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3 de Mayo / Santos Felipe y Santiago, Apóstoles

San Felipe era originario de Betsaida de Galilea. San Juan habla de él varias veces en el Evangelio. Narra que el Señor Jesús llamó a Felipe al día siguiente de las vocaciones de San Pedro y San Andrés. De los Evangelios se deduce que el Santo respondió al llamado del Señor .Escritores de la Iglesia primitiva y Eusebio, historiador de la Iglesia, afirman que San Felipe predicó el Evangelio en Frigia y murió en Hierápolis. Papías, obispo de este lugar, supo por las hijas del apóstol, que a Felipe se le atribuía el milagro de la resurrección de un muerto.

A Santiago se le llama «el Menor» para diferenciarlo del otro apóstol, Santiago el Mayor (que fue martirizado poco después de la muerte de Cristo).

El evangelio dice que era de Caná de Galilea, que su padre se llamaba Alfeo y que era familiar de Nuestro Señor. Es llamado «el hermano de Jesús», no porque fuera hijo de la Virgen María, la cual no tuvo sino un solo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, sino porque en la Biblia se le llaman «hermanos» a los que provienen de un mismo abuelo: a los primos, tíos y sobrinos (y probablemente Santiago era «primo» de Jesús, hijo de alguna hermana de la Sma. Virgen). En la S. Biblia se lee que Abraham llamaba «hermano» a Lot, pero Lot era sobrino de Abraham. Y se le lee también que Jacob llamaba «hermano» a Laban, pero Laban era tío de Jacob. Así que el decir que alguno era «hermano» de Jesús no significa que María tuvo más hijos, sino que estos llamados «hermanos», eran simplemente familiares: primos, etc.

San Pablo afirma que una de las apariciones de Jesús Resucitado fue a Santiago. Y el libro de Los Hechos de los Apóstoles narra cómo en la Iglesia de Jerusalén era sumamente estimado este apóstol. (Lo llamaban «el obispo de Jerusalén»). San Pablo cuenta que él, la primera vez que subió a Jerusalén después de su conversión, fue a visitar a San Pedro y no vio a ninguno de los otros apóstoles, sino solamente a Santiago. Cuando San Pedro fue liberado por un ángel de la prisión, corrió hacia la casa donde se hospedaban los discípulos y les dejó el encargo de «comunicar a Santiago y a los demás», que había sido liberado y que se iba a otra ciudad (Hech. 12,17). Y el Libro Santo refiere que la última vez que San Pablo fue a Jerusalén, se dirigió antes que todo «a visitar a Santiago, y allí en casa de él se reunieron todos los jefes de la Iglesia de Jerusalén» (Hech. 21,15). San Pablo en la carta que escribió a los Gálatas afirma: «Santiago es, junto con Juan y Pedro, una de las columnas principales de la Iglesia». (Por todo esto se deduce que era muy venerado entre los cristianos).

Cuando los apóstoles se reunieron en Jerusalén para el primer Concilio o reunión de todos los jefes de la Iglesia, fue este apóstol Santiago el que redactó la carta que dirigieron a todos los cristianos (Hechos 15).

Hegesipo, historiador del siglo II dice: «Santiago era llamado ‘El Santo’. La gente estaba segura de que nunca había cometido un pecado grave. Jamás comía carne, ni tomaba licores. Pasaba tanto tiempo arrodillado rezando en el templo, que al fin se le hicieron callos en las rodillas. Rezaba muchas horas adorando a Dios y pidiendo perdón al Señor por los pecados del pueblo. La gente lo llamaba: ‘El que intercede por el pueblo’». Muchísimos judíos creyeron en Jesús, movidos por las palabras y el buen ejemplo de Santiago. Por eso el Sumo Sacerdote Anás II y los jefes de los judíos, un día de gran fiesta y de mucha concurrencia le dijeron: «Te rogamos que ya que el pueblo siente por ti grande admiración, te presentes ante la multitud y les digas que Jesús no es el Mesías o Redentor». Y Santiago se presentó ante el gentío y les dijo: «Jesús es el enviado de Dios para salvación de los que quieran salvarse. Y lo veremos un día sobre las nubes, sentado a la derecha de Dios». Al oír esto, los jefes de los sacerdotes se llenaron de ira y decían: «Si este hombre sigue hablando, todos los judíos se van a hacer seguidores de Jesús». Y lo llevaron a la parte más alta del templo y desde allá lo echaron hacia el precipicio. Santiago no murió de golpe sino que rezaba de rodillas diciendo: «Padre Dios, te ruego que los perdones porque no saben lo que hacen».

El historiador judío, Flavio Josefo, dice que a Jerusalén le llegaron grandes castigos de Dios, por haber asesinado a Santiago que era considerado el hombre más santo de su tiempo.

Este apóstol redactó uno de los escritos más agradables y provechosos de la S. Biblia. La que se llama «Carta de Santiago». Es un mensaje hermoso y sumamente práctico. Ojalá ninguno de nosotros deje de leerla. Se encuentra al final de la Biblia. Allí dice frases tan importantes como estas: «Si alguien se imagina ser persona religiosa y no domina su lengua, se equivoca y su religión es vana». «Oh ricos: si no comparten con el pobre sus riquezas, prepárense a grandes castigos del cielo». «Si alguno está triste, que rece. Si alguno se enferma, que llamen a los presbíteros y lo unjan con aceite santo, y esa oración le aprovechará mucho al enfermo» (de aquí sacó la Iglesia la costumbre de hacer la Unción de los enfermos). La frase más famosa de la Carta de Santiago es esta: «La fe sin obras, está muerta».

Fuente: www.churchforum.org

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santos Felipe y Santiago, Apóstoles

Pocos son los santos, pero cuando hay un santo, la gente lo ve, lo nota, lo frecuenta, y por Dios hace milagros, sobre todo espirituales, como lo hicieron los santos Felipe y Santiago.

Si a veces te sientes solo, elige ser amigo de los santos, y cuando vayas al Sagrario, habla a Dios de ellos, de sus santos; pídele a Dios que te conceda sus virtudes y sus carismas, porque Dios es grande y quiere que se conviertan las personas por mediación de la santidad de los santos.

Tú, que seas santo y arrastres a otros a la santidad.

P. Jesús

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13 de Mayo / Fiesta de Nuestra Señora de Fátima

En el año 1916, cuando la guerra se había extendido sobre Europa y Portugal, en una de las colinas que rodean Fátima, tres pequeños campesinos portugueses: Lucía de 9 años, Francisco de 8 y Jacinta de 6, se encontraron con una resplandeciente figura que les dijo: «Soy el Ángel de la Paz». Durante aquel año vieron dos veces la misma aparición. Los exhortó a ofrecer constantes «plegarias y sacrificios» y a aceptar con sumisión los sufrimientos que el Señor les envíe como un acto de reparación por los pecados con los que El es ofendido.

El 13 de mayo de 1917, se les apareció una «Señora toda de blanco, más brillante que el sol», a quien Lucía preguntó de dónde venía; ella respondió: «Vengo del cielo». Les pidió que regresaran al mismo lugar durante seis meses seguidos, los días trece.

El hambre, la sed, las burlas de los que no creían en las apariciones (incluyendo a la familia de Lucía), los ofrecían como la Señora lo había pedido, por la conversión de los pecadores.

El 13 de junio de ese año, mientras se celebraba a San Antonio, patrono de Fátima, Nuestra Señora se apareció nuevamente a los tres niños. Alrededor de 50 personas se encontraban con ellos en Cova. La Señora dijo que Jacinta y Francisco irían pronto al cielo, que Lucía permanecería para ayudar a establecer el culto al «Sagrado Corazón de María» El 13 de julio de 1917, se trató de impedir que Lucía asistiera a este encuentro que fue uno de los más extensos y en el cual los niños tuvieron una visión del infierno que les despertó un anhelo de oración y penitencia incontenibles. Además les fue prometido que en octubre se realizaría un milagro para demostrar la verdad de las apariciones. En agosto de ese mismo año, el anticlerical administrador de Ourem, con engaños alejó a los tres pastores de Fátima y logró impedir que asistieran a la cita del día trece.

El 13 de octubre de 1917 alrededor de 70,000 personas habían llegado al lugar para presenciar el milagro de Fátima. Ese día, el sol se podía mirar sin cerrar los ojos y como un prisma gigantesco, cubría el cielo con franjas de colores. Luego giró 3 veces y se precipitó en «zig zag» hacia la multitud. La gente quedó conmovida y convencida de la veracidad de las apariciones. Antes de que pasaran tres años, Jacinta y Francisco habían muerto ya. Lucía fue religiosa con las hermanas de Santa Dorotea desde 1925.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Fiesta de Nuestra Señora de Fátima

Dios quiere salvar a todos los hombres, y su Madre, la Virgen María, también está deseosa de que todos acepten la fe de la salvación, que sólo viene de Dios, y que por su intercesión, la del Inmaculado Corazón de María, muchas gracias y bendiciones derrama Dios a todas las almas que se consagran a Él, al Sagrado Corazón  de María. ¿Tú, ya te has consagrado a Nuestra Señora de Fátima? Confía en Ella, en la siempre Virgen María. Así lo hicieron los tres pastorcitos, Lucía, Francisco y Jacinta. ¡Hazlo tú también! Amén.

P. Jesús
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30 de Junio / Santos Protomártires de la Santa Iglesia Romana

Tanto el historiador pagano Tácito, en su obra Annales, como el Papa Clemente, en su Carta a los Corintios, testifican que muchos cristianos sufrieron martirio en medio de indecibles tormentos con la persecución desencadenada por el emperador Nerón después del incendio de Roma, en el año 64. 

Algunos de ellos fueron quemados como antorchas humanas en los banquetes nocturnos, otros crucificados o echados como alimento de animales salvajes. Estos mártires murieron antes que San Pablo y San Pedro y son llamados «Los discípulos de los Apóstoles».

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santos Protomártires de la Santa Iglesia Romana

Muchos han muerto por su fe, como lo hicieron los Santos Protomártires de la Iglesia Romana. Pero antes murieron a si mismos para ser dignos de ser mártires. No todos pueden ser mártires, sólo los santos. ¿Tú crees que podrías defender tu fe hasta la misma muerte física? Entonces, no vas a ser santo.

Soy duro, piensan algunos, pero, si ser santo fuera menos que llegar a dar la vida por Dios, como hicieron los Protomártires de la Iglesia Romana, ¿De que habría servido su sacrificio por su amor total y entrega total a Dios?

Dios no hace rebajas. Dios es el Presente, el pasado y el futuro, siempre es igual, Dios quiere tu amor total. ¿Comprendes? Sé que lo comprendes. ¡Qué lejos estás de la santidad! No es sólo rezar y evangelizar; ¡Es vivir tú lo que predicas!

Muchos quieren ir de predicadores y pocos viven las obras de la fe. A Dios le cansa tanta palabrería, quiere verdaderos apóstoles de palabras y obras de fe. No nos engañemos; cuesta mucho ser santo; sólo Dios puede hacer que seas santo, porque no es por rezar mucho, o asistir a muchas Misas, o hacer ayunos impresionantes; es por tener tú en tu corazón, en tu mente, en tus palabras y obras el amor a todo un Dios verdadero: Jesús de Nazaret, el Mesías.

Hoy sabes más que ayer.

P. Jesús
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16 de Julio / Nuestra Señora del Monte Carmelo

Nuestra Señora del Carmen. El Carmelo, cuya hermosura ensalza la Biblia (ls. 35, 2), ha sido de siempre un monte sagrado. En el siglo IX A.C., Elías lo convirtió en el refugio de la fidelidad al Dios único y en el lugar de los encuentros entre el Señor y su pueblo (1 R 18, 39). El recuerdo del Profeta «abrasado de celo por el Dios vivo» había de perpetuarse en el Carmelo.  En tiempo de las Cruzadas, las grutas del monte dieron acogida a los ermitaños cristianos. Pero hasta el siglo Xlll no pasaron éstos a formar una familia religiosa, a la que el patriarca Alberto de Jerusalén dio una regla (hacia el 1209), y que fue confirmada por el papa Honorio III (1226). El Monte Carmelo, que domina la llanura de Galilea, no cae lejos de Nazaret, en donde vivió María conservando todo en su corazón». De ahí que la Orden del Carmelo haya querido desde sus orígenes ponerse bajo el patrocinio de la Madre de los contemplativos. En el siglo XVI, los dos doctores y reformadores de la Orden – Santa Teresa de Ávila v San Juan de la Cruz – convertirían al Monte Carmelo en el símbolo de aquello que San Buenaventura llamaba «itinerario hacia Dios». Por eso le pedimos hoy al Señor que nos haga llegar, gracias a «la intercesión de la Virgen María» «hasta Cristo, monte de salvación».

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Oremos  

Haz venir, Señor, sobre nosotros la poderosa intercesión de la gloriosa Virgen María, para que, protegidos con su auxilio, podamos llegar a tu monte santo, que es Jesucristo, tu Hijo. Que vive y reina contigo.

Fuente: Evangelio del día

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Nuestra Señora del Monte Carmelo

Señora, Santa María, bondadosa Madre que cobijaste en tu seno a Nuestro Señor Jesucristo y que lo alimentaste de tus pechos; nosotros, indignos pecadores, ¡te necesitamos, Madre!

Hoy que las madres, muchas, asesinan a sus propios hijitos; hoy, que no guardan nada en su corazón y viven para la lascivia, pública y privadamente; hoy, que el desorden es mayor que el que había en Sodoma y Gomorra, hoy necesitamos de ti, Madre Hermosa y de Virginal Pureza Incandescente. Ven a nosotros, los desamparados hijos de madres que no nos aman, de madres egoístas y malas, que no saben nada del Amor. Danos el alimento de tu fe, y con él podremos imitarte en tu “Sí”. Amén.

P. Jesús

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25 de Julio / Santiago el Mayor, Apóstol

Santiago era hermano de San Juan el Evangelista e hijo de Zebedeo. Era originario de Galilea. Un día, cuando Jesús paseaba por la orilla del lago de Genezaret , vio a Pedro y a Andrés que pescaban y los llamó para convertirlos en pescadores de hombres. También llamó entonces a otros dos jóvenes, Santiago y Juan. Ambos, abandonaron inmediatamente la tarea, dejaron a su padre y lo siguieron. 

Santiago presenció, junto con Juan y Pedro, la curación milagrosa de la suegra del Príncipe de los Apóstoles y la resurrección de la hija de Jairo. En ese mismo año, Jesús fundó el colegio apostólico, del que formaron parte Santiago y Juan. El Mesías les dio el nombre de «Boanerges» o «Hijos del trueno», probablemente a causa del temperamento impetuoso de los dos apóstoles. Pedro, Santiago y Juan fueron elegidos por Cristo para que le acompañasen en los momentos más duros de su vida. Fueron los únicos testigos de la Transfiguración y los que le acompañaron de cerca durante su agonía y el sudor de sangre en Getsemaní. El apóstol Santiago murió por Cristo en la persecución que el rey Herodes Agripa I desencadenó en Jerusalén contra los cristianos para congraciarse con los judíos. Fue sepultado en Jerusalén, pero, según otra tradición española que data del 830, el cuerpo de Santiago fue trasladado a Compostela. Las reliquias del apóstol se hallan todavía en dicho santuario. El Papa León XIII, en 1884, las calificó de auténticas en una bula.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santiago el Mayor, Apóstol

Al lado de Jesús, con Jesús en las buenas y en las malas, así es como tiene que ser en todos nosotros. Y como tiene que ser en ambos esposos: cada uno unido a Jesús y, juntos, unidos a Jesús, porque Dios quiere amor, necesita que lo amen, que le ames, y se lo demuestres y, entonces, Él te hace un lado a su lado y comparte contigo lo que tiene, y lo que recibe. Lo que tiene, todo es bien y bondad, lo que recibe, es bien y mal. Si tú estas dispuesto a seguir realmente a Jesús: da un paso adelante, pero antes, piensa que vas a dejar muchas cosas de lado, piensa que dar ese paso es para no volver a tu mala vida anterior, que es renunciar al pecado, y a servir y a trabajar y a sufrir todo, todo por Dios, como lo hizo el Apóstol Santiago el Mayor.

Tú decides y Dios pone todo lo demás.

P. Jesús

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7 de Agosto / Santos Cayetano y Sixto

San Cayetano, muy popular entre los comerciantes y ganaderos, nació en 1480 en Vicenza, cerca de Venecia, Italia. Huérfano de padre a temprana edad, el santo quedó bajo los amorosos cuidados de su madre quien se preocupó por darle una adecuada y cristiana formación. 

Cursó estudios en la Universidad de Padua donde obtuvo dos doctorados, y luego, partió a Roma donde ocupó el cargo de Secretario privado del Papa Julio II, y notario de la Santa Sede. A los 33 años fue ordenado sacerdote, y estando en Roma, se inscribió en una asociación llamada «Del Amor Divino», cuyos socios se esmeraban por llevar una vida lo más fervorosa posible y por dedicarse a ayudar a los pobres y a los enfermos. 

Viendo que el estado de relajación de los católicos era sumamente grande y escandaloso, se propuso fundar una comunidad de sacerdotes que se dedicaran a llevar una vida lo más santa posible y a enfervorizar a los fieles, fundando la orden de los Padres Tetinos. Además, San Cayetano fundó varias asociaciones dedicadas a realizar préstamos a los más pobres con muy bajos intereses. Sus momentos libres los dedicaba, donde quiera que estuviera, a atender a los enfermos en los hospitales, especialmente a los más abandonados y repugnantes. 

En sus últimos años, el santo fue presa de muchas enfermedades y sufrimientos. Falleció el 7 de agosto del año 1547, en Nápoles, a la edad de 67 años. 

Por su parte, San Sixto fue consagrado obispo de Roma el año 257. Al año siguiente, mientras celebraba la sagrada liturgia en el cementerio de Calixto, fue detenido por unos soldados y ejecutado al momento, junto con cuatro de sus diáconos, el día 6 de agosto. Recibió sepultura en el mismo cementerio.

FUENTE: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santos Cayetano y Sixto

Dos santos, San Cayetano y San Sixto, que tienen poco en común en sus circunstancias y biografía, no vivieron en el mismo tiempo, pero viven en el Cielo donde no hay el tiempo ni el cuerpo, si no que hay el amor de todo un Dios de amor, aceptado y reconocido en su corazón y en las obras de los mismos. Ambos amaron a Dios sobre todas las cosas y personas, sobre si mismos, y sirvieron a sus semejantes.

Lo importante y vital para ambos, fue su amor verdadero a Dios, que no sólo lo sentían en su corazón sino que lo demostraron con su biografía.

Ya sabes. ¿Tu historia podrá demostrar y mostrar que amabas a Dios sobre todas las cosas? ¿O sólo eres un charlatán o escritor de palabras sin hechos? Hay algunos católicos que sabiendo que uno no se salva por la sóla fe, y criticando a los que creen esta herejía, les lanzan miles de discursos, pero las obras de su fe no les respaldan en nada; todo son palabras vanas, buscar un lugar en la sociedad para lucirse. Esos no son santos; los santos viven, esos van a morir, porque no tienen  pruebas de su fe. ¡qué pena!

Recemos unos por otros, y Dios que nos salvó, Jesús, que sea nuestro Maestro. ¡Imitémoslo! ¡Santos!

P. Jesús

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15 de Septiembre / Fiesta de Nuestra Señora de los Dolores

Por dos veces durante el año, la Iglesia conmemora los dolores de la Santísima Virgen que es el de la Semana de la Pasión y también hoy, 15 de setiembre.

La primera de estas conmemoraciones es la más antigua, puesto que se instituyó en Colonia y en otras partes de Europa en el siglo XV y cuando la festividad se extendió por toda la Iglesia, en 1727, con el nombre de los Siete Dolores, se mantuvo la referencia original de la Misa y del oficio de la Crucifixión del Señor.

En la Edad Media había una devoción popular por los cinco gozos de la Virgen Madre, y por la misma época se complementó esa devoción con otra fiesta en honor a sus cinco dolores durante la Pasión. Más adelante, las penas de la Virgen María aumentaron a siete, y no sólo comprendieron su marcha hacia el Calvario, sino su vida entera. A los frailes servitas, que desde su fundación tuvieron particular devoción por los sufrimientos de María, se les autorizó para que celebraran una festividad en memoria de los Siete Dolores, el tercer domingo de setiembre de todos los años.

Fuente: ACI PRENSA

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Fiesta de Nuestra Señora de los Dolores

Acordaos almas benditas por la fe de vuestra Iglesia, que los dolores que padeció María, la llenaron de más belleza. Porque el dolor aceptado, el dolor sufrido en la bondad de Su pureza, hicieron que Su belleza subiera de la tierra al Cielo, y los Ángeles le cantaran a la Madre bendita; que sus dolores tenían fin en el fin de la vida terrena y cuando todos en el Cielo, unidos en el amor de Dios, seremos una estrella brillante en la paz del universo.

P. Jesús

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24 de Septiembre / Fiesta de Nuestra Señora de las Mercedes

La Santísima Virgen se le apareció a San Pedro Nolasco, en 1218, recomendándole que fundara una comunidad religiosa que se dedicara a auxiliar a los cautivos que eran llevados a sitios lejanos. Esta advocación mariana nace en España y se difunde por el resto del mundo. 

San Pedro Nolasco, inspirado por la Santísima Virgen, funda una orden dedicada a la merced (que significa obras de misericordia). Su misión era la misericordia para con los cristianos cautivos en manos de los musulmanes. Muchos de los miembros de la orden canjeaban sus vidas por la de presos y esclavos. Fue apoyado por el rey Jaime el Conquistador y aconsejado por San Raimundo de Peñafort. 

San Pedro Nolasco y sus frailes muy devotos de la Virgen María, la tomaron como patrona y guía. Su espiritualidad es fundamentada en Jesús el liberador de la humanidad y en la Santísima Virgen, la Madre liberadora e ideal de la persona libre. Los mercedarios querían ser caballeros de la Virgen María al servicio de su obra redentora. Por eso la honran como Madre de la Merced o Virgen Redentora. 

En 1272, tras la muerte del fundador, los frailes toman oficialmente el nombre de La Orden de Santa María de la Merced, de la redención de los cautivos, pero son mas conocidos como mercedarios. El Padre Antonio Quexal en 1406, siendo general de la Merced, dice: «María es fundamento y cabeza de nuestra orden». 

Esta comunidad religiosa se ha dedicado por siglos a ayudar a los prisioneros y ha tenido mártires y santos. Sus religiosos rescataron muchísimos cautivos que estaban presos en manos de los feroces sarracenos. 

El Padre Gaver, en 1400, relata como La Virgen llama a San Pedro Nolasco y le revela su deseo de ser liberadora a través de una orden dedicada a la liberación. 

Nolasco le pide ayuda a Dios y, en signo de la misericordia divina, le responde La Virgen María diciéndole que funde una orden liberadora. 

Desde el año 1259 los padres Mercedarios empiezan a difundir la devoción a Nuestra Señora de la Merced (o de las Mercedes) la cual se extiende por el mundo. 

América 

Los mercedarios llegan al continente americano y pronto la devoción a la Virgen de la Merced se propaga ampliamente. En República Dominicana, Perú, Argentina y muchos otros países, la Virgen de la Merced es muy conocida y amada. 

NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED
ESPAÑA
 

En los últimos siglos de la Edad Media, los árabes tenían en su poder el sur y el levante español y sus vidas en vilo. Los turcos y sarracenos habían infestado el Mediterráneo, y atacaban a los barcos que desembarcaban en las costas llevándose cautivos; a muchos. 

Un alma caritativa, suscitada por Dios, a favor de los cautivos, fue San Pedro Nolasco, de Barcelona, llamado el Cónsul de la Libertad. Se preguntaba cómo poner remedio a tan triste situación y le rogaba insistentemente a la Virgen María. 

Pronto empezó a actuar en la compra y rescate de cautivos, vendiendo cuanto tenía. La noche del 1 de agosto de 1218, Nolasco estando en oración, se le apareció la Virgen María, le animó en sus intentos y le transmitió el mandato de fundar la Orden Religiosa de la Merced para redención de cautivos. Pocos días después, Nolasco cumplía el mandato. Los mercedarios se comprometían con un cuarto voto: liberar a otros más débiles en la fe quedando como rehenes, si fuera necesario. 

De este modo, a través de los miembros de la Nueva Orden, la Virgen María, Madre y Corredentora, Medianera de todas las gracias, aliviaría a sus hijos cautivos y a todos los que suspiraban a ella, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. A todos daría la merced de su favor. 

La Virgen María tendrá desde ahora la advocación de la Merced, o más bello todavía en plural: Nuestra Señora de las Mercedes, indicando así la abundancia incontable de sus gracias. ¡Hermosa advocación y hermoso nombre el de Mercedes! 

Nuestra Señora de las Mercedes concedería a sus hijos la merced de la liberación. Alfonso X el Sabio decía que «sacar a los hombres de cautivo es cosa que place mucho a Dios, porque es obra de la Merced». 

Bajo la protección de Nuestra Señora de la Merced, los frailes mercedarios realizaron una labor ingente. Como ingentes fueron los sufrimientos de San Pedro Nolasco, San Ramón Nonato y San Pedro Armengol. Y no faltaron mártires como San Serapio, San Pedro Pascual y otros muchos. 

El culto a Nuestra Señora de la Merced se extendió muy pronto por Cataluña y por toda España, por Francia y por Italia, a partir del siglo XIII. El año 1265 aparecieron las primeras monjas mercedarias. Los mercedarios estuvieron entre los primeros misioneros de América. En la Española o República Dominicana, por ejemplo, misionó Fray Gabriel Téllez (Tirso de Molina). 

Barcelona se gloria de haber sido escogida por Nuestra Señora de la Merced como lugar de su aparición y la tiene por celestial patrona. »¡Princesa de Barcelona, protegiu nostra ciutat!» 

En el museo de Valencia hay un cuadro de Vicente López en el que varias figuras vuelven su rostro hacia la Virgen de la Merced, como implorándole, mientras la Virgen abre sus brazos y extiende su manto, cubriéndolos a todos con amor, reflejando así su título de Santa María de la Merced. 

NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES DE TUCUMÁN
ARGENTINA
 

Tucumán, fue fundada por don Diego de Villarroel en 1565, pero el día de Nuestra Señora de las Mercedes de 1685 fue trasladada al sitio actual. 

El Cabildo en 1687 nombró a Nuestra Señora de las Mercedes como Patrona y Abogada de la ciudad, por los muchos favores que la Virgen dispensó a los tucumanos. 

La victoria argentina en la batalla de Tucumán del 24 de septiembre de 1812, es acreditada a Nuestra Señora de las Mercedes. En ella se decidió la suerte de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Los españoles eran unos tres mil y los argentinos apenas mil ochocientos. Belgrano, el general argentino, puso su confianza en Dios y en Nuestra Señora de las Mercedes, a quien eligió por Patrona de su Ejército. 

En la mañana del 24 de septiembre de 1812, día del combate, el general Belgrano estuvo orando largo rato ante el altar de la Virgen. El ejército argentino obtuvo la victoria. En el parte que transmitió al Gobierno, Belgrano hizo resaltar que la victoria se obtuvo el día de Nuestra Señora de las Mercedes, bajo cuya protección se habían puesto las tropas. 

El parte dice textualmente: ‘La patria puede gloriarse de la completa victoria que han tenido sus armas el día 24 del corriente, día de Nuestra Señora de las Mercedes bajo cuya protección nos pusimos «. 

El general Belgrano puso en manos de la imagen de la Virgen su bastón de mando. La entrega se efectuó durante una solemne procesión con todo el ejército, que terminó en el Campo de las Carreras, donde se había librado la batalla. 

Belgrano se dirigió hacia las andas en que era conducida la imagen de Nuestra Señora de las Mercedes, y le entregó el bastón que llevaba, poniéndolo en las manos de la Virgen y proclamándola como Generala del Ejército. 

Al tener conocimiento de estos actos de devoción las religiosas de Buenos Aires, remitieron a Belgrano cuatro mil escapularios de Nuestra Señora de la Merced para que los distribuyera a las tropas. El batallón de Tucumán se congregó antes de partir rumbo a Salta, frente al atrio del templo de Merced, donde se les entregaron los escapularios, tanto los jefes como oficiales y tropas los colocaron sobre sus uniformes. 

El 20 de febrero de 1813 los argentinos que buscaban su independencia se enfrentaron nuevamente con los españoles en Salta. Antes de entrar en combate, Belgrano recordó a sus tropas el poder y valimiento de María Santísima y les exhortó a poner en Ella su confianza. Formuló también el voto de ofrendarle los trofeos de la victoria si por su intercesión la obtenía. 

Con la ayuda de la Madre de Dios vencieron nuevamente a los españoles, y de las cinco banderas que cayeron en poder de Belgrano, una la destinó a Nuestra Señora de las Mercedes de Tucumán, dos a la Virgen de Luján y dos a la Catedral de Buenos Aires. 

A partir del año 1812, el culto a Nuestra Señora de las Mercedes adquiere una gran solemnidad y popularidad. En 1813, el Cabildo de Tucumán pide al gobierno eclesiástico la declaración del vicepatronato de Ntra. Sra. de las Mercedes «que se venera en la Iglesia de su religión» y ordena de su parte que los poderes públicos celebren anualmente su fiesta el 24 de septiembre9. La Autoridad Eclesiástica, por Decreto especial, declara el 4 de septiembre de 1813 festivo en homenaje a Nuestra Señora de las Mercedes el 24 de septiembre. 

Después del 31 de agosto de 1843, es declarada oficialmente Vice Patrona, jurando su día por festivo y disponiendo se celebre cada año una Misa solemne con asistencia del Magistrado y que por la tarde se saque la imagen de la Santísima Virgen en procesión, como prueba de gratitud por los beneficios dispensados. 

Al cumplirse el centenario de la batalla y victoria de Tucumán, la imagen de Nuestra Señora de las Mercedes fue coronada solemnemente, en nombre del Papa San Pio X, en 1912. 

El 22 de junio de 1943, el Presidente de la República, General Pedro P. Ramirez, por decreto aprobado el día anterior con sus ministros, dispuso por el artículo 1ro.: 
«Quedan reconocidas con el grado de Generala del Ejército Argentino: la Santísima Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora de las Mercedes, y la Santísima Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen». 

Los artículos 2,3 y 5 se refieren a la imposición de la banda y faja que corresponde a los generales de la nación. El gobierno Argentino proclama así, solemnemente, ante el mundo, su religiosidad. 

En 1945, el Gobierno Nacional designó a Nuestra Señora de las Mercedes Patrona Principal de la Aeronáutica Militar. 

En Santa Fe la imagen se venera en el templo del Milagro, Paraná se venera en la catedral, en Córdoba en la Iglesia de los Padres Mercedarios, y así en muchos otros lugares. 

Oración a Nuestra Señora de la Merced 

Generala del Ejército Argentino 
A ti recurrimos, oh Virgen Generala de nuestros Ejércitos, para implorar tu maternal protección sobre esta Patria Argentina. 
Te recordamos que aquí se alzó el altar donde se glorificó a Jesús Eucarístico ante el mundo entero; que nuestra bandera se hizó en la presencia augusta de tu divino Hijo; que los colores nacionales cruzan sobre tu pecho cual blasón de Generala del Ejército Argentino. 
Por todo esto te pedimos que protejas a nuestra Patria erigida según los designios divinos y que del uno al otro confín sepan los pueblos honrarla y que al postrarnos ante tu imagen de Virgen Generala resuene esta unánime aclamación: 
¡Tú eres la gloria de nuestra Patria. Tú eres la honra de nuestro pueblo! ¡Tú la Generala de nuestro Ejército!. 

NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES
REPÚBLICA DOMINICANA
 

Una de las imágenes de gran devoción en Santo Domingo, y la más antigua es la de Nuestra Señora de las Mercedes. 

En marzo de 1495 Cristóbal Colón, acompañado de unos cuantos españoles, tuvo que enfrentar a un crecido número de indios acaudillados por un cacique. Levantaron una trinchera y junto a ella colocaron una gran cruz de madera. 

Los indios lograron desalojar a los españoles, quienes de inmediato se replegaron a un cerro. Mientras tanto los indios prendieron fuego a la cruz y con hachas intentaban destruirla, sin poder lograrlo. Ante la agresividad de los indios, Colón y la mayoría de la tropa decidieron retirarse del lugar. Sin embargo el mercedario Fray Juan Infante, confesor de Colón, que llevaba consigo una imagen de Nuestra Señora de las Mercedes, exhortó a los españoles a seguir combatiendo y les prometió la victoria en nombre de la Virgen. 

Al día siguiente las fuerzas de Colón obtuvieron una increíble victoria frente a los indios, quienes se dispersaron por los montes. Luego de este suceso se construyó un santuario a Nuestra Señora de las Mercedes en la misma cumbre del cerro donde Colón colocó la milagrosa cruz. 

Nuestra Señora de la Merced
Patrona de Perú
 

La devoción a Nuestra Señora de las Mercedes en el Perú se remonta a los tiempos de la fundación de Lima. Consta que los Padres Mercedarios, que llegaron al Perú junto con los conquistadores, habían edificado ya su primitiva iglesia conventual hacia 1535, templo que sirvió como la primera parroquia de Lima hasta la construcción de la Iglesia Mayor en 1540. 

Los Mercedarios no sólo evangelizaron a la región sino que fueron gestores del desarrollo de la ciudad al edificar los hermosos templos que hoy se conservan como valioso patrimonio histórico, cultural y religioso. 

Junto con estos frailes llegó su celestial patrona, la Virgen de la Merced, advocación mariana del siglo XIII. 

Esta Orden de la Merced, aprobada en 1235 como orden militar por el Papa Gregorio IX, logró liberar a miles de cristianos prisioneros, convirtiéndose posteriormente en una dedicada a las misiones, la enseñanza y a las labores en el campo social. Los frailes mercedarios tomaron su hábito de las vestiduras que llevaba la Virgen en la aparición al fundador de la orden. 

La imagen de la Virgen de la Merced viste totalmente de blanco; sobre su larga túnica lleva un escapulario en el que está impreso, a la altura del pecho, el escudo de la orden. Un manto blanco cubre sus hombros y su larga cabellera aparece velada por una fina mantilla de encajes. En unas imágenes se la representa de pie y en otras sentada; unas veces se muestra con el Niño en los brazos y otras los tiene extendidos mostrando un cetro real en la mano derecha y en la otra unas cadenas abiertas, símbolo de liberación. Esta es la apariencia de la hermosa imagen que se venera en la Basílica de la Merced, en la capital limeña, que fue entronizada a comienzos del siglo XVII y que ha sido considerada como patrona de la capital. 

Fue proclamada en 1730 «Patrona de los Campos del Perú»; «Patrona de las Armas de la República» en 1823; y al cumplirse el primer centenario de la independencia de la nación, la imagen fue solemnemente coronada y recibió el título de «Gran Mariscala del Perú» el día 24 de septiembre de 1921, solemnidad de Nuestra Señora de la Merced, desde entonces declarada fiesta nacional, ocasión en que cada año el ejército le rinde honores a su alta jerarquía militar de «Mariscala». La imagen porta numerosas condecoraciones otorgadas por la república de Perú y sus gobernantes e instituciones nacionales. En 1970 el cabildo de Lima le otorgó las «Llaves de la ciudad» y en 1971 el presidente de la República le impuso la Gran Cruz Peruana al Mérito Naval, gestos que demuestran el cariño y la devoción del Perú a esta advocación considerada por muchos como su Patrona Nacional.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Fiesta de Nuestra Señora de las Mercedes

Hazte devoto y propagador de la Virgen de la Merced, porque tú necesitas que te conceda sus mercedes, y Ella, la Virgen María de las Mercedes, quiere dártelas, si tú se las pides. Confía en Ella, es la Madre de Dios, y es tú Señora. Dile: “Señora mía, Oh Virgen, Madre mía,  quiero tus mercedes, para ser feliz otro día en la Vida Eterna y ser bueno y recibir el bien en esta vida terrena. Amén”.

P. Jesús

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28 de Octubre / Fiesta del Señor de los Milagros

Alrededor del año 1650, unos negros angolas pertenecientes a la cofradía del barrio de Pachacamilla, en Lima, Perú, pintaron en uno de los muros del galpón donde se reunían, y donde quizá también habitaban, la imagen de un Cristo crucificado. En este lugar, hoy en día se erige el Monasterio de las Nazarenas, casa del Señor de los Milagros, llamado también de la Santa Cruz pues en 1674 se pintó una cruz como símbolo de protección, ante las amenazas de invadir Lima el pirata Jacobo L´Hermite Clerk.

Un 13 de noviembre del año 1655 un poderoso terremoto sacudió la ciudad de Lima sin causar daños ni al muro ni a la imagen del Cristo crucificado pintada en él por los angolas.

Este hecho prodigioso fue el que dio comienzo al culto popular al Señor de los Milagros, propagándose rápidamente entre la feligresía local pero sin la autorización del párroco del templo de San Marcelo, razón por la cual éste solicitó a la autoridad eclesiástica inmediata superior que se demoliera el muro a fin de evitar cualquier acto profano.

Sin embargo, la destrucción no pudo llegar a cumplirse debido a circunstancias fuera de lo común, quedando en pie el muro y la pintura del Cristo continuó ganando el prestigio y el favor del pueblo.

En el año 1661 Antonio de León se interesó por la imagen del Cristo Crucificado pintado por los negros angolas; el muro estaba en mal estado, ya que tras él corría una acequia que había debilitado su base. De León mejoró las instalaciones del sitio y construyó un apoyo a modo de altar, el cual sirvió también para reforzar la base dañada de la pared. Este hombre padecía de un tumor maligno y cada vez que visitaba el sitio pedía la gracia de curarse, hasta que la consiguió. Años después, Sebastián Antuñano, el tercer Mayordomo y el gran artífice del culto al Cristo Morado, compró el lugar y levantó una capilla.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Fiesta del Señor de los Milagros

Alabado sea  Dios que eligió a San Judas Tadeo y a San Simón,  para ser ambos apóstoles suyos. Ellos dijeron que sí al seguirlo, porque la acción es obra de su fe. Ambos fueron muertos de manera bárbara, como hacían en aquellos tiempos, tiempos de los principios del cristianismo, tiempos de abundancia de fe y pocas obras, como ocurre hoy en día, que a la fe parece que le faltan obras; porque primero llega la fe que invade el ser, saliendo del alma, y necesita de tiempo y oración para que a la fe se le adhieran todas las obras que nos proclamarán ¡santos!

La fe busca las obras que le dan la vida.

P. Jesús

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21 de Noviembre / La Presentación de la Santísima Virgen María

Hoy, celebramos junto con toda la Iglesia, la Presentación en el Templo de la niña Santa María.

Es en una antigua y piadosa tradición que encontramos los orígenes de esta fiesta mariana que surge en el escrito apócrifo llamado «Protoevangelio de Santiago». Este relato cuenta que cuando la Virgen María era muy niña sus padres San Joaquín y Santa Ana la llevaron al templo de Jerusalén y allá la dejaron por un tiempo, junto con otro grupo de niñas, para ser instruida muy cuidadosamente respecto a la religión y a todos los deberes para con Dios.

Históricamente, el inicio de esta celebración fue la dedicación de la Iglesia de Santa María la Nueva en Jerusalén en el año 543. Estas fiestas se vienen conmemorando en Oriente desde el siglo VI, inclusive el emperador Miguel Comeno cuenta sobre esto en una Constitución de 1166.

Más adelante, en 1372, el canciller en la corte del Rey de Chipre, habiendo sido enviado a Aviñón, en calidad de embajador ante el Papa Gregorio XI, le contó la magnificencia con que en Grecia celebraban esta fiesta el 21 de noviembre. El Papa entonces la introdujo en Aviñón, y Sixto V la impuso a toda la Iglesia.

Oración:

Santa Madre María, 
tú que desde temprana edad te consagraste al Altísimo, 
aceptando desde una libertad poseída
el servirle plenamente como templo inmaculado, 
tú que confiando en tus santos padres,
San Joaquín y Santa Ana, 
respondiste con una obediencia amorosa 
al llamado de Dios Padre, 
tú que ya desde ese momento
en el que tus padres te presentaron en el Templo 
percibiste en tu interior el profundo designio de Dios Amor; 
enséñanos Madre Buena a ser valientes seguidores de tu Hijo, 
anunciándolo en cada momento de nuestra vida 
desde una generosa y firme respuesta al Plan de Dios. 

Amén.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

La Presentación de la Santísima Virgen María

Seguir a Dios, unirse al Templo y ser fiel a Cristo, es todo lo mismo; y es lo que hizo la Santísima Virgen María, y se conmemora todo ello en la fiesta de la Presentación de la Santísima Virgen María.

P. Jesús

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