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12 de Septiembre / Fiesta del Santo Nombre de María

El hecho de que la Santísima Virgen lleve el nombre de María es el motivo de esta festividad, instituida con el objeto de que los fieles encomienden a Dios, a través de la intercesión de la Santa Madre, las necesidades de la iglesia, le den gracias por su omnipotente protección y sus innumerables beneficios, en especial los que reciben por las gracias y la mediación de la Virgen María. Por primera vez, se autorizó la celebración de esta fiesta en 1513, en la ciudad española de Cuenca; desde ahí se extendió por toda España y en 1683, el Papa Inocencio XI la admitió en la iglesia de occidente como una acción de gracias por el levantamiento del sitio a Viena y la derrota de los turcos por las fuerzas de Juan Sobieski, rey de Polonia. 

Esta conmemoración es probablemente algo más antigua que el año 1513, aunque no se tienen pruebas concretas sobre ello. Todo lo que podemos decir es que la gran devoción al Santo Nombre de Jesús, que se debe en parte a las predicaciones de San Bernardino de Siena, abrió naturalmente el camino para una conmemoración similar del Santo Nombre de María.

Fuente: ACI PRENSA

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Fiesta del Santo Nombre de María

Hoy en día que se pagan millonadas por una prenda de vestir de un cantante famoso, que para ir a un concierto no se regatea ningún sacrificio propio o ajeno, y que creyentes e infieles rinden pleitesía a la fama, os quiero hablar del dulce nombre de María, de la Virgen María, Madre de Dios.

Hoy que se ven películas de argumentos increíbles e ilógicos, y el guionista se las ingenia para que tengan algo de coherencia y se inventa lo demás, hoy quiero hablaros de María, la mujer que fué “la Nave” en la que Dios se depositó y viajó de su esencia espiritual a humana para venir en busca de ti, sí, de ti, precisamente de ti. Y María dijo “Sí”, pudiendo decir “no”. Y si hubiera dicho no, que podía decirlo, ahora tú te quedarías sin poder decidir ir al Cielo en tu vida eterna. ¿No es importante para ti María? ¿No le debes nada a María? ¿No puedes venerarla? Es la prenda que Dios utilizó para envolverse de su elemento espiritual y hacerse hombre carnal, como tú y como yo. Y, ¿Qué vas a pagar por esa prenda de Dios: María? ¿Qué harás por María?…

Y…

¿Qué quiere María?…

Dice María, y escrito está en la Biblia cristiana: “Haced lo que mi Hijo os diga”.

Tu nombre, María, la dulzura de tu nombre, envolvió a todo un Dios que se hizo hombre en tus piadosísimas entrañas, y digo piadosísimas porque, por la Gracia de Dios, que tú, María Virgen, estabas envuelta, toda tú eres oración, porque la oración es lo que nos hace conectar con Dios Uno y Trino, y por eso digo y afirmo que toda Tu eres oración piadosísima. Gracias María; Virgen María, Madre de Dios: del Amor.

Amor son tus entrañas, porque diste vida al Amor de todo un Dios de Amor en ellas, y cubriste de amor Su Alma, con tu carne inmaculada y hecha oración por tu oración, oh María, la oración que dijiste con tu bellísima voz, a la que todos los ángeles se inclinan cuando la oyen tan sólo suspirar: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí, según Su Palabra”.

Y el Verbo era Dios y es Dios y habla con las obras todas salidas de su corazón, para el bien del mundo, para el bien de la Iglesia, para el bien tuyo.

Si no fuera por María, tú, tú no te salvarías, aunque Dios ya existiera; si no fuera por María, tú, no te salvarías. Aprende esto, que viene escrito en la Sagrada Biblia.

Tú, sin María, no te salvas. Tú por el Sí de María a ser la esclava de Dios, puedes salvarte por Dios, pero Dios no sería hombre si María no le hubiera dado cuerpo humano, y… no podía ser otra mujer, porque nadie más que María nació llena de Gracia, sólo Ella. La oportunidad era sólo Ella, nadie más que Ella: la Santa; la perfecta criatura que Dios selló con total virtud y la llenó de todas las Gracias, y si no fuera por Ella, por María: NO PODRÍAS SALVARTE, porque Dios no hubiera encontrado un cuerpo para llegar a su hora; a la hora prescrita desde los grandes encuentros entre Dios y los profetas, esos que saben por decirles Dios de su sabiduría. ¡Sólo podía ser María! Y FUÉ.

Bellísimo es tu nombre, capitana de la virtud. Bellísimo es tu nombre, María. Te amo, Madre mía.

P. Jesús
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21 de Septiembre / San Mateo, Apóstol y Evangelista

Dos de los cuatro evangelistas dan a San Mateo el nombre de Leví, mientras que San Marcos lo llama, «hijo de Alfeo». Posiblemente Leví era su nombre original y adoptó el mismo el nombre de Mateo cuando se convirtió en seguidor de Jesús. 

San Mateo era galileo por nacimiento y se sabe con certeza que su profesión era la de publicano, o recolector de impuestos para los romanos, oficio considerado infame para los judíos. El llamado a San Mateo ocurrió en el segundo año del ministerio público de Jesucristo, y éste le adoptó enseguida en la santa familia de los Apóstoles; desde el momento del llamado, el evangelista siguió al Señor hasta el término de su vida terrena y sin duda escribió su Evangelio a pedido de los judíos convertidos en lengua aramea. 

San Mateo, tras haber recogido una abundante cosecha de almas en Judea, se fue a predicar la doctrina de Cristo en las naciones de oriente, pero nada cierto se sabe de ese periodo de su existencia. La Iglesia también lo venera como mártir, no obstante que hasta la fecha, se desconoce las causas y el lugar de su muerte.

Fuente: EWTN

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Mateo, Apóstol y Evangelista

Dios no eligió a sus apóstoles el mismo día, sino que los fue eligiendo al pasar el tiempo, y se fijaba bien en quién debía ser de los suyos. Tú debes hacer igual, y no te precipites en dar tu amistad y tu confianza a la ligera, antes vigila y estate alerta, y espera hallar a un San Mateo, para ser tu fiel compañero.

P. Jesús
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24 de Septiembre / Fiesta de Nuestra Señora de las Mercedes

La Santísima Virgen se le apareció a San Pedro Nolasco, en 1218, recomendándole que fundara una comunidad religiosa que se dedicara a auxiliar a los cautivos que eran llevados a sitios lejanos. Esta advocación mariana nace en España y se difunde por el resto del mundo. 

San Pedro Nolasco, inspirado por la Santísima Virgen, funda una orden dedicada a la merced (que significa obras de misericordia). Su misión era la misericordia para con los cristianos cautivos en manos de los musulmanes. Muchos de los miembros de la orden canjeaban sus vidas por la de presos y esclavos. Fue apoyado por el rey Jaime el Conquistador y aconsejado por San Raimundo de Peñafort. 

San Pedro Nolasco y sus frailes muy devotos de la Virgen María, la tomaron como patrona y guía. Su espiritualidad es fundamentada en Jesús el liberador de la humanidad y en la Santísima Virgen, la Madre liberadora e ideal de la persona libre. Los mercedarios querían ser caballeros de la Virgen María al servicio de su obra redentora. Por eso la honran como Madre de la Merced o Virgen Redentora. 

En 1272, tras la muerte del fundador, los frailes toman oficialmente el nombre de La Orden de Santa María de la Merced, de la redención de los cautivos, pero son mas conocidos como mercedarios. El Padre Antonio Quexal en 1406, siendo general de la Merced, dice: «María es fundamento y cabeza de nuestra orden». 

Esta comunidad religiosa se ha dedicado por siglos a ayudar a los prisioneros y ha tenido mártires y santos. Sus religiosos rescataron muchísimos cautivos que estaban presos en manos de los feroces sarracenos. 

El Padre Gaver, en 1400, relata como La Virgen llama a San Pedro Nolasco y le revela su deseo de ser liberadora a través de una orden dedicada a la liberación. 

Nolasco le pide ayuda a Dios y, en signo de la misericordia divina, le responde La Virgen María diciéndole que funde una orden liberadora. 

Desde el año 1259 los padres Mercedarios empiezan a difundir la devoción a Nuestra Señora de la Merced (o de las Mercedes) la cual se extiende por el mundo. 

América 

Los mercedarios llegan al continente americano y pronto la devoción a la Virgen de la Merced se propaga ampliamente. En República Dominicana, Perú, Argentina y muchos otros países, la Virgen de la Merced es muy conocida y amada. 

NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED
ESPAÑA
 

En los últimos siglos de la Edad Media, los árabes tenían en su poder el sur y el levante español y sus vidas en vilo. Los turcos y sarracenos habían infestado el Mediterráneo, y atacaban a los barcos que desembarcaban en las costas llevándose cautivos; a muchos. 

Un alma caritativa, suscitada por Dios, a favor de los cautivos, fue San Pedro Nolasco, de Barcelona, llamado el Cónsul de la Libertad. Se preguntaba cómo poner remedio a tan triste situación y le rogaba insistentemente a la Virgen María. 

Pronto empezó a actuar en la compra y rescate de cautivos, vendiendo cuanto tenía. La noche del 1 de agosto de 1218, Nolasco estando en oración, se le apareció la Virgen María, le animó en sus intentos y le transmitió el mandato de fundar la Orden Religiosa de la Merced para redención de cautivos. Pocos días después, Nolasco cumplía el mandato. Los mercedarios se comprometían con un cuarto voto: liberar a otros más débiles en la fe quedando como rehenes, si fuera necesario. 

De este modo, a través de los miembros de la Nueva Orden, la Virgen María, Madre y Corredentora, Medianera de todas las gracias, aliviaría a sus hijos cautivos y a todos los que suspiraban a ella, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. A todos daría la merced de su favor. 

La Virgen María tendrá desde ahora la advocación de la Merced, o más bello todavía en plural: Nuestra Señora de las Mercedes, indicando así la abundancia incontable de sus gracias. ¡Hermosa advocación y hermoso nombre el de Mercedes! 

Nuestra Señora de las Mercedes concedería a sus hijos la merced de la liberación. Alfonso X el Sabio decía que «sacar a los hombres de cautivo es cosa que place mucho a Dios, porque es obra de la Merced». 

Bajo la protección de Nuestra Señora de la Merced, los frailes mercedarios realizaron una labor ingente. Como ingentes fueron los sufrimientos de San Pedro Nolasco, San Ramón Nonato y San Pedro Armengol. Y no faltaron mártires como San Serapio, San Pedro Pascual y otros muchos. 

El culto a Nuestra Señora de la Merced se extendió muy pronto por Cataluña y por toda España, por Francia y por Italia, a partir del siglo XIII. El año 1265 aparecieron las primeras monjas mercedarias. Los mercedarios estuvieron entre los primeros misioneros de América. En la Española o República Dominicana, por ejemplo, misionó Fray Gabriel Téllez (Tirso de Molina). 

Barcelona se gloria de haber sido escogida por Nuestra Señora de la Merced como lugar de su aparición y la tiene por celestial patrona. »¡Princesa de Barcelona, protegiu nostra ciutat!» 

En el museo de Valencia hay un cuadro de Vicente López en el que varias figuras vuelven su rostro hacia la Virgen de la Merced, como implorándole, mientras la Virgen abre sus brazos y extiende su manto, cubriéndolos a todos con amor, reflejando así su título de Santa María de la Merced. 

NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES DE TUCUMÁN
ARGENTINA
 

Tucumán, fue fundada por don Diego de Villarroel en 1565, pero el día de Nuestra Señora de las Mercedes de 1685 fue trasladada al sitio actual. 

El Cabildo en 1687 nombró a Nuestra Señora de las Mercedes como Patrona y Abogada de la ciudad, por los muchos favores que la Virgen dispensó a los tucumanos. 

La victoria argentina en la batalla de Tucumán del 24 de septiembre de 1812, es acreditada a Nuestra Señora de las Mercedes. En ella se decidió la suerte de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Los españoles eran unos tres mil y los argentinos apenas mil ochocientos. Belgrano, el general argentino, puso su confianza en Dios y en Nuestra Señora de las Mercedes, a quien eligió por Patrona de su Ejército. 

En la mañana del 24 de septiembre de 1812, día del combate, el general Belgrano estuvo orando largo rato ante el altar de la Virgen. El ejército argentino obtuvo la victoria. En el parte que transmitió al Gobierno, Belgrano hizo resaltar que la victoria se obtuvo el día de Nuestra Señora de las Mercedes, bajo cuya protección se habían puesto las tropas. 

El parte dice textualmente: ‘La patria puede gloriarse de la completa victoria que han tenido sus armas el día 24 del corriente, día de Nuestra Señora de las Mercedes bajo cuya protección nos pusimos «. 

El general Belgrano puso en manos de la imagen de la Virgen su bastón de mando. La entrega se efectuó durante una solemne procesión con todo el ejército, que terminó en el Campo de las Carreras, donde se había librado la batalla. 

Belgrano se dirigió hacia las andas en que era conducida la imagen de Nuestra Señora de las Mercedes, y le entregó el bastón que llevaba, poniéndolo en las manos de la Virgen y proclamándola como Generala del Ejército. 

Al tener conocimiento de estos actos de devoción las religiosas de Buenos Aires, remitieron a Belgrano cuatro mil escapularios de Nuestra Señora de la Merced para que los distribuyera a las tropas. El batallón de Tucumán se congregó antes de partir rumbo a Salta, frente al atrio del templo de Merced, donde se les entregaron los escapularios, tanto los jefes como oficiales y tropas los colocaron sobre sus uniformes. 

El 20 de febrero de 1813 los argentinos que buscaban su independencia se enfrentaron nuevamente con los españoles en Salta. Antes de entrar en combate, Belgrano recordó a sus tropas el poder y valimiento de María Santísima y les exhortó a poner en Ella su confianza. Formuló también el voto de ofrendarle los trofeos de la victoria si por su intercesión la obtenía. 

Con la ayuda de la Madre de Dios vencieron nuevamente a los españoles, y de las cinco banderas que cayeron en poder de Belgrano, una la destinó a Nuestra Señora de las Mercedes de Tucumán, dos a la Virgen de Luján y dos a la Catedral de Buenos Aires. 

A partir del año 1812, el culto a Nuestra Señora de las Mercedes adquiere una gran solemnidad y popularidad. En 1813, el Cabildo de Tucumán pide al gobierno eclesiástico la declaración del vicepatronato de Ntra. Sra. de las Mercedes «que se venera en la Iglesia de su religión» y ordena de su parte que los poderes públicos celebren anualmente su fiesta el 24 de septiembre9. La Autoridad Eclesiástica, por Decreto especial, declara el 4 de septiembre de 1813 festivo en homenaje a Nuestra Señora de las Mercedes el 24 de septiembre. 

Después del 31 de agosto de 1843, es declarada oficialmente Vice Patrona, jurando su día por festivo y disponiendo se celebre cada año una Misa solemne con asistencia del Magistrado y que por la tarde se saque la imagen de la Santísima Virgen en procesión, como prueba de gratitud por los beneficios dispensados. 

Al cumplirse el centenario de la batalla y victoria de Tucumán, la imagen de Nuestra Señora de las Mercedes fue coronada solemnemente, en nombre del Papa San Pio X, en 1912. 

El 22 de junio de 1943, el Presidente de la República, General Pedro P. Ramirez, por decreto aprobado el día anterior con sus ministros, dispuso por el artículo 1ro.: 
«Quedan reconocidas con el grado de Generala del Ejército Argentino: la Santísima Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora de las Mercedes, y la Santísima Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen». 

Los artículos 2,3 y 5 se refieren a la imposición de la banda y faja que corresponde a los generales de la nación. El gobierno Argentino proclama así, solemnemente, ante el mundo, su religiosidad. 

En 1945, el Gobierno Nacional designó a Nuestra Señora de las Mercedes Patrona Principal de la Aeronáutica Militar. 

En Santa Fe la imagen se venera en el templo del Milagro, Paraná se venera en la catedral, en Córdoba en la Iglesia de los Padres Mercedarios, y así en muchos otros lugares. 

Oración a Nuestra Señora de la Merced 

Generala del Ejército Argentino 
A ti recurrimos, oh Virgen Generala de nuestros Ejércitos, para implorar tu maternal protección sobre esta Patria Argentina. 
Te recordamos que aquí se alzó el altar donde se glorificó a Jesús Eucarístico ante el mundo entero; que nuestra bandera se hizó en la presencia augusta de tu divino Hijo; que los colores nacionales cruzan sobre tu pecho cual blasón de Generala del Ejército Argentino. 
Por todo esto te pedimos que protejas a nuestra Patria erigida según los designios divinos y que del uno al otro confín sepan los pueblos honrarla y que al postrarnos ante tu imagen de Virgen Generala resuene esta unánime aclamación: 
¡Tú eres la gloria de nuestra Patria. Tú eres la honra de nuestro pueblo! ¡Tú la Generala de nuestro Ejército!. 

NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES
REPÚBLICA DOMINICANA
 

Una de las imágenes de gran devoción en Santo Domingo, y la más antigua es la de Nuestra Señora de las Mercedes. 

En marzo de 1495 Cristóbal Colón, acompañado de unos cuantos españoles, tuvo que enfrentar a un crecido número de indios acaudillados por un cacique. Levantaron una trinchera y junto a ella colocaron una gran cruz de madera. 

Los indios lograron desalojar a los españoles, quienes de inmediato se replegaron a un cerro. Mientras tanto los indios prendieron fuego a la cruz y con hachas intentaban destruirla, sin poder lograrlo. Ante la agresividad de los indios, Colón y la mayoría de la tropa decidieron retirarse del lugar. Sin embargo el mercedario Fray Juan Infante, confesor de Colón, que llevaba consigo una imagen de Nuestra Señora de las Mercedes, exhortó a los españoles a seguir combatiendo y les prometió la victoria en nombre de la Virgen. 

Al día siguiente las fuerzas de Colón obtuvieron una increíble victoria frente a los indios, quienes se dispersaron por los montes. Luego de este suceso se construyó un santuario a Nuestra Señora de las Mercedes en la misma cumbre del cerro donde Colón colocó la milagrosa cruz. 

Nuestra Señora de la Merced
Patrona de Perú
 

La devoción a Nuestra Señora de las Mercedes en el Perú se remonta a los tiempos de la fundación de Lima. Consta que los Padres Mercedarios, que llegaron al Perú junto con los conquistadores, habían edificado ya su primitiva iglesia conventual hacia 1535, templo que sirvió como la primera parroquia de Lima hasta la construcción de la Iglesia Mayor en 1540. 

Los Mercedarios no sólo evangelizaron a la región sino que fueron gestores del desarrollo de la ciudad al edificar los hermosos templos que hoy se conservan como valioso patrimonio histórico, cultural y religioso. 

Junto con estos frailes llegó su celestial patrona, la Virgen de la Merced, advocación mariana del siglo XIII. 

Esta Orden de la Merced, aprobada en 1235 como orden militar por el Papa Gregorio IX, logró liberar a miles de cristianos prisioneros, convirtiéndose posteriormente en una dedicada a las misiones, la enseñanza y a las labores en el campo social. Los frailes mercedarios tomaron su hábito de las vestiduras que llevaba la Virgen en la aparición al fundador de la orden. 

La imagen de la Virgen de la Merced viste totalmente de blanco; sobre su larga túnica lleva un escapulario en el que está impreso, a la altura del pecho, el escudo de la orden. Un manto blanco cubre sus hombros y su larga cabellera aparece velada por una fina mantilla de encajes. En unas imágenes se la representa de pie y en otras sentada; unas veces se muestra con el Niño en los brazos y otras los tiene extendidos mostrando un cetro real en la mano derecha y en la otra unas cadenas abiertas, símbolo de liberación. Esta es la apariencia de la hermosa imagen que se venera en la Basílica de la Merced, en la capital limeña, que fue entronizada a comienzos del siglo XVII y que ha sido considerada como patrona de la capital. 

Fue proclamada en 1730 «Patrona de los Campos del Perú»; «Patrona de las Armas de la República» en 1823; y al cumplirse el primer centenario de la independencia de la nación, la imagen fue solemnemente coronada y recibió el título de «Gran Mariscala del Perú» el día 24 de septiembre de 1921, solemnidad de Nuestra Señora de la Merced, desde entonces declarada fiesta nacional, ocasión en que cada año el ejército le rinde honores a su alta jerarquía militar de «Mariscala». La imagen porta numerosas condecoraciones otorgadas por la república de Perú y sus gobernantes e instituciones nacionales. En 1970 el cabildo de Lima le otorgó las «Llaves de la ciudad» y en 1971 el presidente de la República le impuso la Gran Cruz Peruana al Mérito Naval, gestos que demuestran el cariño y la devoción del Perú a esta advocación considerada por muchos como su Patrona Nacional.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Fiesta de Nuestra Señora de las Mercedes

Hazte devoto y propagador de la Virgen de la Merced, porque tú necesitas que te conceda sus mercedes, y Ella, la Virgen María de las Mercedes, quiere dártelas, si tú se las pides. Confía en Ella, es la Madre de Dios, y es tú Señora. Dile: “Señora mía, Oh Virgen, Madre mía,  quiero tus mercedes, para ser feliz otro día en la Vida Eterna y ser bueno y recibir el bien en esta vida terrena. Amén”.

P. Jesús

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29 de Septiembre / San Miguel, San Rafael y San Gabriel

SAN MIGUEL ARCÁNGEL

La fiesta a la que nos referimos hoy, se ha celebrado con gran solemnidad a fines de setiembre, desde el siglo sexto por lo menos. El Martirologio Romano afirma que la festividad se celebra la dedicación de una Basílica en honor de San Miguel, a unos 10 kilómetros al norte de Roma. En el oriente, donde antaño se tenia al arcángel como protector de los enfermos (actualmente se le considera como Capitán de las legiones celestiales y Patrón de los soldados), la veneración a San Miguel es todavía mas antigua.

Aunque solamente a San Miguel se le menciona como titular de la festividad, en las oraciones que pronuncia los fieles en la misa también están comprendidos todos los ángeles y buenos y el glorioso ángel tutelar de la Iglesia.. En esas oraciones se pide que demos gracias a Dios por la gloria de que gozan los ángeles y que nos alegremos de felicidad, así como también, se nos invita a honrar a los ángeles y a implorar su intercesión y ayuda.

SAN GABRIEL ARCANGEL

Por decreto de la Sagrada Congregación de Ritos, se ordenó que la fiesta de San Gabriel Arcángel fuera considerada en el futuro como doble de primera clase, a partir del 24 de marzo, para toda la Iglesia occidental. Según el profeta Daniel (IX, 21) fue Gabriel el que anunció le anunció el tiempo de la venida del Mesías; que fue él, de nuevo, quien se apareció a Zacarías «estando de pie a la derecha del altar del incienso» (Lucas 1, 10-19), para darle a conocer el futuro nacimiento del Precursor y finalmente, que el arcángel como embajador de Dios, fue enviado a María, en Nazaret para proclamar el misterio de la Encarnación. Es por lo tanto apropiado que Gabriel sea honrado en este día que precede a la fiesta de la Anunciación de la Santísima Virgen. Por otro lado, existe evidencia arqueológica que el culto de San Gabriel no es en ningún sentido una innovación; hay muchas representaciones del ángel en el arte primitivo cristiano, tanto de oriente como de occidente. Este mensajero del cielo es también el santo patrón de los que trabajan en los servicios postales, de telégrafos y teléfonos.

SAN RAFAEL ARCANGEL

La Biblia sólo menciona por su nombre a tres de los siete Arcángeles que, según la tradición judío cristiana, se hallan más cerca del trono de Dios: Miguel, Gabriel y Rafael.

En el Libro de Tobías se cuenta que Dios envió a San Rafael a ayudar al anciano Tobías, quien estaba ciego y se hallaba en una gran aflicción, y a Sarah, la hija de Raquel, cuyos siete maridos habían muerto la noche del día bodas. San Rafael tomó la forma humana y se hizo llamar Azarías. Éste, acompañó a Tobías en su viaje, le ayudó en sus dificultades y le explicó cómo podía casarse con Sarah sin peligro alguno. En el libro de Tobías él mismo Arcángel se describe como «uno de los siete que están en la presencia del Señor».

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Miguel, San Rafael y San Gabriel

Siete son los Arcángeles que están más cerca del trono de Dios; siete son los sacramentos, como siete veces siete se tiene que perdonar a otra persona.

Los Arcángeles, seres espirituales y verídicos, verídicos como son los demonios, pero unos malos y otros buenos.

Si tú temes que hacen hechizos contra tu persona, o por alguien conocido, pide ayuda a San Rafael; él ayuda eficazmente en estas fechorías que llevan a cabo en sociedad los demonios y las malas personas, que unidos a una, hacen mal y maldades. Confía pues en el Arcángel San Rafael, que te librará por la Gracia y voluntad de Dios de toda fechoría maligna, porque es un Arcángel; en cambio Satanás y sus secuaces sólo son ángeles; no están cerca del trono de Dios.

Si necesitas enviar un mensaje a Dios, vía rápida, además de la intercesión de la Virgen María, pídele al Arcángel San Gabriel que lo presente a los pies de Dios en el mismo trono del Rey de reyes.

Y para la paz en el mundo, para la Evangelización, para que Dios Espíritu Santo no halle impedimentos humanos o demoníacos a su Labor y Gracia de amar al hombre, reza al Arcángel San Miguel, caudillo de ángeles que lucharon contra Satanás y lo derribaron de la faz de Dios para encerrarlo en las profundidades del Infierno eterno. Él, el Arcángel San Miguel tiene todas las armas espirituales para luchar a favor de Dios y de los que desean un mundo para mayor Gloria de Dios, donde el Amor de Dios Espíritu Santo, se mueva en el Amor de todo un Dios y remueva la capacidad del hombre de amar, en su esencia de alma espiritual, viajando por la tierra para hallar el camino del Amor de Dios y a Dios y con Dios.

Tres arcángeles conocidos, tres ayudas que Dios nos da. Aceptémoslas con humildad.

P. Jesús
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5 de Octubre / Santa María Faustina Kowalska

Sor María Faustina, apóstol de la Divina Misericordia, forma parte del círculo de santos de la Iglesia más conocidos. A través de ella el Señor Jesús transmite al mundo el gran mensaje de la Divina Misericordia y presenta el modelo de la perfección cristiana basada sobre la confianza en Dios y la actitud de caridad hacia el prójimo. 

Nació el 25 de agosto de 1905 como la tercera hija entre diez hermanos en la familia de Mariana y Estanislao Kowalski, campesinos de la aldea de Głogowiec. En el santo bautizo, celebrado en la iglesia parroquial de Świnice Warckie, se le impuso el nombre de Elena. Desde pequeña se destacó por el amor a la oración, la laboriosidad, la obediencia y una gran sensibilidad ante la pobreza humana. A los 9 años recibió la Primera Comunión. La vivió muy profundamente, consciente de la presencia del Huésped Divino en su alma. Su educación escolar duró apenas tres años. Al cumplir 16 años abandonó la casa familiar para, trabajando de empleada doméstica en casas de familias acomodadas de Aleksandrów, Łódź y Ostrówek, mantenerse a sí misma y ayudar a los padres. 

Ya desde los 7 años sentía en su alma la llamada a la vida religiosa, pero ante la negativa de los padres para su entrada en el convento, intentó apagar dentro de sí la voz de la vocación divina. Sin embargo, apresurada por la visión de Cristo sufriente fue a Varsovia y allí, el 1 de agosto de 1925 entró en la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia donde, como sor María Faustina, vivió trece años. Trabajó en distintas casas de la Congregación. Pasó los períodos más largos en Cracovia, Płock y Vilna cumpliendo los deberes de cocinera, jardinera y portera. 

Para quien la observara desde fuera nada hubiera delatado su singular intensa vida mística. Cumplía sus deberes con fervor, observaba fielmente todas las reglas del convento, era recogida y callada, pero a la vez natural, llena de amor benévolo y desinteresado al prójimo. Su vida, aparentemente ordinaria, monótona y gris, se caracterizó por la extraordinaria profundidad de su unión con Dios. 

Su espiritualidad se basa en el misterio de la Divina Misericordia, que ella meditaba en la Palabra de Dios y contemplaba en lo cotidiano de su vida. El conocimiento y la contemplación del misterio de la Divina Misericordia desarrollaban en ella una actitud de confianza de niño hacia Dios y la caridad hacia el prójimo. Oh Jesús mío —escribió— cada uno de tus santos refleja en sí una de tus virtudes, yo deseo reflejar tu Corazón compasivo y lleno de misericordia, deseo glorificarlo. Que tu misericordia, oh Jesús, quede impresa sobre mi corazón y mi alma como un sello y éste será mi signo distintivo en esta vida y en la otra. (Diario 1242). Sor Faustina era una fiel hija de la Iglesia a la que amaba como a Madre y como el Cuerpo Místico de Jesucristo. Consciente de su papel en la Iglesia, colaboró con la Divina Misericordia en la obra de salvar a las almas perdidas. Con este propósito se ofreció como víctima cumpliendo el deseo del Señor Jesús y siguiendo su ejemplo. Su vida espiritual se caracterizó por el amor a la Eucaristía y por una profunda devoción a la Madre de la Divina Misericordia.

Los años de su vida en el convento abundaron en gracias extraordinarias: revelaciones, visiones, estigmas ocultos, la participación en la Pasión del Señor, el don de bilocación, los dones de leer en las almas humanas, de profecía y de desposorios místicos. Un contacto vivo con Dios, con la Santísima Madre, con ángeles, santos y almas del purgatorio: todo el mundo extraordinario no era para ella menos real que el mundo que percibía a través de los sentidos. Colmada de tantas gracias extraordinarias sabía, sin embargo, que no son éstas las que determinan la santidad. En el Diario escribió: Ni gracias, ni revelaciones, ni éxtasis, ni ningún otro don concedido al alma la hace perfecta, sino la comunión interior de mi alma con Dios. Estos dones son solamente un adorno del alma, pero no constituyen ni la sustancia ni la perfección. Mi santidad y perfección consisten en una estrecha unión de mi voluntad con la voluntad de Dios (Diario 1107). 

El Señor Jesús escogió a sor Faustina por secretaria y apóstol de su misericordia para, a través de ella, transmitir al mundo su gran mensaje. En el Antiguo Testamento —le dijo— enviaba a los profetas con truenos a mi pueblo. Hoy te envío a ti a toda la humanidad con mi misericordia. No quiero castigar a la humanidad doliente, sino que deseo sanarla, abrazarla con mi Corazón misericordioso (Diario 1588). 

La misión de sor Faustina consiste en 3 tareas: 

– Acercar y proclamar al mundo la verdad revelada en la Sagrada Escritura sobre el amor misericordioso de Dios a cada persona. 

– Alcanzar la misericordia de Dios para el mundo entero, y especialmente para los pecadores, por ejemplo a través de la práctica de las nuevas formas de culto a la Divina Misericordia, presentadas por el Señor Jesús: la imagen de la Divina Misericordia con la inscripción: Jesús, en ti confío, la fiesta de la Divina Misericordia, el primer domingo después de la Pascua de Resurrección, la coronilla a la Divina Misericordia y la oración a la hora de la Misericordia (las tres de la tarde). A estas formas de la devoción y a la propagación del culto a la Divina Misericordia el Señor Jesús vinculó grandes promesas bajo la condición de confiar en Dios y practicar el amor activo hacia el prójimo. 

– La tercera tarea es inspirar un movimiento apostólico de la Divina Misericordia que ha de proclamar y alcanzar la misericordia de Dios para el mundo y aspirar a la perfección cristiana siguiendo el camino trazado por la beata sor María Faustina. Este camino es la actitud de confianza de niño hacia Dios que se expresa en cumplir su voluntad y la postura de caridad hacia el prójimo. Actualmente este movimiento dentro de la Iglesia abarca a millones de personas en el mundo entero: congregaciones religiosas, institutos laicos, sacerdotes, hermandades, asociaciones, distintas comunidades de apóstoles de la Divina Misericordia y personas no congregadas que se comprometen a cumplir las tareas que el Señor Jesús transmitió por sor María Faustina. 

Sor María Faustina manifestó su misión en el Diario que escribió por mandato del Señor Jesús y de los confesores. Registró en él con fidelidad todo lo que Jesús le pidió y describió todos los encuentros de su alma con Él. Secretaria de mi más profundo misterio —dijo el Señor Jesús a sor María Faustina— tu misión es la de escribir todo lo que te hago conocer sobre mi misericordia para el provecho de aquellos que leyendo estos escritos, encontrarán en sus almas consuelo y adquirirán valor para acercarse a mí (Diario 1693). Esta obra acerca de modo extraordinario el misterio de la misericordia Divina. Atrae no solamente a la gente sencilla sino también a científicos que descubren en ella un frente más para sus investigaciones. El Diario ha sido traducido a muchos idiomas, por citar algunos: inglés, alemán, italiano, español, francés, portugués, árabe, ruso, húngaro, checo y eslovaco. 

Sor María Faustina extenuada físicamente por la enfermedad y los sufrimientos que ofrecía como sacrificio voluntario por los pecadores, plenamente adulta de espíritu y unida místicamente con Dios murió en Cracovia el 5 de octubre de 1938, con apenas 33 años. La fama de la santidad de su vida iba creciendo junto con la propagación de la devoción a la Divina Misericordia y a medida de las gracias alcanzadas por su intercesión. Entre los años 1965-67 en Cracovia fue llevado a cabo el proceso informativo sobre su vida y sus virtudes y en 1968 se abrió en Roma el proceso de beatificación, concluido en diciembre de 1992. El 18 de abril de 1993, en la Plaza de San Pedro de Roma, el Santo Padre Juan Pablo II beatificó a Sor María Faustina. Sus reliquias yacen en el santuario de la Divina Misericordia de Cracovia-Łagiewniki. 

FUENTE: www.vatican.va

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa María Faustina Kowalska

La madurez de un alma no es su edad sino que es su caridad. Por la caridad que hay en cada persona, por el servicio a los demás, se sabe de la eficacia de la oración como alimento, y los sacramentos como sustento, y todo ello nos dicen que una persona está madura espiritualmente. Así de madura, Santa María Faustina Kowalska estuvo a pronta edad, y por eso Dios mismo la eligió como Su secretaria y portadora de bendiciones, y la mayor bendición de una persona es el cumplimiento fiel de su deber por caridad, con caridad, para servicio a los demás, de caridad.

Las oraciones, por si solas, no atraen las gracias; debe el corazón rebosar de obras de esa oración con la que expresa el alma a Dios su amor.

Obras son amores y no sólo oraciones.

Santa María Faustina Kowalska tuvo oraciones de amor y obras de caridad. ¡Es santa!

P. Jesús

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11 de Octubre / Santa María Soledad Torres

Esta es la santa fundadora de las hermanas Siervas de María, Ministras de los enfermos, que tienen 126 casas en el mundo con 2,380 religiosas. 
Nació en 1826 en Madrid (España), hija de modestos comerciantes que la instruyeron muy bien en la religión. 
Estudió con las hermanas Vicentinas y al ver la dedicación total de estas religiosas a los más pobres, se entusiasmó por la vida religiosa. Pero era muy débil de salud y no fue admitida en la comunidad. Solamente a la edad de 25 años logrará cumplir su anhelo de ser religiosa. 
El párroco de un barrio pobre de Madrid se entristecía al ver que muchos enfermos morían en el más completo abandono y sin recibir los santos sacramentos. Y pensó en reunir a un grupo de mujeres piadosas que visitaran a los enfermos en sus domicilios y les ayudaran a bien morir. 
Al enterarse Soledad Torres de este deseo del párroco se presentó a él para ofrecerse a ayudarle en tan caritativa misión. Ella desde niña había asistido a varios moribundos y sentía un gusto especial por asistir a enfermos y moribundos. Era una gracia que le había concedido el Espíritu Santo. Aunque el sacerdote le rechazó en una primera entrevista porque le parecía muy débil y enfermiza para esas labores, después se dio cuenta de que era un alma de Dios y con ella y seis compañeras más, fundó el 15 de agosto de 1851, la comunidad de Siervas de María o Ministros de los enfermos. 
La novedad de esta comunidad era que ellas debían asistir a domicilio y totalmente gratis a los enfermos que lo solicitaran. 
Por aquellos tiempos llegó a Europa la terrible epidemia del cólera y en los hospitales no cabían los enfermos. Muchos de ellos eran abandonados por sus familiares por temor al contagio. Fue entonces cuando María Soledad y sus religiosas se multiplicaron por todas partes para atender a los más abandonados. 
El fundador de la comunidad se fue de misionero a lejanas tierras y el sucesor se dejó creer de cuentos y habladurías y destituyó a Soledad del cargo de superiora. Ella se alegró de poder asemejarse a Cristo en padecer incomprensiones y persecuciones. En sus visitas a Jesús Sacramentado obtenía fuerzas para sufrir con paciencia y por amor a Dios. Después se supo la verdad de todo y fue restablecida en su cargo, y bajo su dirección se extendió admirablemente su congregación. Murió la santa el 11 de octubre de 1887 a la edad de 61 años. Fue canonizada por Pablo VI en 1970.

Fuente: EWTN

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa María Soledad Torres

Sufren los santos, porque un santo no puede ser jamás verdugo, y siempre es la víctima de la mala fe de los demás.

La falta de fe, en las personas, les hace hacer cosas malas, porque quien tiene fe hace obras de fe. Entonces, que quede claro, que quien daña a los demás, este-esta, no es santo-santa, ni tiene las obras de la fe, por lo cual no tiene fe, porque sin fe, las obras están muertas; por eso, aunque sean religiosas o sacerdotes los que obran mal, sabremos que no tienen fe, porque la fe hace que se obre, que obremos, cosas buenas para los demás.

Santa María Soledad Torres, como Cristo, fué víctima de los suyos.

Aprendamos de ella y suframos como ella, no los malos entendidos, sino la maldad real de la falta de fe, en quien debe tenerla.

Si tú sufres por la maldad de tus padres, de tus hijos, de tus hermanos, de tus amigos, de algún sacerdote o religiosa, que sepas que, ser la víctima, es lo que tienes que ser, y ello te proclama persona de fe, por sufrirlo, por no devolver mal por mal, por aceptarlo y esperar la justicia de Dios, que todo, todo, lo pone en su lugar. Un día u otro, si tú eres siempre bueno-buena, verás como te llamarán de tu exilio y, restituyéndote del cargo, volverán a llamarte “Padre”, “Madre”, como volvieron a llamar: “Madre”, por ser nuevamente la Superiora del convento, a Santa María Soledad Torres. ¡Santa por su amor a Cristo, y unión con Él, en la perfección de su sufrimiento!

P. Jesús

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16 de Octubre / Santa Margarita de Alacoque

Margarita nace el 22 de julio de 1647 en el pequeño pueblo de Lautecour en Francia. Su padre Claudio Alacoque, juez y notario. La mamá Filiberta Lamyn. Los hijos son cinco. La menor es Margarita. El párroco, Antonio Alacoque, tío suyo, la bautiza a los tres días de nacida. Ella dice en su autobiografía que desde pequeña le concedió Dios que Jesucristo fuera el único dueño de su corazón. Y le concedió otro gran favor: un gran horror al pecado, de manera que aun la más pequeña falta le resultaba insoportable. Dice que siendo todavía una niña, un día en la elevación de la Santa Hostia en la Misa le hizo a Dios la promesa de mantenerse siempre pura y casta. Voto de castidad. Aprendió a rezar el rosario y lo recitaba con especial fervor cada día y la Virgen Santísima le correspondió librándola de muchos peligros. La llevan al colegio de las Clarisas y a los nueve años hace La Primera Comunión. Dice «Desde ese día el buen Dios me concedió tanta amargura en los placeres mundanos, que aunque como jovencita inexperta que era a veces los buscaba, me resultaban muy amargos y desagradables. En cambio encontraba un gusto especial en la oración». Vino una enfermedad que la tuvo paralizada por varios años. Pero al fin se le ocurrió consagrarse a la Virgen Santísima y ofrecerle propagar su devoción, y poco después Nuestra Señora le concedió la salud. Era muy joven cuando quedó huérfana de padre, y entonces la mamá de Don Claudio Alacoque y dos hermanas de él, se vinieron a la casa y se apoderaron de todo y la mamá de Margarita y sus cinco niños se quedaron como esclavizados. Todo estaba bajo llave y sin el permiso de las tres mandonas mujeres no salía nadie de la casa. Así que a Margarita no le permitían ni siquiera salir entre semana a la iglesia. Ella se retiraba a un rincón y allí rezaba y lloraba. La regañaban continuamente. En medio de tantas penas le pareció que Nuestro Señor le decía que deseaba que ella imitara lo mejor posible en la vida de dolor al Divino Maestro que tan grandes penas y dolores sufrió en su Pasión y muerte. En adelante a ella no sólo no le disgusta que le lleguen penas y dolores sino que acepta todo esto con el mayor gusto por asemejarse lo mejor posible a Cristo sufriente. Lo que más la hacía sufrir era ver cuán mal y duramente trataban a su propia madre. Pero le insistía en que ofrecieran todo esto por amor de Dios. Una vez la mamá se enfermó tan gravemente de erisipela que el médico diagnosticó que aquella enfermedad ya no tenía curación. Margarita se fue entonces a asistir a una Santa Misa por la salud de la enferma y al volver encontró que la mamá había empezado a curar de manera admirable e inexplicable. Lo que más le atraía era el Sagrario donde está Jesús Sacramentado en la Sagrada Hostia. Cuando iba al templo siempre se colocaba lo más cercana posible al altar, porque sentía un amor inmenso hacia Jesús Eucaristía y quería hablarle y escucharle. A los 18 años por deseo de sus familiares empezó a arreglarse esmeradamente y a frecuentar amistades y fiestas sociales con jóvenes. Pero estos pasatiempos mundanales le dejaban en el alma una profunda tristeza. Su corazón deseaba dedicarse a la oración y a la soledad. Pero la familia le prohibía todo esto. El demonio le traía la tentación de que si se iba de religiosa no sería capaz de perseverar y tendría que devolverse a su casa con vergüenza y desprestigio. Rezó a la Virgen María y Ella le alejó este engaño y tentación y la convenció de que siempre la ayudaría y defendería. Un día después de comulgar sintió que Jesús le decía: «Soy lo mejor que en esta vida puedes elegir. Si te decides a dedicarte a mi servicio tendrás paz y alegría. Si te quedas en el mundo tendrás tristeza y amargura». Desde entonces decidió hacerse religiosa, costara lo que costara. En el año 1671 fue admitida en la comunidad de La Visitación, fundada por San Francisco de Sales. Entró al convento de Paray-le=Monial. Una de sus compañeras de noviciado dejó escrito: «Margarita dio muy buen ejemplo a las hermanas por su caridad; jamás dijo una sola palabra que pudiera molestar a alguna, y demostraba una gran paciencia al soportar las duras reprimendas y humillaciones que recibía frecuentemente». La pusieron de ayudante de una hermana que era muy fuerte de carácter y ésta se desesperaba al ver que Margarita era tan tranquila y callada. La superiora empleaba métodos duros y violentos que hacían sufrir fuertemente a la joven religiosa, pero esta nunca daba la menor muestra de estar disgustada. Con esto la estaba preparando Nuestro Señor para que se hiciera digna de las revelaciones que iba a recibir. El 27 de diciembre de 1673 se le apareció por primera vez el Sagrado Corazón de Jesús. Ella había pedido permiso para ir los jueves de 9 a 12 de la noche a rezar ante el Santísimo Sacramento del altar, en recuerdo de las tres horas que Jesús pasó orando y sufriendo en el Huerto de Getsemaní. De pronto se abrió el sagrario donde están las hostias consagradas y apareció Jesucristo como lo vemos en algunos cuadros que ahora tenemos en las casas. Sobre el manto su Sagrado Corazón, rodeado de llamas y con una corona de espinas encima, y una herida. Jesús señalando su corazón con la mano le dijo: «He aquí el corazón que tanto ha amado a la gente y en cambio recibe ingratitud y olvido. Tú debes procurar desagraviarme». Nuestro Señor le recomendó que se dedicara a propagar la devoción al Corazón de Jesús porque el mundo es muy frío en amor hacia Dios y es necesario enfervorizar a las personas por este amor. Durante 18 meses el Corazón de Jesús se le fue apareciendo. Le pidió que se celebrara la Fiesta del Sagrado Corazón cada año el Viernes de la semana siguiente a la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo (Corpus). El Corazón de Jesús le hizo a Santa Margarita unas promesas maravillosas para los que practiquen esta hermosa devoción. Por ejemplo «Bendeciré las casas donde sea expuesta y honrada la imagen de mi Sagrado Corazón. Daré paz a las familias. A los pecadores los volveré buenos y a los que ya son buenos los volveré santos. Asistiré en la hora de la muerte a los que me ofrezcan la comunión de los primeros Viernes para pedirme perdón por tantos pecados que se cometen», etc. Margarita le decía al Sagrado Corazón: «¿Por qué no elige a otra que sea santa, para que propague estos mensajes tan importantes? Yo soy demasiado pecadora y muy fría para amar a mi Dios». Jesús le dijo: «Te he escogido a ti que eres un abismo de miserias, para que aparezca más mi poder. Y en cuanto a tu frialdad para amar a Dios, te regalo una chispita del amor de mi Corazón». Y le envió una chispa de la llama que ardía sobre su Corazón, y desde ese día la santa empezó a sentir un amor grandísimo hacia Dios y era tal el calor que le producía su corazón que en pleno invierno, a varios grados bajo cero, tenía que abrir la ventana de su habitación porque sentía que se iba a quemar con tan grande llama de amor a Dios que sentía en su corazón (¡Ojalá Dios nos diera a nosotros una chispita de esas!) Nuestro Señor le decía: «No hagas nada sin permiso de las superioras. El demonio no tiene poder contra las que son obedientes». Margarita enfermó gravemente. La superiora le dijo: «Creeré que sí son ciertas las apariciones de que habla, si el Corazón de Jesús le concede la curación». Ella le pidió al Sagrado Corazón que la curara y sanó inmediatamente. Desde ese día su superiora creyó que sí en verdad se le aparecía Nuestro Señor. Dios permitió que enviaran de capellán al convento de Margarita a San Claudio de la Colombiere y este hombre de Dios que era jesuita, obtuvo que en la Compañía de Jesús fuera aceptada la devoción al Corazón de Jesús. Desde entonces los jesuitas la han propagado por todo el mundo. Margarita fue nombrada Maestra de novicias. Enseñó a las novicias la devoción al Sagrado Corazón (que consiste en imitar a Jesús en su bondad y humildad y en confiar inmensamente en Él, en ofrecer oraciones y sufrimientos y misas y comuniones para desagraviarlo, y en honrar su santa imagen) y aquellas jóvenes progresaron rapidísimo en santidad. Luego enseñó a su hermano (comerciante) esta devoción y el hombre hizo admirables progresos en santidad. Los jesuitas empezaron a comprobar que en las casas donde se practicaba la devoción al Corazón de Jesús las personas se volvían mucho más fervorosas. El Corazón de Jesús le dijo: «Si quieres agradarme confía en Mí. Si quieres agradarme más, confía más. Si quieres agradarme inmensamente, confía inmensamente en Mí». Antes de morir obtuvo que en su comunidad se celebrara por primera vez la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. El 17 de octubre de 1690 murió llena de alegría porque podía ir a estar para siempre en el cielo al lado de su amadísimo Señor Jesús, cuyo Corazón había enseñado ella a amar tanto en este mundo. Digamos de vez en cuando las dos oraciones tan queridas para los devotos del Sagrado Corazón: «Jesús manso y humilde de corazón, haz nuestro corazón semejante al tuyo».»Sagrado Corazón de Jesús. En voz confío».

FUENTE: www.churchforum.org.mx

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa Margarita de Alacoque

Bendita es y fue Santa Margarita de Alacoque, porque Dios le dio poder sentir una chispita de su amor por todos los hombres. Por ti. Y tú ¿Qué haces para que Dios te conceda una chispita de Su amor? Reza así: «Jesús manso y humilde de corazón, haz nuestro corazón semejante al tuyo».»Sagrado Corazón de Jesús. En voz confío».

P. Jesús

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22 de Octubre / Santa María Salomé

Santa María Salomé tenía tanto amor por Jesucristo, que le siguió hasta el Calvario, con Santa María Magdalena y María, madre de Santiago. Así, en el momento en que los discípulos abandonaban al Salvador, esta santa mujer le permaneció fiel. Ella proporcionó perfumes para ungir el cuerpo de Jesucristo y, el domingo, fue al santo sepulcro muy de mañana con sus dos compañeras. Allí, encontraron a un ángel que les anunció la resurrección de Jesucristo.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa María Salomé

Santa María Salomé, que siempre Jesús te llevó de la mano, y tú no Le soltaste jamás, ni en el camino al Calvario, ni en la Cruz. Tú, alma agraciada de bondad a raudales, supiste dar: tener y dar, y estuviste siempre al lado del Altar, siempre junto a la Madre del Amado, y por eso tu nombre se recuerda en los evangelios y es pronunciado con Gracia de Amor, por el Espíritu Santo.

Gracias María Salomé, santa por las obras de tu fe.

P. Jesús

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28 de Octubre / Fiesta del Señor de los Milagros

Alrededor del año 1650, unos negros angolas pertenecientes a la cofradía del barrio de Pachacamilla, en Lima, Perú, pintaron en uno de los muros del galpón donde se reunían, y donde quizá también habitaban, la imagen de un Cristo crucificado. En este lugar, hoy en día se erige el Monasterio de las Nazarenas, casa del Señor de los Milagros, llamado también de la Santa Cruz pues en 1674 se pintó una cruz como símbolo de protección, ante las amenazas de invadir Lima el pirata Jacobo L´Hermite Clerk.

Un 13 de noviembre del año 1655 un poderoso terremoto sacudió la ciudad de Lima sin causar daños ni al muro ni a la imagen del Cristo crucificado pintada en él por los angolas.

Este hecho prodigioso fue el que dio comienzo al culto popular al Señor de los Milagros, propagándose rápidamente entre la feligresía local pero sin la autorización del párroco del templo de San Marcelo, razón por la cual éste solicitó a la autoridad eclesiástica inmediata superior que se demoliera el muro a fin de evitar cualquier acto profano.

Sin embargo, la destrucción no pudo llegar a cumplirse debido a circunstancias fuera de lo común, quedando en pie el muro y la pintura del Cristo continuó ganando el prestigio y el favor del pueblo.

En el año 1661 Antonio de León se interesó por la imagen del Cristo Crucificado pintado por los negros angolas; el muro estaba en mal estado, ya que tras él corría una acequia que había debilitado su base. De León mejoró las instalaciones del sitio y construyó un apoyo a modo de altar, el cual sirvió también para reforzar la base dañada de la pared. Este hombre padecía de un tumor maligno y cada vez que visitaba el sitio pedía la gracia de curarse, hasta que la consiguió. Años después, Sebastián Antuñano, el tercer Mayordomo y el gran artífice del culto al Cristo Morado, compró el lugar y levantó una capilla.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Fiesta del Señor de los Milagros

Alabado sea  Dios que eligió a San Judas Tadeo y a San Simón,  para ser ambos apóstoles suyos. Ellos dijeron que sí al seguirlo, porque la acción es obra de su fe. Ambos fueron muertos de manera bárbara, como hacían en aquellos tiempos, tiempos de los principios del cristianismo, tiempos de abundancia de fe y pocas obras, como ocurre hoy en día, que a la fe parece que le faltan obras; porque primero llega la fe que invade el ser, saliendo del alma, y necesita de tiempo y oración para que a la fe se le adhieran todas las obras que nos proclamarán ¡santos!

La fe busca las obras que le dan la vida.

P. Jesús

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3 de Noviembre / San Martín de Porres

Nació en la ciudad de Lima, Perú, el día 9 de diciembre del año 1579. Fue hijo de Juan de Porres, caballero español de la Orden de Calatrava, y de Ana Velásquez, negra libre panameña. Martín es bautizado en la iglesia de San Sebastián, donde años más tarde Santa Rosa de Lima también lo fuera. Son misteriosos los caminos del Señor: no fue sino un santo quien lo confirmó en la fe de sus padres. Fue Santo Toribio de Mogrovejo, primer arzobispo de Lima, quien hizo descender el Espíritu sobre su corazón, corazón que el Señor fue haciendo manso y humilde como el de su Madre. A los doce años Martín entró de aprendiz de peluquero, y asistente de un dentista. La fama de su santidad corre de boca en boca por la ciudad de Lima. Martín conoció al Fraile Juan de Lorenzana, famoso dominico como teólogo y hombre de virtudes, quien lo invita a entrar en el Convento de Nuestra Señora del Rosario. Las leyes de aquel entonces le impedían ser religioso por el color y por la raza, por lo que Martín de Porres ingresó como Donado, pero él se entrega a Dios y su vida está presidida por el servicio, la humildad, la obediencia y un amor sin medida. San Martín tiene un sueño que Dios le desbarata: «Pasar desapercibido y ser el último». Su anhelo más profundo siempre es de seguir a Jesús. Se le confía la limpieza de la casa; por lo que la escoba será, con la cruz, la gran compañera de su vida. Sirve y atiende a todos, pero no es comprendido por todos. Un día cortaba el pelo a un estudiante: éste molesto ante la mejor sonrisa de Fray Martín, no duda en insultarlo: ¡Perro mulato! ¡Hipócrita! La respuesta fue una generosa sonrisa. San Martín llevaba ya dos años en el convento, y hacía seis que no veía a su padre, éste lo visita y… después de dialogar con el P. Provincial, éste y el Consejo Conventual deciden que Fray Martín se convierta en hermano cooperador. El 2 de junio de 1603 se consagra a Dios por su profesión religiosa. El P. Fernando Aragonés testificará: «Se ejercitaba en la caridad día y noche, curando enfermos, dando limosna a españoles, indios y negros, a todos quería, amaba y curaba con singular amor». La portería del convento es un reguero de soldados humildes, indios, mulatos, y negros; él solía repetir: «No hay gusto mayor que dar a los pobres». Su hermana Juana tenía buena posición social, por lo que, en una finca de ella, daba cobijo a enfermos y pobres. Y en su patio acoge a perros, gatos y ratones. Pronto la virtud del moreno dejó de ser un secreto. Su servicio como enfermero se extendía desde sus hermanos dominicos hasta las personas más abandonadas que podía encontrar en la calle. Su humildad fue probada en el dolor de la injuria, incluso de parte de algunos religiosos dominicos. Incomprensión y envidias: camino de contradicciones que fue asemejando al mulato a su Reconciliador. Los religiosos de la Ciudad Virreinal van de sorpresa en sorpresa, por lo que el Superior le prohíbe realizar nada extraordinario sin su consentimiento. Un día, cuando regresaba al Convento, un albañil le grita al caer del andamio; el Santo le hace señas y corre a pedir permiso al superior, éste y el interesado quedan cautivados por su docilidad. Cuando vio que se acercaba el momento feliz de ir a gozar de la presencia de Dios, pidió a los religiosos que le rodeaban que entonasen el Credo. Mientras lo cantaban, entregó su alma a Dios. Era el 3 de noviembre de 1639. Su muerte causó profunda conmoción en la ciudad. Había sido el hermano y enfermero de todos, singularmente de los más pobres. Todos se disputaban por conseguir alguna reliquia. Toda la ciudad le dio el último adiós. Su culto se ha extendido prodigiosamente. Gregorio XVI lo declaró Beato en 1837. Fue canonizado por Juan XXIII en 1962. Recordaba el Papa, en la homilía de la canonización, las devociones en que se había distinguido el nuevo Santo: su profunda humildad que le hacía considerar a todos superiores a él, su celo apostólico, y sus continuos desvelos por atender a enfermos y necesitados, lo que le valió, por parte de todo el pueblo, el hermoso apelativo de «Martín de la caridad». Su fiesta se celebra el 3 de Noviembre.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Martín de Porres

La humildad tiene su premio: la santidad. Y así se le pagó a San Martín de Porres; Dios le pagó su humildad con su santidad.

No te importe que te insulten y que te degraden, que no te tengan en cuenta y te traten mal. Tú piensa en Dios y acepta que el pecador te dañe; reza por él y no te preocupes más. Él recibirá su pago y tú el tuyo: La santidad.

P. Jesús
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