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18 de Enero / San Leobardo, Recluso

Nació en Auvernia. Se entregó al estudio y consagraba su tiempo libre a estudiar algunos salmos de David. Se preparaba así al servicio de Dios con la práctica de la oración.

Luego de la muerte de sus padres y de traspasar sus compromisos matrimoniales a su hermano menor, Leobardo marchó a la tumba de San Martín, donde después de haber orado prolongadamente, se fue a encerrar cerca de la abadía de Marmouituer y se instaló en una celda.

Se dedicó a fabricar pergaminos para escribir los pasajes de la Biblia y de los salmos que se les escapaban de la memoria. Ante algunas dificultades que tuvo con otro morador, el santo encontró en los libros dejados por Gregorio de Tours, todos los medios necesarios que lo conducían a su salvación y a la santificación de los demás, pues Dios le concedió el don de los milagros, a favor de quienes venía a visitarlo. Murió en el año 593.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Leobardo, Recluso

Cada santo tiene su vida, tiene su propia vida, sus propias circunstancias, pero todos tienen algo en común: su humildad, su alegría interior, paz y amor, porque los dones del Espíritu Santo, son los que Dios da y el santo acepta como regalo de Dios. El santo sabe que todo lo que tiene de bueno es de Dios, Dios se lo da como regalo de su amor; por eso hermanos, cuando alguien me viene con problemas, con sus problemas personales y me pide la solución, le doy la única que hay para el hombre, la de ponerse en manos de Dios, la de hacerse niño y pedirle a Papá Dios que lo enseñe a caminar, y a Mamá María que lo sustente con su amor maternal, y que él, tú, sólo tengas en la mente tu intención de hacer la voluntad de Dios, sea cual sea; que toda voluntad de Dios es el bien. Recuerda eso: el bien en los pensamientos, en los medios y en el fin; donde el bien no está, no está Dios: y sin Dios, ¿quién está entonces? El Maligno: Satanás. Así lo han sabido siempre los santos, y por eso la humildad preside y es el trono de la santidad, allí donde se asientan las demás virtudes, allí donde los dones del Espíritu Santo hacen de tu vida un espejo de Cristo, como ocurrió con san Leobardo.

Los santos nos enseñan, como tú enseñarás a otros.

P. Jesús
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22 de Enero / Beata Laura Vicuña

Nació el 5 de abril de 1891 en Santiago de Chile. Es la primogénita del matrimonio de José Vicuña y Mercedes del Pino. Poco después de nacer la segunda hija: Julia, muere su padre quedando la familia en la indigencia. Mercedes emigra con otros chilenos a la Argentina buscando un bienestar. Así llega a Neuquén en 1899, finalmente llega a la estancia del Quilquihué de Junín de los Andes a trabajar como dependiente y donde comienza a convivir con Manuel Mora (el dueño de la misma). Laura y Julia ingresan al colegio María Auxiliadora de Junín de los Andes. Desde su llegada Laura es muy sensible a la fe cristiana. A los 10 años recibe la primera Comunión.

En sus segundas vacaciones al volver a la estancia, ya adolescente, Manuel Mora trata de abordarla y es rechazado. Durante una fiesta la invita a bailar y al ser nuevamente rechazado la arrastra fuera de la casa y debe dormir a la intemperie. Mora decide no pagar más la cuota de la escuela, para acorralarla, pero las hermanas la reciben gratuitamente Laura decide ofrecer su vida por la conversión de su madre.

Al poco tiempo sobreviene una inundación en el colegio en un crudo invierno, Laura se enferma. La madre se la lleva a su casa pero no se recupera. Entonces decide regresar a Junín, Mora furioso por haber perdido a Mercedes y ser rechazado por Laura le propina una feroz paliza a la joven. Viendo próxima su muerte Laura le dice a su madre de su ofrecimiento: «mamá, la muerte está cerca, yo misma se la he pedido a Jesús. Le he ofrecido mi vida por ti, para que regreses a El » y le pide que abandone a Mora y se convierta. Ella le promete cumplir su deseo. Muere un 22 de enero de 1904, sin cumplir los 13 años. Sus restos desde 1956 están en el Colegio María Auxiliadora de Bahía Blanca (Argentina. El 3 de septiembre de 1988 Juan Pablo II la declara Beata.

EL MILAGRO

Estudiado y aprobado por la Iglesia Para la Beatificación de «LAURA VICUÑA PINO».

Les presentamos un extracto del relato efectuado por Sor OFELIA LOBOS ARELLANO, persona que recibió el don de la vida y la salud, religiosa que pertenece al Instituto Hijas de María Auxiliadora, (Santiago de Chile).

Testimonio extraído de: http://www.lauravicuna.cl/

Los primeros síntomas de lo que sería más tarde una enfermedad incurable, los experimenté en el año 1947. Con frecuencia tenía fiebre, me sentía decaída y con dificultades para respirar. Esta sintomatología se presentó en forma oscilante, respondiendo parcialmente con antibióticos.

Progresivamente el cuadro se hizo intenso y duradero con mayor rebeldía a los medicamentos hasta llegar a 1955 año en que, por ser portadora de supuración pulmonar y broncoestasias bilaterales con gran compromiso del estado general, fui sometida a dos intervenciones quirúrgicas.

En Junio de ese mismo año se realizó el primer tiempo operatorio que consistió en la extirpación de la língula y los segmentos anteriores y lateral del lóbulo medio del pulmón derecho. Recuerdo que tuve muchas complicaciones. Mí situación era peor que antes de la operación. A lo largo de trés años fui empeorando. Los episodios febriles se sucedieron más intensos y prolongados con aumento de la dificultad respiratoria. Todos los tratamientos fueron ineficaces. A fines de 1957 fue indispensable el uso de oxígeno.

El médico que me atendió a principios de 1958 pronosticó mi muerte para el invierno de ese mismo año, la que sería causada por insuficiencia pulmonar y mal estado general. En el mes de Mayo, me encontré en situación límite (Craquexia-amiloidosis por supuración crónica). Yo misma no me explicaba porqué no moría.

Encontrándome en estas condiciones, fui invitada a pedir mi curación por intercesión de Laurita. Lo medité un par de horas tratando de descubrir la voluntad de Dios. De pronto se hizo una luz muy grande de mí y comprendí que por intercesión de ella, Dios haría lo que yo eligiera. Sentí que era muy fácil morir, pero también que no podía ser tan egoísta como para negarme a vivir, dedicándome a servir a la juventud de acuerdo al carisma Salesiano que tanto entusiasmó a Laura y que por las circunstancias de la vida no pudo realizar. Entonces, pedí la vida y la salud necesaria para poder trabajar. En ese mismo momento sentí que mis pulmones se dilataban rápidamente, desapareciendo la fiebre y todo otro malestar. Me retiré el oxígeno. Era cerca de la medianoche por lo que me dispuse a descansar. Al día siguiente desperté temprano y al bajarme de la cama no sentía ni mareo ni debilidad en las piernas, absolutamente nada. Sentí que nunca hubiera estado enferma.

Han pasado 42 años a la fecha, durante este tiempo he gozado de la salud necesaria para desempeñar mi trabajo en medio de niños y jóvenes.

Doy Gracias a Dios, a mi protectora LAURA VICUÑA, a mis Superioras y Hermanas, a mi familia, a los médicos y enfermeras y a todas las personas que me han brindado su apoyo a lo largo de mi vida.

Sor Ofelia Lobos trabaja actualmente en el Liceo María Auxiliadora de los Andes, existen radiografías anteriores a la intercesión donde se observa medio pulmón y radiografías posteriores con los dos pulmones en pleno funcionamiento.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Beata Laura Vicuña

Cuántas madres y padres necesitarían hoy en día para salvar su alma a una beata Laura, a una hija que amando a Dios tanto, quisiera que su madre, su padre, se salvara del Infierno. No ha cambiado en nada la Sagrada Ley de Dios, ¡en nada! Hoy en día, como ayer, es pecado la fornicación, el concubinato; hoy en día como siempre será, le es vedado el Cielo a las personas que, sin estar casados, usan del acto sexual. Si tienes una madre, un padre, un hermano, una hermana que fornican, que sepan que van a ir al Infierno; esa es la Ley de Dios.

No mueren en vano los santos; no murió en vano la beata Laura Vicuña; murió pidiendo a Dios la salvación de su madre; y en esta vida, vemos lo serio que es fornicar, porque tuvo que morir Laura para que su madre no fuera condenada a una eternidad en el Infierno.

Hoy que todo parece que se consigue con papeleo y firmas; sigue como siempre vigente en la Suprema Ley de Dios, que todo el que quiera salvarse no fornique, no use del placer sexual fuera del matrimonio.

Llora por tu madre, por tu padre, por tu hermano o tu hermana, si viven en concubinato, si están fornicando, porque, por mucho que los ames, no es tu sentimiento de amor que hará que Dios los salve, y que ellos se aparten del camino del Infierno, no será el que tu cedas en su pecado y esperes… ¿esperes qué? ¿qué Satanás los suelte? Sabes que eso no va a pasar; no digo que entregues tu vida a cambio de su salvación, como hizo la beata Laura, porque Dios es Dios y puede también librar del Infierno a tu padre, a tu madre, a tu hermano o hermana, tan sólo por tu oración, ejemplo y palabras. Piénsalo. No es vivir en paz hoy, no es que ellos se enfaden contigo si les dices que no está bien lo que hacen; es que si no lo dices, Dios sí que se enfada contigo y llora la Virgen del Amor, llora porque tú permites el pecado, porque incitas a que sigan pecando mientras aceptas su pecado con la naturalidad de ser un matrimonio cristiano, sin serlo. Hay actos que claman al Cielo, como esta situación de pecado civil en que viven más de mil, y muchos son católicos.

Amar sí; por eso el amor lleva a la corrección fraterna cuando hay un pecado y por ese pecado la condena al Infierno eterno. Cuando se ama de verdad, se desea el Cielo para todos en heredad. ¿Amas?…

P. Jesús
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11 de Febrero / Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes

El 11 de febrero de 1858, tres niñas, Bernadette Soubirous, de 14 años, su hermana Marie Toinete, de 11 y su amiga Jeanne Abadie, de 12 salieron de su casa en Lourdes para recoger leña. Camino al río Gave, pasaron por una gruta natural donde Bernadette escuchó un murmullo y divisó la figura de una joven vestida de túnica blanca, muy hermosa, ceñida por una banda azul y con un rosario colgado del brazo. Se acercó y comenzaron a rezar juntas, para luego desaparecer.

Por un período de cinco meses, la Virgen se le apareció a la niña, en medio de multitudes que se acercaban para rezar y poder observar a la hermosa señora, pero la Virgen sólo se le aparecía a la niña. En reiteradas ocasiones, Bernadette fue víctima de desprecios y burlas por parte de las autoridades eclesiales y civiles de pueblo, pero la niña se mantuvo firme en su fe mariana sobre todo en el especial pedido que la Virgen le había encargado: la construcción de una capilla sobre la gruta y la realización de una procesión.

Luego de la última aparición ocurrida el 16 de julio, fiesta de Nuestra Señora del Carmen, Bernadette ingresó a la orden religiosa de las hermanas enfermeras, a la edad de 22 años, y permaneció allí hasta su muerte a los 34 años de edad.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes

Bonita Bernadette, tú no sufriste martirio físico, pero las humillaciones que pasaste, que te hicieron pasar las autoridades eclesiales y civiles, fueron otro tipo de castigo corporal, el castigo a la mente, a tu bondad y obediencia a la Madre de Dios, que se te apareció en Lourdes y que rezó contigo el santo rosario; pero tú, buena Bernadette, preferiste a la Virgen antes que ceder ante los consejos de personas de la Iglesia Católica que, al morir ellos, fueron acusados ante Dios de su maldad contigo, de querer impedir los designios de la Virgen María, Madre de Dios. Tú fuiste fiel, ellos no, y cada uno pagó por las obras y palabras de su fe; y continúa siendo así en todos los que reciben de la Madre de Dios sus consuelos, sus apariciones, y son descreídas esas verdades por eclesiásticos importantes, que poseen títulos pero les falta fe y las obras de la misma. La santidad viene dada por las obras de la fe y no por mucha autoridad eclesiástica que posean en la tierra; quien manda es Dios, que vive en el Cielo y en la tierra.

Nuestra Señora de Lourdes, hoy se celebra su fiesta, porque es una fiesta para cada católico, el tener fe en Ella, en la Madre de Dios, María Purísima.

P. Jesús
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2 de Marzo / Los Mártires de los Lombardos

San Gregorio Magno nos ha conversado, en uno de sus diálogos, el recuerdo de los mártires de los lombardos, contemporáneos suyos. Hacia mediados del siglo VI, los lombardos de Escandinavia y Pomerania, que habían invadido ya Austria y Baviera, bajaron hasta Italia, asolando las ciudades por donde pasaban. No contentos con la destrucción material, intentaron en muchos casos pervertir a la población con sus ritos paganos. En un sitio trataron de hacer que cuarenta labradores comieran la carne ofrecida a los ídolos; como éstos se negaron firmemente, los invasores les pasaron por la espada. Igualmente, intentaron forzar a otros prisioneros a adorar a su deidad favorita, pero ellos también se mantuvieron firme a Jesús nuestro Señor. Casi todos los cristianos, que eran unos cuatrocientos, prefirieron morir a renegar a Dios.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Los Mártires de los Lombardos

Fijaos hijos de Dios, que es muy malo obligar a alguien a hacer lo que uno hace; vosotros no podéis obligar a nadie a tener fe, por eso la fe salva, porque es libre, como es libremente que uno se hace mártir de la Iglesia, por servir sólo a su fe, que es un solo Dios, el Dios de Israel, el Dios de todos, porque Jesús vino a salvar a todos y por eso todos podéis vivir la fe y ser mártires de esta fe si queréis. ¿Quieres tú?

P. Jesús
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12 de Marzo / San Luigi Orione (don Orione)

San Luis Orione, nació en Pontecurone (norte de Italia) el 23 de junio de 1872, el cuarto hijo de Vittorio Orione y Carolina Feltri. La pobreza y los enormes sacrificios de su familia humilde y trabajadora experimentados desde edad temprana, y la fe sencilla pero firme transmitida por su madre, fueron moldeando un corazón que Dios preparaba para una misión grande. Consciente que Dios lo llamaba a ser sacerdote, pasó por los franciscanos y más tarde por los salesianos de Turín, donde conoció personalmente a Don Bosco, de quien fue discípulo y extrajo gran parte de su formación religiosa, aunque comprendió que no estaba allí su vocación. Después entró al seminario de Tortona, donde se formó para ser sacerdote en 1895. En esos años fue descubriendo poco a poco lo que Dios le pedía, primero reuniendo a algunos niños de escasos recursos para catequizarlos y luego ayudándolos a estudiar en un colegio, que fue su primera fundación. Esos fueron los comienzos de una congregación que iba asomando, como un sueño envuelto por el manto de la Santísima Virgen, que contenía a hombres y mujeres de distintas nacionalidades en una gran obra: la Obra de la Divina Providencia. De gran corazón, Don Orione se dedicó a socorrer a los más necesitados, ya sea aquellos que fueron víctimas de los terremotos que asolaron Italia a comienzos del siglo veinte, como así también a los abandonados de la sociedad de aquella época. Este mismo espíritu lo trajo a América y particularmente a nuestro país, donde en dos oportunidades (1921 y 1934) acercó su presencia misionera y solidaria para hacer crecer en Argentina –como ya lo había hecho en Italia– una “gran familia” que testimonia a Jesucristo a través de obras de misericordia: – Cottolengos y hogares para discapacitados – Centros para niños en riesgo y abandonados – Escuelas – Parroquias y capillas – Misiones. Su entrega total a Dios y a los hombres la llevó hasta el último momento de su vida. Cuando supo que Dios lo llamaba, también allí respondió con prontitud: “Jesús, Jesús, Jesús, voy”, fueron sus últimas palabras, aquel 12 de marzo de 1940, en San Remo (Italia). Hoy la Familia Orionita se extiende en una treintena de países y constituye –a través de laicos, religiosos, religiosas y sacerdotes– una importante presencia eclesial que continúa el camino marcado por el Fundador: hacer que Cristo esté presente en todas las cosas (“Instaurare omnia in Christo”, Efesios 1,10). Es beatificado por el Papa Juan Pablo II el 26 de octubre de 1980. Y canonizado el 16 de mayo del 2004 por el mismo Juan Pablo II Algunos datos biográficos 1872 – 23 de junio: nace en Pontecurone (Italia) y al día siguiente es bautizado. 1885 – 4 de septiembre: ingresa al convento franciscano de Voghera, de donde saldrá al año siguiente a causa de una grave enfermedad. 1886 – 4 de octubre: entra al Oratorio de Valdocco, allí conoce a Don Bosco. 1889 – 16 de octubre: ingresa en el Seminario de Tortona. 1892 – 3 de julio: inaugura el Oratorio «San Luis», como fruto de su actividad entre los niños y jóvenes. 1893 – 15 de octubre: abre un pequeño colegio en San Bernardino. 1895 – 13 de abril: es ordenado sacerdote. 1899 – 30 de julio: impone los hábitos a los primeros Ermitaños de la Divina Providencia. 1903 – 21 de marzo: su obispo, monseñor Bandi, le concede la aprobación diocesana a su obra. 1909 – 4 de enero: viaja a Sicilia para ayudar a las víctimas del terremoto de Messina; más tarde es nombrado por el papa Pío X como Vicario General de esa diócesis. 1912 – 19 de abril: emite los votos perpetuos en manos del papa San Pio X. 1913 – diciembre: parten los primeros misioneros para Brasil. 1915 – 29 de junio: funda la congregación de las Pequeñas Hermanas de la Caridad; abre el primer Pequeño Cottolengo, en Ameno (Italia). 1921 – 13 de noviembre: llega por primera vez a Argentina, procedente de Brasil, y acepta una iglesia en Victoria (provincia de Buenos Aires) en la que encuentra una imagen de la Virgen de la Guardia. 1922 – 12 de febrero: inaugura oficialmente en Victoria la primera casa en Argentina. 1922 – 4 de julio: regresa a Italia. 1924 – 19 de marzo: funda el Pequeño Cottolengo genovés. 1931 – 29 de agosto: inaugura el Santuario de la Virgen de la Guardia en Tortona. 1934 – 24 de septiembre: llega por segunda vez a Argentina, en ocasión del Congreso Eucarístico Internacional, en compañía del Legado Papal, Eugenio Pacelli, luego Pío XII. 1935 – 28 de abril: coloca la piedra fundamental del Pequeño Cottolengo Argentino en Claypole. 1937 – 24 de agosto: regresa a Italia. 1940 – 8 de marzo: pronuncia sus ultimas “Buenas noches” en la Casa Madre. 1940 – 9 de marzo: sale para San Remo. 1940 – 12 de marzo: oficia su última santa misa y envía un último telegrama al Papa. A las 22:45 muere. 1965 – 10 de marzo: el cuerpo de Don Orione es descubierto y hallado incorrupto. 1980 – 26 de octubre: es beatificado por el papa Juan Pablo II. 1984 – octubre: llega la reliquia de su corazón a la Argentina, para recorrer todas las comunidades. 2000 – 29 de agosto: llega definitivamente a la Argentina el corazón de Don Orione, para ser colocado en el Pequeño Cottolengo de Claypole. El Beato Orione fue fundador de la Pequeña Obra de la Divina Providencia y de la Congregación de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad (1872-1940). Fue Beatificado por Juan Pablo II el 26 de octubre de 1980. El 7 Julio de 2003 se promulgó el decreto que reconoce los milagros atribuidos al Beato Luigi Orione.

Fuente: Sitio oficial de la Pequeña Obra de la Divina Providencia – Roma – Italia – www.donorione.org

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Luigi Orione (don Orione)

Los santos están prontos a servir a los demás, según los designios que Dios inspira.

Hay muchas cosas que tú, futuro santo, futura santa, puedes y debes hacer para demostrar tu amor a Dios sobre todas las cosas, y dándoselo a las personas. Haz un plan, estudia tu vocación y haz el plan de tu propia misión en esta vida, y empieza, como empezó un día San Luigi Orione (don Orione)

Dile a Jesús: “Jesús, Jesús, Jesús, voy”.

P. Jesús
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14 de Abril / Santa Liduvina

Santa Liduvina es la Patrona de los enfermos crónicos, quienes ofrecen su sufrimiento para la remisión de sus pecados y la conversión de los pecadores. Nació en Schiedam, Holanda, en 1380. Su familia era sumamente piadosa y a la niña le encantaba recoger regalos para llevarlos a gentes muy necesitadas.

A la edad de 15 años sufrió un terrible accidente que le dañó severamente la columna vertebral y la postró en cama casi paralizada. Su estado de salud empeoraba cada día, con continuos vómitos, jaquecas, fiebre intermitente y dolores por todo el cuerpo. La santa sufría mucho a causa de estos tormentos; se entristecía cada vez que escuchaba jugar y reír a sus compañeros, y se preguntaba porque Dios había permitido que padeciese tan duro martirio.

Sin embargo, un día, conoció al Padre Pott, nuevo párroco de la parroquia que estaba cercana a su casa. Este virtuoso sacerdote le recordó que «Dios al árbol que más lo quiere más lo poda, para que produzca mayor fruto y a los hijos que más ama más los hace sufrir». Y luego colocó en frente de la cama de la santa un crucifijo, pidiéndole que de vez en cuando mirara a Jesús crucificado y se comparara con El y pensara que si Cristo sufrió tanto, debe ser que el sufrimiento lleva a la santidad.

Al principio la joven se negaba a seguir el consejo del sacerdote; pero pronto empezó a mirar al Cristo y a meditar en sus heridas, en sus angustias y dolores y a meditar en su Santísima Pasión y este recuerdo de los sufrimientos de Jesús le produjo un cambio total en su modo de pensar y de sufrir: pidió a Jesús que le diera valor y amor para sufrir como Él por la conversión de los pecadores, y la salvación de las almas. Descubrió que su «vocación» era ofrecer sus padecimientos por la conversión de los pecadores. Y para ello se dedicó a meditar fuertemente en la Pasión y Muerte de Jesús.

La enfermedad fue invadiendo todo su cuerpo; pero nadie la veía triste o desanimada, sino todo lo contrario: feliz por lograr sufrir por amor a Cristo y por la conversión de los pecadores. Pasó 38 años de su vida paralizada, sin comer o beber algo pues sólo se alimentaba con la Sagrada Comunión que recibía a diario.

La santa además recibió de Dios los dones de anunciar el futuro a muchas personas y de curar a numerosos enfermos, orando por ellos, y a los 12 años de estar enferma y sufriendo, empezó a tener éxtasis y visiones.

En los últimos siete meses, la santa no podía conciliar ya el sueño a causa de sus tremendos dolores, pero nunca dejó de elevar su oración a Dios, uniendo sus sufrimientos a los padecimientos de Cristo en la Cruz.

El 14 de abril de 1433, día de Pascua de Resurrección poco antes de las tres de la tarde, pasó santamente a la eternidad. Antes de morir, pidió que su casa se convirtiera en hospital para pobres.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa Liduvina

Santa Liduvina, te amo en Dios, porque sufriste tanto y tantos años, que muchos demonios aún hoy te odian al recordarte sufriendo y alcanzando victorias para Dios, Jesús de Nazaret, que te enseñó a padecer y compartió contigo tu gruesa cruz, que la ofreciste toda a Dios.

Dios permite el mal y saca siempre un bien de todo mal que hay en el mundo, gracias a las almas santas. Tú, tú que me lees, puedes hacer que todo mal que padeces y recibes, sea un bien, aceptándolo y no devolviendo mal por mal, sino sufriendo con paciencia y caridad; esto es la verdadera santidad.

¡Sé santo con estos dolores, con estos males que padeces! ¡Aprovéchalos para que te hagan un bien, y hagan bien a otros! Tú puedes, con Dios, puedes convertir tu mal en bien. Amén.

P. Jesús
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19 de Abril / San León IX, Papa

San León IX nació en 1002 en Alsacia, que formaba entonces parte del Sacro Romano Imperio. A los cinco años, Bruno, como se llamaba el futuro León IX, fue a estudiar a la escuela de Bertoldo, Obispo de Toul. En ella empezó a mostrar su talento excepcional. Terminados sus estudios, fue nombrado canónigo de la iglesia de San Esteban de Toul. Cuando el obispo de Toul murió fue elegido por el pueblo para que le sucediese. El día de la Ascensión en 1027, Bruno fue consagrado y gobernó la diócesis durante veinte años, introduciendo una disciplina más estricta entre su clero tanto secular como regular, logrando así reavivar la disciplina y el fervor de los grandes monasterios de su diócesis e introdujo en ella la reforma de Cluny. En 1048 fue nombrado sucesor del Papa Dámaso II, tomando el nombre de León IX. Durante su pontificado luchó fuertemente contra la simonía y lanzó severos decretos contra la decadencia del celibato eclesiástico. Asimismo, ayudó a promover entre el clero de Roma la vida comunitaria, así como la predicación y el canto sagrado. Murió el 19 de abril de 1054.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San León IX, Papa

Una muestra de amor y de fe es la disciplina. Quien consigue vivir en disciplina, es más fácil que su vida tenga muchas bendiciones; porque toda la naturaleza también tiene su disciplina impuesta por Dios, por eso es obediente y no entorpece la acción de Dios, más bien le rinde pleitesía, como hizo san León IX, Papa, que introdujo una serena disciplina y consiguió éxitos en abundancia de los que Aman a Dios y saben obedecer por amor al Amor, que quiere un fiel cumplimiento del deber, allí donde le lleve a cada uno su vocación de santidad, ya sea en el celibato, la soltería, como el santo matrimonio, el sacerdocio o la vida religiosa o consagrada. Sea donde fuere que te lleve la Divina Providencia junto a los lícitos anhelos de tu corazón, si usas de la disciplina, es más fácil que halles a Dios, y, con Dios, ¡viva la vida!

P. Jesús
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28 de Mayo / Beato Luis Biragui

Nació en Vignate (Milán, Italia) el 2 de noviembre de 1801. Era el quinto de los ocho hijos de Francesco Biraghi y Maria Fina. Poco después de su nacimiento, la familia se trasladó a Cernusco sul Naviglio, un pueblo cercano.

A los doce años Luis entró en el seminario menor de Castello sopra Lecco. Luego, prosiguió sus estudios sacerdotales en los seminarios mayores de Monza y de Milán. En la catedral de Milán recibió la ordenación sacerdotal el 28 de mayo de 1825.

Fue destinado inmediatamente a la enseñanza en los seminarios de Castello sopra Lecco, Séveso y Monza.

En 1833 lo nombraron director espiritual del seminario mayor de Milán.

En 1848 volvió a la enseñanza, pero a causa de las vicisitudes políticas que se produjeron en Italia durante esos años, sobre todo en Lombardía y Venecia, fue destituido de su cargo por los austriacos en 1850.

En 1855 fue nombrado doctor —y desde 1864 viceprefecto— de la prestigiosa Biblioteca Ambrosiana y canónigo honorario de la basílica de San Ambrosio. En 1873 Pío IX le concedió el título de prelado doméstico de Su Santidad.

Ese Pontífice lo apreciaba mucho, hasta el punto de que en 1862 le dirigió una carta autógrafa para que, usando su gran influencia, actuara de mediador y pacificador entre el clero milanés, dividido por entonces en dos facciones: los promotores de la nueva unidad nacional italiana, que se estaba concretando, y los defensores del poder temporal de los Papas.

Mons. Biraghi era hombre de gran cultura y profunda vida interior; apasionado estudioso de patrología y arqueología.

Y precisamente su conocimiento y admiración por la antigüedad cristiana, y su devoción por san Ambrosio, hicieron que surgiera en él la idea de fundar el instituto de las Religiosas de Santa Marcelina, para renovar el ideal de la virginidad consagrada, típica de la Iglesia primitiva, dedicándose simultáneamente a la educación de la juventud femenina (santa Marcelina, hermana mayor de san Ambrosio, recibió el velo de las vírgenes consagradas de manos del Papa Liberio en la Navidad del año 353, y colaboró con su hermano obispo en Milán).

Mons. Biraghi fundó el instituto en 1838, en Cernusco sul Naviglio, con la colaboración de la madre Marina Videmari (1812-1891), que fue la primera superiora y la continuadora de la obra después de la muerte del fundador.

Pronto abrió otras casas, como colegios y escuelas, en varias ciudades.

Ya sin compromisos pastorales directos, mons. Biraghi dedicó todas sus energías, hasta el fin, a la formación espiritual de sus religiosas y a la organización de la nueva congregación.

Murió el 11 de agosto de 1879, a los setenta y ocho años, en Milán. Fue sepultado en el panteón familiar, en Cernusco sul Naviglio. En 1951 sus restos fueron trasladados a la capilla de la casa madre de las Religiosas de Santa Marcelina, en ese mismo pueblo.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Beato Luis Biragui

El Papa, los Papas de todos los tiempos tienen necesidad de los Santos, y los Santos dan su ayuda al Papa, porque Dios está con los Papas y, yendo con los Santos, éstos, con Dios, ayudan al Papa, porque todo es de Dios, todo lo bueno es de Dios.

El Beato Luis Biragui es un ejemplo de la necesidad del Papa de confiar y fiarse de los santos.

P. Jesús

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21 de Junio / San Luis Gonzaga, Religioso (1568-1591)

El Patrón de la Juventud Católica, San Luis Gonzaga, nació el 9 de marzo de 1568 en Lombardía.

Su entrega a Dios en su infancia fue completa y absoluta, y ya en su adolescencia, decidió ingresar a la Compañía de Jesús, pese a la rotunda negativa de su padre, que soñaba para él una exitosa carrera militar.

Durante los años siguientes, el santo dio pruebas de ser un novicio modelo.

Estando en Milán y por revelación divina, San Luis comprendió que no le quedaba mucho tiempo de vida. Aquel anuncio le llenó de júbilo y apartó aún más su corazón de las cosas de este mundo.

Por consideración a su precaria salud, fue trasladado de Milán a Roma para completar sus estudios teológicos, siendo los atributos de Dios sus temas de meditación favoritos.

En 1591 atacó con violencia a Roma una epidemia de fiebre; los jesuitas abrieron un hospital y el santo desplegó una actividad extraordinaria; instruía, consolaba y exhortaba a los enfermos, y trabajaba con entusiasmo y empeño en las tareas más repugnantes del hospital. 
San Luis falleció en la octava del corpus Christi, entre el 20 y 21 de junio de 1591, a los 23 años de edad. Fue canonizado en 1726.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Luis Gonzaga, Religioso (1568-1591)

Hermanos, saber lo que nos va a ocurrir un día u otro, que es morir, a los cristianos nos tiene que llenar de gozo porque es la partida a la casa del Padre. ¿Estás preparado para esta partida? ¿Ya has hecho como San Luis Gonzaga y todo lo tuyo es ya de Dios y para Dios? Si no es así, apresúrate para tener todas las cosas en regla, porque todo lo que hoy vivas en la tierra, es lo que contará, como méritos tuyos, para ganarte la Patria Celestial.

P. Jesús

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