrenal que los ricos poseen, cuando todos sabemos que las riquezas de este mundo, son lo más fácil de perder. Hay tantas malas inversiones, tantos engaños, porque a los ricos los engañan, sí, como a los pobres también. ¿Quién no ha pensado, que si pudiera hacer un negocio con un rico, con un capitalista, seguro que prosperaría?, porque todos se creen inteligentes y listos, sólo que muchos no tienen dinero para demostrar al mundo lo listos e inteligentes que son.

A ti que tienes envidia de los ricos y te cuesta servirlos porque no eres tan rico como ellos, a ti te digo que tienes envidia, y esta envidia amarga tus días, día a día. No puedes pasar sin tener su amistad, la quieres, pero a la vez, los desprecias en tu corazón, porque no sabes realmente lo que es ser cristiano, lo que es la caridad; ves lo físico, lo material, y esto acapara tus pensamientos. A ti no te va bien el trato con los ricos, te amarga la existencia, pero tampoco quieres tener trato con los pobres, porque te deprimen; ¿sabes qué te pasa?, que no vives tu propia vida, sino que te “paseas” por la vida de los demás.

¿Cuántos hay que miran si los demás cumplen con la ley civil y la Ley de Dios, pero no tienen tiempo de hacer examen de conciencia y saber si ELLOS MISMOS cumplen con la Ley de Dios, con la ley civil? Tantos se excusan con el tiempo, pero tienen tiempo de analizar a los demás y se deprimen, porque ellos no pueden hacer casi nada al respecto, sólo pueden dar buen ejemplo, pero como no dedican tiempo a verse, a mirarse y examinarse y mejorar, entonces, esos demás que ve, no mejoran, muchas veces porque él no les da el mejor ejemplo que podría darles. Delante de ellos, se queda callado, en silencio, sólo está allí, quizás como un mueble más, o pasa a la acción de querer ir de protagonista, pero así no son la mejores relaciones entre semejantes, de callar a hablar demasiado; hay que amar a los demás y no verlos ricos o pobres, sino personas que necesitan de ti, y tú ser buen discípulo de Cristo, con un buen carácter, formado por las observaciones de ti mismo bajo la luz de la Ley de Dios y la ley civil. Hay que respetar a los demás, porque Dios lo quiere y la ley civil lo exige.

Nadie puede dar lo mejor de sí, si ve a los otros mal, porque se deprime y sufre. Uno tiene que recordar sus palabras y hechos a los demás, y decir: “mejoraré”, y hacerlo; entonces, no tiene depresión, porque la depresión es por los demás, por esta tristeza que te dan cuando no se portan bien, cuando te hacen daño, cuando no recibes de los demás lo que necesitas, lo que quieres y deseas; pero si en vez de preocuparte de lo que te dan, cambias de actitud y, rezando por ellos, pasas a rezar también por ti, para dar de ti lo mejor, entonces, te lo digo, amigo-a, no tendrás depresión, porque uno, a sí mismo, no se deprime, ya que tiene el control de uno mismo, le deprimen los demás o las circunstancias, pero si sabes sacar lo positivo de lo que te den, si amas lo que tienes y lo cuidas, se duplicará y prosperarás, que esto es lo que te interesa a ti, prosperar tú, ser mejor tú en todos los ámbitos de tu vida; y Dios puede y quiere ayudarte, pero si cuando hablas con Dios, le hablas más de los demás y de lo que hacen mal y de lo que te dañan, que lo puedes hacer, puedes hablar con Dios de esto, es bueno que lo hagas, pero es mejor que dediques más tiempo a lo tuyo, a lo que puedes pedirle a Dios para ti, en esta ayuda que necesitas para mejorar, para no ocuparte tanto de los demás y sí más en ti mismo, para ser feliz en lo que Dios te da, que es lo que dice la Biblia y escrito está después de cada mandamiento, que Dios quiere que cumplas y dice: “Ama a Dios sobre todas las cosas y personas, para que seas feliz en esta tierra que Dios te da”… y así lo lees en cada mandamiento. ¡Amigo-a!, Dios quiere que seas feliz, por esto te ha dado los mandamientos, para que los cumplas tú y que los demás vean que los cumples, y des con ello buen ejemplo.

El domingo que viene, seguiré con el tema. Hoy, ¡un abrazo!, y ánimo, que Dios te Ama.

Con afecto sincero.

P. Jesús

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Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN.

144 Carta / A ti, que te critican

Domingo, 1 de Marzo de 2.015

A ti, que te critican:

Te lo digo amigo; el que no soporta las críticas, éste siempre será un esclavo.

El mundo es pluralista y no piensan lo mismo los ateos que los creyentes, ni los mundanos que los que practican alguna religión o filosofía.

De acuerdo que a todos los gana el mundanismo, porque sean creyentes católicos o no, es difícil escaparse de las opiniones del mundo civil, que no es lo mismo que civilizado, porque hay países en que la ley civil permite el aborto y esto no es civilizado, porque el principio de la civilización es que uno tiene derecho a vivir; sin vida no hay civilización, ni sociedad, ni familia.

Pero volvamos al tema de la crítica; ocurre que prácticamente todos, han pasado por la escuela y, sea pública o privada, allí hay una ordenanza para el orden, y es que todos tienen que hacer lo mismo, ser iguales para no entorpecer las reglas de la escuela, y estas vivencias de tantos años, de tantas horas, entran en la mente, y seas creyente o no, tienes impuesto en la mente el ser como todos, para que no hagas perder el tiempo a los profesores que imparten clase, y no están allí para educar el carácter sino que están para darte educación intelectual. Las cosas son así, y luego está la televisión que por la publicidad, que es la que paga lo que te dan gratis, se tiene que preparar para tener mayor audiencia; y para que la gente vaya a su canal, ¿qué es lo que hace más feliz a la gente?; sí, el sexo, porque Dios quiere y quiso y querrá que las almas vayan al mundo, y para llegar aquí, al planeta Tierra, se viene, se llega, por tu fecundación y posterior nacimiento; si nadie te fecunda, no vives, no puedes vivir, ni en el elemento corporal ni espiritual, porque ipso facto, Dios da alma, te da el alma en el momento exacto de tu fecundación, cuando los elementos físicos están a su disposición, la disposición correcta para engendrar una nueva vida en la Tierra. El sexo, Dios lo ha hecho y es bueno, como todo lo hecho por Dios, pero lo mejor es dar vida a un semejante por amor, estando de acuerdo padre y madre, sabiendo lo que hacen y colaborando con Dios, creador del alma, de la vida.

En los medios de comunicación, por la supervivencia de su trabajo, muchos dejan de cumplir con su deber profesional y hacen lo que les da dinero fácil y rápido, y esto es dar a su audiencia lo que anhela, que es reproducirse, porque el ser humano anhela reproducirse, pero por el pecado original, quieren el placer de la reproducción sin el deber de reproducirse. Por esto, lo sexual está en todas partes, para atraer el capital, que es lo que le interesa al que trabaja, cobrar; hacer dinero; pero a muchos les gusta, y quieren hacer dinero con lo que sea; ya no hace falta prostituir a una mujer para que salga a la calle y se pose en una esquina; ahora, salir a la calle, es tantas veces, salir en televisión, en revistas… El cliente paga el precio de aumentar la audiencia.

¿Y qué tiene que ver todo lo expuesto con la crítica?

Sigo con el tema, amigo-a, ocurre que lo que es aceptable para los medios de comunicación, esto no tiene crítica, se critica lo que no da dinero.

Las virtudes, la moral, la fe, esto no da dinero. Así que, amigo mío, te lo digo, estás expuesto a ser criticado, vas a ser criticado, ¡serás criticado! por tus virtudes, por tu moral, ¡por tu fe!, pero ERES UNA PERSONA LIBRE. Los que no son criticados, los que siguen las normas de la ley civil, que es permisiva en algunos países, en cosas inmorales, éstos son esclavos del capitalismo, del que paga para que ellos tengan gratis la televisión, y pervierten su alma y la venden al Diablo, como Fausto.

Pero, pero, ¿es que nadie mira bien las biografías de los aplaudidos?; ¿cuántos son felices en su vida diaria?, ¿cuántos son libres?…

Sí, amigo mío, vas a ser criticado si eres moral, si eres puro, si vives las virtudes, si amas a amigos y a enemigos. Pero ERES LIBRE.  

Con afecto sincero.

P. Jesús

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147 Carta / A ti, que no sabes si tienes que pagar el diezmo a la Iglesia

Domingo, 22 de Marzo de 2.015

A ti, que no sabes si tienes que pagar el diezmo a la Iglesia:

Cuando Dios eligió a las doce tribus de Israel, para continuar con su Alianza, protegiendo a su Pueblo, decidió que once tribus darían el diezmo, cada una de ellas, a la tribu doce, la de los sacerdotes, sacerdotes elegidos, no por vocación personal, como ahora son elegidos los sacerdotes católicos, sino por ser los primogénitos. Estos sacerdotes se casaban y tenían familia; ahora los sacerdotes católicos no se casan, no tienen hijos, no forman una tribu, igual que las once tribus de Israel, sino que, como Jesús, viven de la caridad, porque no se puede amar a Dios y al dinero, éstas son Palabras de Dios. El sacerdote es sacerdote por llamado de Dios, ¡por vocación!, así tienen que ser las vocaciones sacerdotales, ¡un pacto de amor!, como deben ser los matrimonios católicos, ¡un pacto de amor entre esposos y Dios!

No, no tienes porque pagar el diezmo a la Iglesia Católica, tienes que dar caridad, vivir la caridad, ser caritativo con el sacerdote.

¿Quién paga los estudios de los seminaristas?… ¿Quién cobra por las Misas a los difuntos?…

El Pueblo elegido renunció a Cristo, ¡pidió su muerte!, ¡exigió su muerte!… Y los romanos mataron a Jesús. ¡Todos malos!, el Pueblo de Dios y los que no eran del Pueblo de Dios.

El Templo de Jerusalén se destruyó, el velo se rasgó y Dios se dejó ver por todos, y todo aquel que quiera amar a Dios sobre todas las cosas y personas, puede hacerlo. Todo aquel que cree que Jesús es el Hijo de Dios y de la Virgen María, ¡que lo es!, puede creerlo, y debe vivir la fe con obras de CARIDAD.

Bautízate.

Dios no quiere que los sacerdotes católicos lleven las cuentas de sus feligreses y estén al día de cuál es el diezmo. Dijo San Pablo, que quién quiera comer, que trabaje.

Además de trabajar, tiene que hacer, el que pueda, por sus condiciones físicas y situaciones personales, el que pueda, digo, que tiene que dar al necesitado, sobre todo al hermano, sobre todo a la familia, a los vecinos… También debe pagar impuestos, que es una manera de ayudar a los demás; y se ayudaría mucho, si no malversaran, los que mandan, el dinero de los contribuyentes.

Y todos, por favor, todos, pedid a Dios ayuda, porque Dios socorre al necesitado, sostiene al que le pide con fe, y sobre todo, por favor, eso os lo pido de corazón, vivid en Gracia de Dios. ¡No peques!, y recibe los sacramentos; sé una persona justa, y por tu fe, con tu fe, haz caridad.  

No, no des el diezmo a la Iglesia. Da tu caridad en obras, en palabras, en oraciones, ¡en dinero!, a la Iglesia, al necesitado, sobre todo que está a tu lado. Da, y Dios te dará más. Pero si no tienes, si tú eres un necesitado, pide y recibe, no malgastes y reza, ora a Dios para que bendiga al que te da de su parte, y a veces, quien da es el Estado, porque todo y todos están bajo los ojos de Dios que lo controla todo, y controlar no es mandar, pero puede mandar si quiere, y cuando alguien le pide, Él, Dios, encuentra, como Pedro encontró dentro de un pez, la moneda para pagar al César los impuestos.

Hay quien paga el diezmo y no cumple con los impuestos. Jesús, Dios, cumplió con los impuestos, pagó.

Y, en cuanto a las primicias, ¡da Gloria a Dios, adóralo, ámalo con todas tus fuerzas!, y que toda tu labor sea para GLORIFICARLO; haz todo, lo mejor que puedas y esfuérzate, sin herir a nadie, de palabra o de obra; ten misericordia de todos, perdona a todos, como Dios hace contigo. Que todo tu corazón sea bueno, y si todo es bueno, no sólo las primicias son para Dios, sino toda palabra y obra tuya, tiene que ser para Dios.

Dios no necesita dinero; la Iglesia no necesita dinero, sino SANTIDAD, CARIDAD.

El diezmo es demasiado poco para Dios; ¡para Dios, TODO!, usándolo para ti y para los demás, sirviendo a todos con CARIDAD.  

  
Creo que lo has entendido, deseo que lo pongas en práctica, y tu vida será bendecida de verdad, no por el miedo, sino por la Misericordia y la Bondad de Dios Todopoderoso que te Ama, que Ama a todos, buenos y malos, y quiere que todos se amen, unidos en Comunión con Él, Dios. Sé santo, ve a Misa, confiésate y comulga, vive la alegría de vivir en Gracia Santificante, por la consolación de Dios Espíritu Santo.

Sí que los sacerdotes necesitan dinero para ayudar a los necesitados, sí, es cierto, ¡cuántos santos recibían de Dios milagros para dar al hambriento!; leed vidas de santos y no necesitaréis del diezmo, ni de las primicias. Que los sacerdotes traten a todos con caridad, sin exigirles ni burlarse de sus debilidades o vicios; Dios, Jesús, no se burlaba de nadie, trataba a todos con respeto. No hay que degradar a la gente restregándoles sus vicios o maneras de ser por modas que han visto hacer. Enseñad al necesitado, sacerdotes, y enseñadlo gratis, por vocación, como los padres tienen hijos por vocación y los cuidan y los enseñan y los mantienen, por vocación y sustentados por la gracia del sacramento matrimonial, y no les exigen dinero, no les piden el diezmo, aun cuando muchos necesitan del dinero de sus hijos en tiempos malos, contrarios a una sana economía.

Que el sacerdote confíe en el sacramento sacerdotal, que al igual que los esposos, recibirá de Dios la ayuda y bendiciones necesarias, y si pasa malos momentos, como tantas familias, tendrá que aceptar el tiempo de prueba y resistir y orar y pedir; ¡nunca exigir el diezmo!, ¡jamás!, porque la Iglesia de Dios vive de CARIDAD, por caridad; y tantos santos pedían limosnas, y no diezmo, a nadie, sino limosna, caridad, para ellos, sus hermanos y los necesitados. La Iglesia no cambia, Jesús era mantenido por la limosna, y el sacerdote es como otro Jesús.

Con afecto sincero.

P. Jesús

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151 Carta / A ti, que no comprendes a Pedro

Domingo, 19 de Abril de 2.015

A ti, que no comprendes a Pedro:

¿Por qué Pedro negó a Jesús? Recibió el sacramento de la Comunión en la Última Cena, pero todo y así, le negó. La fuerza de Dios Espíritu Santo, la recibieron los apóstoles en Pentecostés. ¿Cuántos de vosotros habéis recibido el sacramento de la Confirmación?… Es bueno que lo recibas, para que no seas cobarde en momentos de peligro, de tentación.

No juzgues a nadie, y voy a decirte que los que no están bautizados ¿qué puede ser de ellos sin Dios?

Hay que cumplir con el mandato de Jesús, Dios, cuando, después de la Resurrección, subió a los Cielos pidiendo que fueran, sus discípulos, sus Apóstoles, sus sacerdotes, por el mundo dando la Buena Nueva, evangelizando. ¿Se cumple esto, hoy en día?; no basta ayudar a los pobres, ¡hay que evangelizarlos!, hay que decirles que esta ayuda que reciben de ti, es por todo lo mucho que tú amas a Dios, a Cristo, ¡el Mesías!; que por Él haces todo, los amas y los ayudas. Deben, tienen que saberlo, saber la verdad, que sólo por Dios y con Dios, se puede evangelizar, pero si sólo se ayuda al pobre en lo material, ¿es esto evangelizar?, no.

Dios te ama, y no eres capaz de decirle a otro esta verdad de que Dios te ama y que por esto le sirves, a Dios, y le ayudas a él-ella, porque Dios quiere que a través de ti, los demás vean lo mucho que Dios les ama.

¿Por qué te haces protagonista de la Misericordia de Dios? Al no hablarles de Dios, Jesús, piensan que la caridad se la haces por ti, por ser tú quien quiere dársela, y aunque es cierto, que tú quieres servir a los demás, te diré que es porque Dios Espíritu Santo te lo inspira. ¡Nada, no harías nada, sin la fuerza de los sacramentos!

Acepta que tu deber primero es evangelizar e instituir la Paz de Dios en el mundo.

¿Cómo se instituye la Paz de Dios en el mundo?; amándole y perdonando a todos, pidiéndoles perdón y pidiendo perdón a Dios en confesión.

San Pedro se olvidó de Dios por temor, pero luego evangelizó, y mientras evangelizaba, curaba, servía a los demás; no les daba dinero, ¡no tenía!, por eso les daba de lo que tenía, de Dios, que en nombre de Jesús, sanaba. Ahora muchos dan dinero, y es bueno, pero ¿cuántos sanan las almas enfermas?

Sacerdotes, amados de Dios, con vosotros están los sacramentos; por favor, os lo pido, dadlos, ¡propagad el Evangelio!, como hizo San Pedro.

Con afecto sincero.

P. Jesús

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152 Carta / A ti, que te gusta la música y las canciones

Domingo, 26 de Abril de 2.015

A ti, que te gusta la música y las canciones:

Pero… ¿sabes lo que escuchas?, ¿sabes que lo que escuchas, de ello tú eres responsable? Hay música y canciones que no son buenas para tu alma, y debes dejar de escucharlas; atiende a tus necesidades, porque, en muchas canciones, las letras son inmorales, y Dios te juzgará por lo que escuchas. Si hace falta, vete a confesar y cambia, no perjudiques tu santidad, no pierdas la gracia de Dios, por escuchar canciones que dicen cosas que te excitan, o ideas de adulterio, de fornicación, lascivia. Busca la pureza, quiere para ti y los demás, la virginidad, porque si tan sólo los jóvenes vivieran la pureza, fueran vírgenes y esperaran al matrimonio para darse al otro, tan sólo esto, con ello Dios daría muchas bendiciones y muchas necesidades serían cubiertas, como la necesidad de vivir la caridad.

¿Cómo pueden algunos pretender vivir la caridad, si en su tiempo escuchan canciones egoístas de malos deseos y venganzas?

¿Para qué sufrir de mal de amores, cuando no es amor, sino pasión, lo que hay en muchos corazones?

La pasión sexual, esta que se encapricha de una persona determinada, que se dice que no se puede vivir sin ella, y no hay vínculo matrimonial, ¿cómo puede ser esto?; es sin el amor de Dios, que no se puede vivir bien, ni en esta vida ni en la otra.

Estate alerta, que quizás lo que escuchas, es la causa de estas luchas con tu impureza.

Ten una vida sencilla y digna, la vida de la santidad, de la oración, el silencio, la meditación, ¡la paz! Este es mi deseo para ti, que tanto te gusta la música, las canciones; hay música y canciones que puedes escuchar, son estas que te ayudan a la santidad; y la santidad es la perfección, es buscar a Dios en tu corazón y hallarlo en la oración, en el diálogo tuyo con Dios.

Disfruta de tu vida con buena música y canciones que te ayuden a ser mejor. Busca buenas compañías.

Te quiero santo, virgen y puro, y no sólo casto; quiero que seas santo.

Con afecto sincero.

P. Jesús

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153 Carta / A ti, que no quieres ser realista por miedo

Domingo, 3 de Mayo de 2.015

A ti, que no quieres ser realista por miedo:

Ha habido buenas madres que enseñaron a sus hijos que el miedo era bueno para no querer pecar, es decir, que tener miedo al pecado, esto es bueno.

Yo te digo que es bueno que no tengas miedo a nada, ni al pecado, te digo que ames tanto a Dios, con todas tus fuerzas, tu alma, tu corazón, inteligencia y voluntad, que no necesitarás pensar en el pecado, porque estarás lleno del deseo de amar a Dios y adorarle con todo tu corazón, alabarle y darle gracias.

Quiero que seas realista; mira la historia, lee la Sagrada Biblia; muchos vivieron y murieron, y a ti también te ocurrirá, como a todos, pero ahora tienes la oportunidad de ponerte a bien con Dios y dejar el miedo, cambiándolo por amor serio y fiel.

Dios quiere fidelidad, no quiere que tengas otros dioses, quiere ser Él tu único Dios y Señor, ¡que lo es!

No te dejes engañar, sé realista, lee la Sagrada Biblia y acepta la verdad que hay allí escrita para ti, para todos los hombres de buena voluntad, esos que vieron la estrella en lo alto de la cueva de Belén, brillando para los de corazón puro, que tienen una vida comprometida con su fe, la vida de la Gracia Santificante.

Vivir en gracia de Dios, te da la garantía de tener compañía, la de Dios mismo, que está vivo y vive en los sacramentos, y se te da por tu fe, lealtad, fidelidad y buena voluntad.

Que tu voluntad sea no pecar, porque Dios no lo quiere, porque te da su Ley, que te marca el destino, por cumplirla, por enseñarla, por amarla, porque la Ley de Dios es algo bueno para ti, para todos los que quieren llegar al Cielo, no por miedo, sino por amor, por hallar el amor de Dios en la Cueva de Belén y regalarle tu corazón y entregarle tu vida, para que, con ella, Dios muestre al mundo cómo te ama, como ama Dios, tanto y de tal manera, que tú, por él, eres como Dios quiere, y vives cumpliendo la Ley y siendo feliz, amado por Él.

Con afecto sincero.

P. Jesús

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154 Carta / A ti, que eres bautizado y nunca has comulgado

Domingo, 10 de Mayo de 2.015

A ti, que eres bautizado y nunca has comulgado:

De pequeño te bautizaron y luego se despistaron, la vida llevó a tus padres y padrinos por otros derroteros, donde la fe dejó de tener mérito a sus ojos, y no hicieron de ti un buen cristiano.

A ti que estás bautizado y nunca has comulgado, te digo que eres católico y tienes que procurar instruirte en tu fe y vivirla para recibir de Dios el Amor que te has perdido hasta hoy.

¡Puedes recuperar el tiempo perdido, tu fe puede ponerse al día! 
Recupera la dicha que se interrumpió después de tu bautismo, porque, recibir a Dios en la Comunión, es la alegría de todo buen cristiano católico. ¡No te la pierdas, amigo-a!

Eres bautizado, por lo tanto eres católico, perteneces a la Iglesia de Cristo.

Aprende tu fe, lee, instrúyete, ve a tu Parroquia, a la Iglesia que tengas más cerca, y habla con el sacerdote; cuéntale que eres bautizado pero que nunca has comulgado, ni te has confesado. Él te ayudará en todo, porque es tu Pastor, es quien ha dispuesto la Divina Providencia que te guíe hasta el Cielo, porque los buenos cristianos católicos tenemos una heredad que recibir, y es el Cielo Eterno como porvenir, para estar para siempre en un lugar maravilloso con gente santa, que vive en paz, en la Paz de Dios, en el Reino de los Cielos.

Amigo-a, ¡qué alegría! Tú fuiste bautizado, ahora es tiempo de que te prepares para unirte a Dios por medio de la santa Comunión.

Debes saber que cuando se comulga sin pecado, por haberlos confesado, al ir a comulgar recibes a Jesús, Dios, en cuerpo y alma; y por diez o quince minutos, que es lo que dura la consumación del Pan, de la Sagrada Hostia Consagrada, Dios, Jesús, está vivo y vive dentro de ti, en cuerpo y alma, y te abraza muy fuerte, dándote siempre su amor y toda su misericordia, y es el momento mejor para contarle a Dios tus penas y alegrías, para hablarle claro y pedirle su guía, su ayuda, su protección y bendición.

Amigo-a, no te quedes sin comulgar, porque tú estás bautizado, y estás sellado por el sacramento que te hace heredero del Cielo y te quita el pecado original. Debes hacerme caso y acudir al sacerdote, al bueno, al que es fiel al Papa y a la Iglesia y su Magisterio.

Amigo de Dios, no te quedes sin recibirle, sin tener la oportunidad de saborear el vivir en Gracia de Dios, en Gracia Santificante, ¡es lo mejor que hay!, porque el Amor de Dios te da la Paz y la Alegría.

Con afecto sincero.

P. Jesús

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155 Carta / A ti, que vives pensando en consumir

Domingo, 17 de Mayo de 2.015

A ti, que vives pensando en consumir:

Te cuesta llegar a fin de mes, porque hay muchas cosas que dices que necesitas y compras, no ahorras ni tienes nunca dinero, porque piensas que es verdad el eslogan que muchos han utilizado y utilizan, el de: “te lo mereces”… “Compra esto porque tú te lo mereces”. No digo que tú no te lo merezcas, pero quiero que pienses que quizás no lo necesites, o que a lo mejor no te conviene comprarlo porque es muy caro para ti, y te vas a gastar hasta lo que no tienes.

Plantéate llevar un libro de cuentas de lo que necesitas al mes, a la semana… y también de lo que ganas. Pon los gastos fijos, y sé realista con el dinero que tienes.

Aprende a querer cosas que no tengas que pagar con dinero, cosas como pasar el tiempo en buena compañía, gente fiel y buena, que te de paz y alegría verlos.

No sólo necesitas cosas materiales, también necesitas goces para tu alma, y el alma precisamente lo que necesita es amor, afecto sincero, amistad de la buena.

Deja de preocuparte por la moda, y te sugiero que mires tu cuerpo y lo cubras con ropa que te quede bien y te haga sentir una persona agradable, más que deseable, porque encender los deseos no es bueno; es mejor que te busquen por afecto que por sexo, ¿no crees?

Sé consciente de que cuando das, recibes, por esto antes de gastar en ti, da a los demás, a quien lo necesite para vivir, y verás cómo vas a recibir cosas preciosas; tu conciencia estará contenta, satisfecha de ti, y crecerás en autoestima, porque amar a los demás y ayudarles y darles lo que necesitan para vivir, esto te llena de alegría, la alegría de salir de ti e ir al encuentro de tu-s semejante-s, porque si tu das, un día recibirás; normalmente no es de la misma persona a la que has dado, sino de alguien inesperado, para que veas cómo actúa Dios, que no quiere que sepa tu mano izquierda lo que hace tu mano derecha.

Piensa bien todo lo referente a tu vida, también sobre tu vida económica, porque el dinero es bueno, da muchas alegrías cuando das caridad al necesitado.

Con afecto sincero.

P. Jesús

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157 Carta / A ti, que no alabas a Dios

Domingo, 31 de Mayo de 2.015

A ti, que no alabas a Dios:

Hay quien tiene a Dios para quejarse a Él, de Él mismo, de Dios, de las personas que trata, de lo que pasa en el mundo, de su mala suerte. Y aunque recibe de Dios su ayuda, no le alaba nunca, es como si Dios tuviera la obligación de ayudarle por ser su Padre.

Así hacen muchos niños, jóvenes, adolescentes e hijos maduros, con sus padres, sólo ven lo malo que les han hecho, sólo ven lo negativo de sus padres, y sólo se quejan de ellos, nunca los alaban, jamás piensan en agradecerles nada; esta clase de personas, ¡que hay muchas!, tampoco saben dar gracias a Dios Padre, y no le alaban.

¿Y, qué es alabar? Es hablar bien de una persona, es hablar bien de Dios. 
¿Hablas bien de tus padres?…

¿Hablas bien de Dios? ¿Haces saber a los demás, todo lo bueno y santo que es Dios? ¿Saben los que te conocen, que das gracias a Dios por todo lo bueno que tienes, que le has pedido y tienes?, ¿Alabas a Dios?…
¡Qué maravilloso sería que los discípulos de Cristo alabaran a Dios Padre! 
¿Os imagináis una conversación así?:

—Amigo, que alegría tengo, ¡gracias a Dios he podido llegar a fin de mes!, ¡alabado sea el Señor!

—Y yo también, incluso pude pagar el extra de tener que ir al dentista. ¡Dios es magnífico!

—Que suerte tenemos los que vivimos en Gracia de Dios, Él nos ama tanto, nos ayuda tanto…

¿Suerte?, ¡Gracia!, es pura Gracia de Dios, ¡su regalo!

Ojalá el mundo, tú, alabaras a Dios, tu Señor. Todo te iría mejor.

Con afecto sincero.

P. Jesús

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162 Carta / A ti, que te gusta el fútbol

Domingo, 5 de Julio de 2.015

A ti, que te gusta el fútbol:

Si el fútbol te gusta más que ir a Misa, si tienes un ídolo de fútbol al que cercas más cerca de tu corazón que al mismo Dios, eso no está bien, amigo, rectifica.

Comprendo que eres humano, pero todo ser humano, toda persona, tiene el deber, la obligación de amar a Dios sobre todas las cosas.

En el Cielo, no hay partidos de fútbol, y muchas veces, en el Cielo no están los ídolos de fútbol, porque en el Cielo no hay ídolos, sino personas humildes, personas que aman a Dios sobre todas las cosas, ¡más que al fútbol!

Con afecto sincero.

P. Jesús

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