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Índice cronológico - 4. página

30 Carta / A ti, que eres sacrificado

Domingo, 2 de enero de 2.011

A ti, que eres sacrificado:

Un año más ha empezado, y te lo diré en verso y en prosa: debes de ser sacrificado. Nada de quejarte de llevar tu cruz; es más, ayuda a llevar la cruz de otros, porque este es el destino de los santos.

Calla, calla, calla. Aunque no te gusten muchas cosas, ¡cállatelas!, porque la libertad de los demás, tiene que ser para ti algo que respetar y sufrir. No puedes ir de dios y dando órdenes y sentencias, porque esto no lo hace un buen cristiano, y tú eres de los buenos, de los que van para santos, ¡que sí!

Amigo de Dios y mío, dime por qué no deseas llevar esta cruz que la vida te ha impuesto; dime qué te ha pasado, qué te hace pensar que tú no eres digno de sufrir como todo aquel que es discípulo fiel de Cristo.

Recuerda que el Evangelio está lleno de ejemplos de lo mucho que vamos a sufrir los que amamos a Dios, ¡el único que es Santo!, y a la Virgen María, que nos entregó a Jesús un día. Y siendo el Hijo de Dios, sufrió hasta llegar a su misma muerte; y por morir Jesús, el mundo se salvó; ¡tú eres salvado por Dios!

Anda, anda, coge tu cruz, y regándola con tus lágrimas, ¡camina!, porque la vida va de sacrificio voluntario, de aceptar la libertad de todos y restituir, por amor a Dios, lo que otros quitan a Dios.

Donde otros blasfeman, tú alaba al Señor.

Donde otros humillan, tú hazte humilde por Cristo.

Donde otros roban la buena fama, tú pon esperanzas.

Y así, con todo, porque ya ha empezado el año y debes andarlo sacrificándote por Dios, para hacer un mundo mejor.

La vida no te debe nada. Si eres capaz de comprenderlo, aceptarlo y valorarlo, entonces serás sacrificado.

¡Alabado sea Dios! Y tú te sientas mejor cada día, por alabarlo con las obras y renuncias por su amor, que ya Él te ha demostrado. Amén.

Feliz año nuevo. Sigo y seguiré rezando por ti. ¡Que sí!

 Con afecto sincero.

P. Jesús
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31 Carta / A ti, que eres sacerdote

Domingo, 9 de enero de 2.011

A ti, que eres sacerdote:

Hijo, eres sacerdote y dudas de tu ministerio. ¡Lo sé!

No, no te has equivocado; ser sacerdote fiel y bueno, te llevará al Cielo ¡Lo sé!

Hay personas expertas en sembrar dudas, y otras en sembrar el mal. Y tú eres sacerdote por propia voluntad, y al igual que los que se casan recibiendo el sacramento del matrimonio, ¡es para toda la vida! Y, ¡se puede!, se puede vivir la fidelidad. ¿Cómo? Pues sé que te han dicho que por la oración y los sacramentos, y… ¡eso es verdad! pero, al igual que a los casados, te digo que buena parte del éxito es la voluntad y el apartarse de las ocasiones de pecar. ¿Lo haces?…

Otra cosa más… Imita a Jesús, estudia a Jesús, enamórate de Dios, de Jesús. Enamorarse es aprender todo del otro, es conocerlo como a la palma de tu mano, pero… me pienso que no conoces tú, tu mano. Si es una mano que no pesa, que está vacía, que no te molesta por el dolor de ayudar a los demás, de sembrar paz donde hay contiendas, entonces… no te conoces, ni conoces a Dios, porque tu capacidad de apreciación está puesta en otros; ¿quizás en uno que no da buen ejemplo, aun y siendo sacerdote?… Sí, me temo que es esto lo que te pasa. Que no miras a Jesús, el Sumo Sacerdote, el que llevó una pesada Cruz.

Tú estás preparado, por tu vocación y por el mismo sacramento sacerdotal, a ser un apóstol, a ser un santo, a ser testimonio, y no seguidor de otros. Quizás tu carisma no es de los espectaculares, pero no es que los sacerdotes, digamos “espectaculares”, sean mejores, ¡son como son! Lo que quiere Dios de ti, es que cuides de su rebaño; y, ¿qué tal te va? ¿Estás ayudando a muchos en la fe?… … … ¡Por Dios! No me vengas con esas de que tienes mucho trabajo estudiando. Sí, está bien que estudies, pero ¿para quién estudias?, ¿para ti o para propagar la fe? Si eres un sacerdote diocesano, como lo fueron los doce Apóstoles, entonces, eres un sacerdote para el pueblo y te debes a ellos, a cada uno de tus feligreses. Sé que te gustaría que te siguieran en exclusiva, que, para ellos, fueras no sólo el cura de la parroquia, sino también como un fundador, esos que “tienen tanto gancho”, y los siguen y no se sienten solos como tú te sientes, ante tu Obispo, que él, como tú también vive su cruz, y es criticado y es analizado, y pocos le dan el visto bueno. A los que tienen grupos, tienen sus adeptos y se sienten como más sacerdotes, por el hecho de que unas almas los sigan. Pero te digo, que la gran mayoría los sigue, pero pocos hacen lo que el sacerdote les pide: santidad. Tú eres un sacerdote de los que Dios tanto Ama, que Dios Ama a todos, ¡ya sabes!, pero a ti de una manera especial, y debes unirte a la Divina Providencia, y verlo todo providencial y empezar a actuar como eres: SACERDOTE, que quiere decir, según el diccionario, que:

2. En el cristianismo, religioso ordenado para celebrar y oficiar el rito de la Misa;
los sacerdotes católicos hacen voto de castidad. 

Esto dice de nosotros la sociedad, y tienen razón, los sacerdotes estamos para oficiar el rito de la Santa Misa, que es el recordatorio de la misma muerte y muerte en Cruz de Jesús, el Sumo Sacerdote. Y, te pregunto, ¿Qué tal te va oficiando la Santa Misa? ¿Tienes voluntad en ello, en que el Pueblo de Dios tenga su Eucaristía?

Recibimos a Jesús cuando ha vuelto a revivir su Pasión y Muerte, y se hace presente en la Sagrada Hostia Consagrada. No se recibe a Dios cuando estaba predicando, o cuando eligió a sus apóstoles, sino precisamente cuando acabada de dar su vida por ti, por todos. En el mismo momento de morir, Jesús se hace presente en la Sagrada Hostia, es Eucaristía. Se entrega al mundo cuando muere, y es el Sumo Sacerdote. Sacerdote por darse con su muerte, en su muerte, donde se entrega todo Él, renunciando a todo por ti. Y tú, sacerdote, ¿a qué renuncias por el Pueblo de Dios, por los bautizados y los que serán bautizados? Dime…

Por eso dudas, hijo, dudas porque no te entregas hasta la muerte, como hizo Jesús, Dios.

Dejarás de dudar cuando pienses más en entregarte, en servir a las almas, que en ser servido y aplaudido.

Házme caso, hijo mío, hijo de Dios, sacerdote amigo, y pónte a servir de día y de noche; sé consciente de lo que eres, sacerdote; un hombre entregado a la Verdad, a propagar la fe del Evangelio, a vivir la caridad, a conocerte como a la palma de tu mano, que te pesa de tanto como estás haciendo cada día POR LOS DEMÁS. ¡Ojo! Que muchos hacen, y algunos sólo lo hacen para si mismos; y Dios, Cristo, al que vienes a propagar, Ese se dio para los demás. No busque en Él maldad, porque todo lo hizo bien. Lo mismo ocurre con los sacerdotes santos, ¡que se notan a la legua!, porque viven la Misa, hacen la Misa y se unen a la Eucaristía en los momentos previos a ella, como si fueran, y son, otros Cristos en esos momentos, cuando las palabras se hacen obras y la fe es un hecho: la Sagrada Hostia Consagrada, Dios vivo, por ti, ¡por ti, sacerdote!, ¡¡por ti, sacerdote!!, sí, sí, sí, por ti, que sin ti, Dios no vive. ¡Eres grande! Eres algo grande, mi querido amigo, mi buen amigo, mi valioso amigo, porque por ti, por el sacerdote, el Reino de Dios está cerca; Dios reina en el mundo, porque va a cada uno que lo recibe en la Eucaristía, y lo recibe, viviendo en Gracia de Dios; y Dios, Jesús, ¡Cristo!, se va con él, y con cada uno de estos, ¡contigo que me lees!; va y ama a los que tu amas, y sirve a los que tu sirves, y habla con palabras de afecto y reconciliación, de perdón y vida; y si cada uno fuera capaz de entender esto, y ponerlo en práctica, el Reino de Dios estaría vivo en este mundo; pero muchos comulgan mal, muchos aman mal a Dios, empezando por algunos sacerdotes que dudan; dudan de dar vida a Dios en la misma Eucaristía, y el mundo se está quedando sin las obras de Dios contigo; por eso el mundo va como va, porque los católicos no tienen sacerdotes que no duden de la fe.

La Virgen María, y los Ángeles de la Guarda, están propagando el Evangelio, porque algunos sacerdotes están aún con dudas sobre el Magisterio de la Santa Madre Iglesia; por eso, gracias a la intercesión de María, Jesús sigue vivo en la Eucaristía, porque su “Sí”, es un sí ETERNO, el sí que cierra las puertas del Infierno por la fe en la Mujer Virgen, Esclava de Dios, que no dudó, que creyó, como creen tantos miles de buenos sacerdotes en todo el mundo, que no hacen cosas “espectaculares”, llevando a cabo lo más espectacular del mundo, que es DAR A DIOS A LOS FIELES. ¿Hay cosa más importante en este mundo? ¡No!

 Con afecto sincero.

P. Jesús
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32 Carta / A ti, que amas a tu perro o mascota, más que a una persona

Domingo, 16 de enero de 2.011

A ti, que amas a tu perro o mascota, más que a una persona:

Está bien que tengas afecto y cuides de los animales, pero con preferencia a las personas.

Sé que te sientes solo-a, y un animal doméstico ayuda a aliviar esta tan triste carga de tu dura soledad.

Aunque hay quien ama a un animal porque no tiene porque darle explicaciones, y está ahí, necesitando siempre de su amo-a. En el fondo tiene un esclavo de afecto.

Como digo, no es malo amar a los animales, pero hay que procurarse un afecto sincero con personas como uno-a. Hay que enfrentarse a las dificultades que hay y traen las relaciones humanas. No se puede tener una mascota para suplir el afecto. Hay que “salir” a darse, a servir, y a llevar a Dios a todas partes. Eso tiene recompensa en el Cielo y en la tierra.

Ama a las personas y ten afecto a los animales, cuídalos, y siempre mejor en su habitad natural, úsalos también para trabajos y transporte, y que te sirvan de alimento, porque Cristo comió pescado, y en Pascua comía cordero.

Hijos buenos, sed buenos con las personas y los animales, con el planeta tierra y Dios os dará el premio de los justos: El Cielo.

Disfrutad de la compañía de los animales domésticos, queredlos, protegedlos y dadles una vida digna.

Dios os bendiga.

 Con afecto sincero.

P. Jesús
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33 Carta / A ti, que tengas larga vida

Domingo, 29 de enero de 2.011

A ti, que tengas larga vida:

¡Larga vida! Este es mi deseo para ti, para que vivas y aprendas a sufrir, para que, sabiendo sufrir, aprendas a amar; para que, sabiendo amar, halles el Amor, a Dios, y con Él todas las bendiciones que trae consigo saber la Verdad.

¡Vive!

Hay quien quiere vivir para gozar, para disfrutar de la vida, pocos quieren vivir mucho para sufrir en la vida y así tener que pasar menos tiempo en el Purgatorio.

Tú, vive y quiere vivir para servir, para ser cada vez mejor persona, para agradar más y mejor a Dios.

Otra cosa que pocos hacen: vivir para agradar más y mejor a Dios. Muchos quieren vivir para agradar a los demás, y como no están nunca contentos esos demás, pues entonces jamás hay paz en los que, en vez de desear agradar a Dios Padre, prefieren agradar a la sociedad. Pero lo más fácil es agradar a Dios, porque Dios dice lo que quiere de ti, y no cambia con la moda, Él siempre está de moda, porque lo actual, lo de siempre, es hacer el bien sin mirar a quien.

Te deseo larga vida y que hagas en ella la voluntad de Dios, que es cumplir con los diez mandamientos de su Ley, y todos y cada uno de ellos, y que cargues con tu cruz.

¡Ánimo! Camina tu calvario, con tu mirada puesta en la Resurrección de Cristo Jesús: tu amigo incondicional, tu Dios, tu Salvador, el Rey del universo entero.

 Con afecto sincero.

P. Jesús
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34 Carta / A ti, que sabes de ese bebé que no han bautizado

Domingo, 6 de febrero de 2.011

A ti, que sabes de ese bebé que no han bautizado:

A muchos les sabe mal que si una persona, un bebé, no ha sido bautizado, esté en pecado, pero, algo hace el Santo Bautismo; no es lo mismo recibirlo, o no. Sería injusto que el que se ha bautizado o le han bautizado, fuera igual al que no.

Sí, duele, duele que una persona, un bebé, viva en pecado, pero es que si no se bautiza, aun tiene en él la lacra del pecado de nuestros primeros padres Adán y Eva; que para restablecer el amor con Dios, el poder darse uno al otro amor, criatura a Creador, tiene que estar bautizada la criatura, aunque sea un bautismo de deseo, pero si no está bautizada tiene el pecado original, la lacra de sus consecuencias: ¡la soledad! Dios echó de su lado a Adán y Eva, ¡los echó fuera del Paraíso!, y cuando uno se bautiza, o lo bautizan, es tener abierta la puerta del Paraíso; ¡no en vano padeció y murió Cristo!, así son las cosas en la vida, hay consecuencias de todos los actos, pensamientos y palabras. 

Uno no quiere a veces que Dios castigue, pero, ¡es que ya Dios castigó al hombre, a Adán y Eva!, y por el Santo Sacramento del Bautismo, se reconcilia con la persona. Es así la cosa. La verdad es que por el Bautismo hay vida sobrenatural, la vida de la gracia santificante, la vida de relación entre Dios y tú.

No mires el que si un bebé vivo no está bautizado, vive en pecado, más bien, date cuenta, de que un bebé vivo, si lo bautizan, tiene a partir de ese instante una relación con Dios. ¿No es justo que Dios nos de el bautismo para reconciliarse con el hombre? Es más que justo, es un acto de gran misericordia, una proclamación de amor del Creador.

Te estoy hablando de los bebés y personas vivas; los muertos, desde luego, todos ellos han podido aceptar la gran e infinita misericordia de Dios Padre y Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.

Quiero que lo entiendas, hijo, hija, quiero que comprendas que Dios no es injusto, sino que es injusto-a el que no bautiza, el que rechaza el sacramento. ¡Este o estos son los injustos!

Los padres dejan sus propiedades y dinero a sus hijos, cuando mueren, y si tienen deudas también las dejan a sus hijos, como el mal nombre o las injusticias que hicieron, al igual que todas las bendiciones que recibieron, como Adán y Eva nos dejaron la sentencia de su pecado. Pero por eso vino Dios al mundo, para no ser injusto, para que cada quien pague por lo suyo, sea mal o bien. Por eso aunque uno tenga padres malos, él, ¡tú!, puedes ser bueno, bautízate, ¡hazte cristiano!, ¡vive de fe! 

Lo mejor de lo mejor de esta vida son los sacramentos, porque Dios está en ellos. Ve a Dios, y pasa de lo demás que no te lleve a la caridad, como es el que critiques a Dios. Si algo no lo comprendes, ¡pregunta!, ¡infórmate!, pero no digas que Dios es injusto, no digas que no te ama, porque DIOS TE AMA, ¡entérate de una vez por todas! Dios te ama a ti, que estás lleno-a de pecados, y que, de algunos, no tienes ni remordimientos. Indaga, entérate de qué le agrada a Dios y hazlo, ¡bautízate!, ¡bautiza!

Dios te ama, Dios te ama a ti, ¡¡Dios te ama!!

Que sepas la verdad y obres en consecuencia: ¡Dios te ama! ¿Te has enterado de que Dios te ama a ti?… ¡¡¡Aleluya!!!, vamos prosperando. Bienvenido al Amor de Dios: el Evangelio; escúchalo, léelo, apréndelo, que sepas de qué va tu fe. ¡Te lo diré!, ¡va de Amor!, ¡¡de Amor!!, ¡del Amor que siente Dios por ti, tu que eres tan pecador-a!

Empieza a sufrir por saberte un desagradecido-a, porque Dios te ama sin tú amarlo, sin conocerlo, sin ser bautizado.

Anda, apúntate a CatholicosOnline para recibir cada día el Evangelio, y verás lo que le va a ocurrir a tu vida; ¿sabes qué?, te lo diré: te vas a llenar cada día de alegría, de la alegría de la fe.

Te espero. Espero que te inscribas, porque en alguna meditación de la Palabra de Dios, voy a comentarte algo que te hará muy feliz… Si no te inscribes no vas a enterarte, para saberlo deberás recibir el Evangelio de la fe; lo llamo así, porque es de fe el Evangelio.

 Con afecto sincero.

P. Jesús
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35 Carta / A ti, que llevas una vida coherente con tu fe

Domingo, 13 de febrero de 2.011

A ti, que llevas una vida coherente con tu fe:

No te importe no alcanzar tus expectativas personales laborales, sino que piensa más bien en la alegría que tiene Dios de verte vivir una vida coherente con tu fe. Es bueno y Dios quiere que tengas ganas de éxitos profesionales, de ser el mejor en tu trabajo y que lo hagas todo por amor a Él, para demostrarle con él, el trabajo, que te esfuerzas en ser mejor persona, que persigues tus éxitos llevando a grado heroico las virtudes cristianas, que son el fundamento de la felicidad de tu alma. Y puede que no te llegue el éxito, la recompensa de tus esfuerzos, porque otro gana y tú pierdes en el barómetro de la vida comercial, pero ante Dios eres un luchador, y eso es lo que vale, y eso es lo que cuenta, y eso es lo que quiere Dios que sigas haciendo.

Pocos llevan una vida coherente con su fe, porque persiguen más el éxito comercial que una buena obra. Pero tú no eres de estos, estás hace algún tiempo viviendo la fe a tope, y eso es lo importante, ¡vigila!, porque, muy seguramente, Dios te dará el éxito desde otra perspectiva, y puede incluso que sea más importante que el que esperabas conseguir. Tu misión en la vida es vivirla haciendo obras de la fe, y la fe es una virtud que mueve montañas; así que… yo te diré, que puedes esperar de Dios cualquier regalo inesperado, si has obrado según su voluntad, a pesar de tener que doblegarte en muchas cosas que tu inclinación personal te llevaba. El éxito es de los que tienen a Dios de su bando, y Él, Dios, vive en la labor bien hecha y efectuada para mayor gloria de Dios.

Dios sabe que estás abatido porque no has conseguido tus propósitos, pero es que, a pesar de ser bueno que tengas propósitos, lo mejor para ti es que en vez de ser tú quien sea feliz y recompensado por tu labor, lo sea Dios Nuestro Señor Jesucristo, que como Él hizo, ¡murió!, para que Dios fuera glorificado; y Jesús, Dios Hijo, pasó haciendo el bien siempre, y eso debes hacer tú, si quieres triunfar de verdad en este mundo y en la Eternidad. 

A Dios no se le puede engañar, Él sabe lo que escondes en tu corazón. Ten en él tus deseos de, sobre todo y ante todo, SERLE FIEL, y Dios te compensará, si de verdad eres coherente con tu fe.

 Con afecto sincero.

P. Jesús
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36 Carta / A ti, que tienes proyectos para prosperar

Domingo, 20 de febrero de 2.011

A ti, que tienes proyectos para prosperar:

Eso quiere Dios, que prosperes en todos los ámbitos de tu vida, que tengas sueños, ideas, esperanzas, confianza y fe. Tus propósitos de mejora, preséntaselos a Dios en oración y en total confianza, si con cosas buenas, con buenos fines y viviendo en gracia de Dios, sin intenciones de pecar y apartándote de ellas. Todo esto te es necesario para tener el favor de Dios. Y sin el favor de Dios, no hay éxito bueno ni duradero. Ya sé que lo sabes, que lo has vivido y has visto los malos resultados de servir a dos señores a la vez; ¡no se puede servir a Dios y al mal! Estás viviendo ahora las malas consecuencias de tus actos que no fueron coherentes con lo que proclamabas como tu fe. ¡A Dios no se le puede engañar!, y aunque engañes a muchos con tu falsa piedad, a Dios no podrás, ¡jamás! engañarlo; así que prepárate para ser, de ahora en adelante, coherente con tu fe; y ¡Dios puede salvar el “barco”!; ¡ya lo creo!, recuerda la tormenta en alta mar, mientras Él, Jesús, dormía. Despiértalo con tus oraciones, salidas de un limpio corazón lleno de buenas intenciones, de palabras santas, y dejando la envidia, la codicia, el orgullo, la soberbia, las quejas, que vienen del orgullo, porque el orgulloso piensa que todo le tiene que salir bien; y como en la vida no todo sale bien y siempre hay problemas, el orgulloso no quiere tener problemas, quiere una vida fácil porque “¡él es el mejor de todos!; ¿por qué va a tener que pasar por pruebas y problemas?”… Quien no quiera luchar con los conflictos que trae vivir, es que es un orgulloso en potencia, aunque sea una persona callada y pacífica, ¿o es orgulloso en gran medida, o no sabe nada de la vida?, porque la vida va de hacer proyectos, de tener deseos y de luchar por ellos. ¡Nadie da nada por nada! Dios ayuda si estás en su bando, y no porque no quiera darte, ¡que Él, Dios, si quiere!, y a todos da las bendiciones de la naturaleza; ¡el sol sale gratis para todos!, pero, como ya os he dicho alguna vez, Dios quiere que le pidas y que estés en su, digamos, “hábitat natural”, que es la Gracia. Si no vives en gracia de Dios, Dios te oye pero pide que traspases la barrera del pecado, yendo a confesarte y recibiéndolo en la Comunión, para que así, unidos Él y tú como hermanos, como amigos, como socios, hagas planes en tu vida contando con Él. Con Jesús, Dios, todo se puede, todo es posible.

Prosperarás en la vida, en tu santidad y en todas tus cosas humanas y lícitas, cuando decidas apoyarte en Dios, cuando abandones el pecado y aceptes que el éxito humano está en la virtud, en grado superlativo. A ver, ¿qué tal estás de virtudes?… uuuuyyyy, ¡eso hay que mejorarlo!; a partir del próximo domingo, vamos a profundizar en las virtudes, y repasaremos también los pecados capitales… ¡No te vayas!; te interesa seguir leyéndome cada semana, porque sé de qué va la vida, tu vida. Y ya veo que con sólo mi oración no te basta, así que, ¡manos a la obra!, a trabajar esas virtudes que tanto deseas en los demás. Dios las desea para ti. ¡Di que sí!, di que sí. 

¡Te espero el domingo que viene!, ¡no me falles!; yo no te voy a fallar.

 Con afecto sincero.

P. Jesús
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37 Carta / A ti, que necesitas tener mejores y más virtudes

Domingo, 27 de febrero de 2.011

A ti, que necesitas tener mejores y más virtudes:

¡Sí!, no te se me escondas, que es para ti, para quien escribo, para ti que tanto te quiero en Cristo, y que estoy preocupado porque te se me estás despistando con tantos problemas cotidianos.

Te diré que los problemas son para que, enfrentándote a ellos, pases la prueba de los mismos, que en sí mismos y con ellos, Dios quiere saber si lo amas. ¿Amas a Dios? Sí, sé que sí; pues, ¿por qué no utilizas de las circunstancias que te traen tus problemas para resolverlos uniéndote a Dios y rezando, y pidiendo a Dios Espíritu Santo te eche un cable, te ayude en todas esas cosas que no son, que no salen como esperabas?

¿De verdad amas a Jesús, a Dios? Sí, quiero oírtelo decir de nuevo, quiero que vuelvas a decirme que sí, y quiero que llores al decirlo, porque mira que poco ha sido tu amor hasta hoy, y ya va siendo hora de que cambies. Tanto ir a Misa, tanto rezar rosarios, y… ¿qué pasa con tus virtudes?…

A la que viene un problema a ti, lo solucionas en plan PAGANO, sin acordarte de Dios. ¿Amas a Dios realmente? ¿Amas a Jesús verdaderamente?… ¿No serán sólo palabras en momentos de exaltación piadosa?… ¡Me lo temía!… Si; resulta que vives dos vidas: una de piedad y otra mundana. ¡Eso se tiene que terminar ya de ya!, ¡nada de dos vidas paralelas!, ¡sólo una y llena toda ella de alegría, de la alegría de la fe vivida!

Primero, antes de empezar con las virtudes, primero hazme un buen examen de conciencia. En el apartado que los de CatholicosOnline me hicieron de las “Vacaciones de Amor con Dios”, hay un buen manual para hacer un buen examen de conciencia. Y apunta en algún lugar, para que te acuerdes, las virtudes que te faltan. No apuntes los vicios que tienes, sino las virtudes que deberías tener y brillan por su ausencia en tu triste vida.

Mucha piedad, pero… ¿cómo tratas a los demás?

Ah, se me olvidaba: que los de CatholicosOnline, pongan el link del examen de conciencia, aquí. Así te será más fácil tener la oportunidad de hacerlo. Mira que ya vamos a entrar en Cuaresma, y este año va a ser muy distinto del año pasado; este año, vas a mejorar y mucho; sobre todo quiero, hijo mío, hija mía, que seas muy feliz en tu vida, y las virtudes te van a lavar la “casa”; ¡ya verás como todos se te acercarán pensando que la vida te va muy bien, que incluso pareces millonario!, porque la seguridad que a veces da, a algunos, el dinero, de pleno te las darán las virtudes.

El domingo que viene, te espero de nuevo, y ya habiendo hecho tu examen de conciencia y una buena confesión. Que sepas que te espero, ¿eh?, quedamos en esto: ¡hasta el próximo domingo!, no te olvides de la cita que tienes conmigo, porque yo no me olvido de ti, hijo mío, hija mía.

¡Hasta el próximo domingo, empezaremos con la virtud de la PUREZA!

¡Ay!… No te se me asustes del tema; además, sé que te interesa, que te interesa mucho. Pues vamos  a hablar de ello, de la pureza. Ya verás cómo se te aclaran algunas ideas que te hacen pensar que tú jamás podrás vivir la santa pureza. ¡Sí que podrás!, yo te voy a ayudar. Tú sólo ven a nuestra cita y léeme. Sabes bien que te quiero en Cristo. Sí, ¡lo sé!, sé que lo sabes. Pues, no me falles y ven a leerme, y diles a tus amigos y conocidos, que me lean. ¡Hazme propaganda gratis, porque yo todo lo  doy y lo he dado gratis durante toda mi vida y, ya ves, no tengo nada, soy pobre, pero feliz de obedecer a Dios Padre. Eso sí, tengo la mejor madre del mundo. Porque si te has fijado, Dios prueba, pero siempre da una mujer que te ama de verdad. Y si no tienes a nadie, ¡no mientas!, tienes a su Madre, que como la mía, ¡es más buena!… ¿qué haríamos los hijos sin una madre buena? ¡Llorar!, pero Dios quiere nuestra felicidad, por eso a ti y a mí nos da una madre buena de verdad, pura y, hasta algunos dirían que escrupulosa, pero es que la pureza de una madre nos es necesaria a los hijos, a todos los hijos, para que nos sintamos seguros y protegidos, porque, quien tiene una madre pura, tiene pureza en su vida.

Si tú no tienes una madre pura, bueno, entonces es que debes ayudarla a serlo, siendo tú mejor que ella, y para esto, no hay nada mejor que unirte a la bendita Madre de Dios, tuya y mía.

Bueno, veo que me estoy alargando mucho y ya he empezado el tema del domingo que viene; lo he hecho adrede, para que vengas a leerme. ¿Amigos? ¡Amigos!

¡Qué alegría!

 Con afecto sincero.

P. Jesús
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38 Carta / A ti, que quieres ser puro-a

Domingo, 6 de marzo de 2.011

A ti, que quieres ser puro-a:

¡Qué alegría!, veo con agrado que has venido a la cita, ¡un abrazo en el mismo Amor de Cristo!

Vayamos de pleno al tema de hoy: la pureza, la virtud de la pureza.

Hay puros porque son eunucos, pero os voy a hablar de la pureza para los hombres muy hombres y las mujeres muy mujeres, para los que, como Cristo Jesús, Dios, son verdaderos hombres, personas, como María, pero claro, no os voy a hacer una “mala jugada”, porque, no porque no queráis, pero vosotros, tú, no estás a la misma altura de Ellos, que siendo verdaderas personas, como tendrían que ser todos, sólo Ellos nacieron llenos de Gracia; así que nos encomendamos a Ellos y os remito a San José, ¡hombre puro y casto!; también os remito a Lázaro y a sus hermanas María y Marta; estos sí que son ejemplos que podéis decir que están a vuestra altura.

Hablaremos claro.

Empiezo.

…Pero antes, quiero decirte que la virtud de la pureza va unida a la de la alegría, así, que todos los tristes que encontréis por ahí, si son sanos y no están muy mal de dinero y afectos, pues, muy seguro debes rezar por ellos porque deben tener un montón de tentaciones contra la pureza. Así, que os empiezo por el final, en deciros que ¡hay que ser alegres!, y seguiré diciendo que, para ser alegres, se necesita de limpieza espiritual y FISICA, y de la belleza de la naturaleza; así que, a vestirte bien, a estar limpio por fuera y por dentro, y, de vez en cuando, haz alguna excursión o pasea por la maravillosa naturaleza, aunque sea de un parque. ¡Un buen lugar para encontrar pareja!, ¡gente sana la que le gusta la naturaleza!; se ríen a gusto y con gusto, los que disfrutan del aire puro, porque muchos, por el aire viciado, por la contaminación, les influye en sus deseos.

Pasemos a los deseos.

Vamos a ver, ante todo y sobre todo, hablaremos claro tú y yo, porque ser católico, ser cristiano, no es vivir en otro planeta que no sea la Tierra, ¡al contrarío!, los católicos sabemos muy bien, que es aquí en la tierra, donde vivimos; la tierra que Dios sustituyó al Paraíso, la tierra que precede al Cielo que nos espera a todos, y que es conseguible, es decir, la santidad está hecha para ti, a tu medida, ¡seguro! Dios, Jesús, fue y es hombre verdadero, así que, como Él, hablaremos claro:

Es normal y natural que el cuerpo sienta deseos sexuales, que realmente en sí mismos no son impuros; por ejemplo, si uno ya está casado y tiene estos deseos con su esposa, aunque esta estuviere enferma, lejos, o hubiera muerto. Con esto vemos que, la tal llamada impureza, realmente es impureza cuando no se usa del sexo correctamente, que lo correcto es compartirlo y disfrutarlo con el cónyuge; lo demás, no es correcto, no es moral, no es bueno, es impuro, porque uno-a se une a lo que no es para siempre, como es el santo matrimonio; pero claro, no es tan fácil llegar a casarse, no es tan fácil encontrar la persona que te hará realmente feliz, con una vida plena de alegría, o no es el momento aún porque, o eres demasiado joven, o no hay los medios necesarios para contraer matrimonio.

Desde luego, que Dios y la oración ayudan siempre.

Desde luego que es NORMALISIMO que tengas deseos de practicar sexo, y  no voy a llamarlos deseos impuros, porque de por si no lo son, sino que es la clara reafirmación del cuerpo, de que eres NORMAL Y SANO, vaya, ¡que eres de la especie humana!; y por eso, no quiero que empieces a machacarte la mente, ni que me vayas a practicar sexo libre, sea contigo mismo o con quien sea, aunque sea la persona que ames, pero que no estéis aún casados.

Vamos a repasar lo dicho, porque quiero que quede, BIEN CLARO, que es normal que tengas ganas sexuales, porque eres una persona normal. Así que, ACEPTA QUE ERES NORMAL, porque ¡eres normal!

Y lo vamos a dejar aquí por hoy, porque realmente quiero que te quede la idea de que eres NORMAL, y que Dios quiere que lo seas.

Bueno…, seguiré, jajajajajaja…

Demasiadas protestas me han venido al corazón, al querer dejar el tema. Pero, de verdad, que es muy importante que sepas que eres normal, por sentir, por pensar, por desear. Da gracias a Dios por serlo y no te se me hagas “mártir” de tu cuerpo; acéptalo, acepta que eres normal.

Ahora voy a hablar de los hombres y de las mujeres.

No sois iguales en género, pero sí en materia humana, y desde luego igualísimos en dignidad.

Pero…

Pero el instinto sexual cambia de unos a otros. La mujer quiere ser amada, y el hombre quiere amar.

(Aquí, ya veo un montón de críticos, criticándome. Pero yo os diré por qué es así, y ellos no podrán decir nada en contra sin mentir).

La mujer, que no ha sido manipulada hormonalmente, y aunque la mente la tenga engañada por ideas contrarias a la realidad, ella sabe que quiere ser amada, que quiere ser de alguien bueno que la ame, y por amor la cuide. Y puede ser incluso profesional, y una gran profesional, pero la mujer sana quiere esto en su vida personal, quiere ser amada, cuidada, ¡que estén pendientes de ella!; está preparada para ser la reina de un hogar.

El hombre quiere dominar el mundo entero, quiere ser el mejor de los mejores, sin tener que hacer daño a ningún semejante, sólo porque es un hombre, porque decide arreglar las cosas del mundo, que cree que, sin su influencia, en algún tema en concreto, el mundo va perdido sin él. Y eso no es machismo, no es que no quiera que la mujer tenga cargos importantes en el mundo; si, desde siempre, el hombre le ha dado a la mujer que ama, SU CORAZÓN, y el cargo de mujer de su casa, de todo lo que él posee y guarda en su intimidad. El hombre normal, quiere y necesita prosperar en la vida, ser “alguien”; y alguno se despista de Dios y busca esta necesidad sin contar con la Divina Trinidad; por eso las cosas le van mal, porque no se une al Sumo Bien, pero esto es otro tema, para más adelante, hoy estamos con la pureza. ¿Puede un hombre ser puro? ¡Sí!, ¿Puede un hombre no tener malas tentaciones? ¡¡¡Nooo!!! Si es verdaderamente un hombre, tendrá deseos, ganas de…, malas tentaciones y malos pensamientos (si no tiene esposa); si la tiene, y estos pensamientos sexuales son con ella, no son malos pensamientos, sino BUENOS PENSAMIENTOS, porque Dios quiere la unión matrimonial por todo y con todo lo que es el amor en pareja legal; por eso y en eso, vemos que esa tendencia no es mala, porque, si tiene mujer, incluso es bueno y deseable que así sea; así que chico-a, ¡eres normal!; tranquilo-a, da gracias a Dios.

Vaya, como siempre, los temas se me van “por las ramas”, volvamos a la raíz, y la raíz de todos los males es la falta de sabiduría, de conocer la verdad, la realidad, y de “pasar” de Dios. El que no está unido a Dios, el que no ama a Dios sobre todas las cosas, sea hombre o mujer, le costará mucho ser puro, y tendrá deseos impuros CON QUIEN SEA, con tal de disfrutar de la imaginación y del cuerpo, y eso es lo malo, el no ser uno para una, y para siempre, en el amor del matrimonio responsable, con la responsabilidad de ser santos, de que esta ayuda mutua os lleve a la santidad, y no a comprar un carro, un coche nuevo, cada dos o tres años. 

Pero para tener pureza, para poder esperar a la persona con la que construir tu mundo, tu casa, tu hogar, con unos hijos para disfrutar del amor conyugal, que son el fruto, ¡el brillo del amor vivido y proclamado al mundo!, hay que saber que, mientras no tengas un cónyuge, no te es lícito pensar en el sexo. Así de claro, como no te es lícito ni bueno pensar en lo que harías de ser millonario, a menos que lo seas, ¡claro!; si lo eres, entonces piensa en hacer cosas buenas con este dinero: crear puestos de trabajo, dar de lo tuyo a los necesitados… Pero volvamos a que no hay que permitir a la mente, pensar tener lo que no tienes, porque Dios, Jesús, dijo, que si pedimos algo a Dios, pensando que ya Dios nos lo ha concedido… ¿recuerdas?; pero lo que Jesús quiere es que pienses en que Dios te lo ha concedido para que tengas fe en Dios; a Dios le interesa y quiere que tengas fe, que sepas que con Él, todo te es posible, incluso vivir la pureza.

Si a veces te excitas, por ser una persona normal, porque has tenido pensamientos sobre sexo, aunque te has resistido, pero el cuerpo ha sido rápido en asimilarlos y estás excitado, acéptalo, y que la naturaleza siga su curso. Muchos os vais a confesar de esto, pensando que es un pecado, y no lo es.

(Aquí, más críticas contra mí)…

¿Cómo va a ser pecado que tu cuerpo funcione? ¡No te preocupes por ello!, acéptalo y sigue con tu vida.

“Pero… (ya me parece que os oigo)… ¿cómo sé que no he aceptado los pensamientos sexuales, porque los he tenido en la mente, los he “visto”, los he meditado unos instantes?” No, no los has aceptado; los has tenido y, al tenerlos, es por lo que los has “visto”… ¿Has ido tú a buscarlos adrede? No, pero, o se te han venido a la mente, o es que sientes más que cariño por una determinada persona que podría ser tu cónyuge, o es que alguien, sea en foto o en presencia, te ha incitado (aun estando casado) y has sentido y has pensado y has vivido en tu cuerpo las sensaciones de excitación sexual que… Pues aún así, te digo que no has pecado. “Pero, es que estaba tan nervioso-a, que me he masturbado”. Sí, has pecado, vete a confesar y acepta que has pecado. Otra cosa es que te hubiera venido la eyaculación sin querer, como a veces ocurre en sueños; entonces no es pecado, pero hacer la acción de masturbarte, sí que es pecado; si no te masturbases, el cuerpo, o se hubiera aplacado, o él mismo hubiera eyaculado, y eso no es pecado. Deja que el cuerpo siga su curso y no le tengas miedo; si te excitas, porque eres sano, y llegas al orgasmo, pues, NO ES PECADO.

Sé que por primera vez te ha quedado claro.

Sí tú, hijo de Dios, que tanto te Ama en Dios Uno y Trino, hubieras tenido mala vida hasta no haber hallado a Dios, y, al hallarlo, te cuesta vivir la pureza y te masturbas, quiero que sepas que Dios tiene en cuenta tus costumbres y, como siempre, lo que quiere Dios es ser el dueño de tu corazón. Tienes que ir a confesarte, porque es pecado, pero la gravedad del mismo, sólo la sabe Dios. Y te confiesas, porque es pecado, para que Dios te perdone y te dé con su Gracia, que recibes en cada buena confesión, la gracia santificante: la que te hace santo, la que te haga puro, por su Amor, el Amor con que Dios te Ama. Cógetelo con humildad, paciencia y usa de…

Dúchate cada día por la noche; he dicho ducha y no baño.

Cámbiate de ropa a menudo, aunque sea ropa de trabajo; ¡ve limpio!, muy limpio, aunque fueras mecánico. Gasta dinero en ropa, para que cada día vayas limpio, aseado, y te veas bien. Si no te ves bien, si no estás bien, acabarás mal.

Cuando uno-a se ve bien, no mira tanto a los demás; sabe que está bien y está bien consigo mismo-a; y aunque tenga sobrepeso o esté demasiado delgado-a, se siente bien, porque la ropa ayuda a la perfección del alma.

(Eso tampoco lo habéis oído nunca, pero no tendré críticas por ello, jajajaja)

Sí, pongo “jajajaja”, y es que me río, y no escribo para eruditos, sino para ti, amado hijo, amada hija, en Cristo. Esto es una carta entre tú y yo, y nadie tiene porqué saber que no voy de sabio. Sigamos…

Aun me parece oírte decirme… “¿Pero cómo sé que no he consentido al mal pensamiento?” Ahora eres tú quien se ríe; vamos bien; ya te he dicho al principio de mi carta, que la pureza y la alegría van unidas.

Hay chicas, mujeres, que piensan, sobre todo antes de dormirse: “Oh Dios mío, cuando encontraré al hombre que me ama, que me coja en sus brazos y me quiera”. Porque la mujer es así, desea ser poseída; pero al pensar esto, luego se imagina en brazos de X (“¿será éste el hombre que Dios me tiene destinado?”), y uuuuuuyyyy… esa imaginación lleva a los malos pensamientos. Y no debes pensar así, sino pensar en Dios, en Jesús, en las obras de bondad que has hecho hoy, y en preparar las que harás mañana; y por lo demás, deja todo en manos de Dios. ¡No dejes que la imaginación te lleve al pecado!, eso es malo, y de ello debes confesarte. ¡Sí!, véte a confesar cuantas veces haga falta. Puedes decir: “he pecado contra el noveno mandamiento, y el primero”, que así ha sido.

Y, en cuanto a ti, que aún te estás preguntando si consentiste en tus pensamientos sobre el goce sexual, sobre los pensamientos contra la pureza. Veamos. Muy seguro has cedido, muy seguro has pecado, porque la conciencia te lleva a preguntártelo; pues acéptalo, acepta que has pecado; y te vas a confesar con paz, porque es muy débil la línea entre ser normal a ser impuro, porque, de no tener unos deseos tan a flor de piel, ¿quién quisiera traer hijos al mundo?. Dios, pensando en su plan de creación, de continuar la especie, de que cada alma tenga la oportunidad de vivir, y en la vida hallar su Amor, para ello permite esto, que tú tengas malas tentaciones, a las que caes cada dos por tres. Pues así es, y así has de aceptarlo e irte a confesar; cuando tengas cónyuge y esos deseos sean para él-ella, no pecarás. Y si piensas en ser sacerdote y te pasa esto, ¿estás seguro que Dios te llama?; a alguno le dicen que “lo que más le cuesta, es lo que Dios quiere”, y no, Dios es serio, no hace malas jugadas a las personas. ¡Dios es Amor y te Ama!; así que si tienes muchos deseos sexuales, debes pensar en contraer un SANTO matrimonio, aunque ames mucho a Dios y quieras darle toda tu vida: ¡dásela con el matrimonio canónico!, que es un sacramento como el sacerdocio, pero distinto, porque distintos son los carismas. Sé sincero y te evitarás muchas noches de lloros, y tendrás muchos días de alegría; lo que Dios te quiere es SANTO, ya lo sabes. Pero, cásate bien, con una mujer que no te haga perder la fe ni la Gracia; confía en Dios y piensa con la cabeza y el corazón; la belleza de una mujer está en su rostro, en su mirada, más que en su cuerpo; los ojos, la mirada, siempre, durante toda la vida, pueden seguir igual; el cuerpo no; la sonrisa también.

Cosas para hacer, para que no cedas a la mala tentación:

Tienes que saber que eres libre, y tu decidirás a quién dar tu sí para casarte, así que tú VAS A DECIDIR A QUIEN AMAR, y no tu cuerpo. Eso, por favor, también medita en ello y ténlo en cuenta.

Ya hemos dicho lo de ducharte cada noche, además de si tienes la costumbre de hacerlo por las mañanas, pero es por la noche cuando te encontrarás solo y tendrás añoranza de amar a alguien, y, de esto, a dar rienda suelta a la imaginación, pues, es fácil; ¡pónselo difícil!, y, si estás limpio, además de descansar más, la limpieza del cuerpo, unida a la oración de antes de dormir, harán que tus sueños sean más puros; y todo y así, es difícil no tener alguna vez sueños impuros, que no son pecado.

Tienes que buscar un trabajo que te guste, y mientras no lo halles, haz que tu trabajo, el actual, te agrade. Agradece tener este trabajo, aunque no te guste, pero que te permitirá llegar al que te agrada. ¡Disfruta trabajando!, y este disfrutar, te hará feliz, y no divagarás en otros disfrutes innecesarios e impuros.

La tentación la vas a tener, y es bueno que la tengas; eso quiere decir que estás SANO.

Para los que tienen la mala costumbre de la masturbación, deben hacer algo con las manos; ¿tienes alguna guitarra?, ¿un piano?, ¿algún instrumento?; ¿escribes tu diario?; mejor si lo escribes, sea en privado; nada de proclamar tu vida por Internet, debes tener tu privacidad, no caigas en la tentación de desear que otros sepan cosas tuyas, que no les van ni les vienen; ya te diré otro día por qué. Y siguiendo con los consejos: come alguna fruta, sí fruta, porque tiene hormonas saludables que hacen disfrutar al cuerpo; por eso se llama fruta, porque hace disfrutar de la vida. Canta canciones en voz alta, mejor religiosas, de paso haces méritos para tu santidad. Puedes intercalar las cosas que te digo para hacer, y añadir más. Pero estas son las básicas. No te voy a decir que reces o ayudes a los demás, porque sé que esto ya lo haces, pero hay momentos en tu día que vives, que estás en esos “momentos muertos”, y es cuando eres más tentado-a. Eso que te digo, también medítalo, quizás hay momentos determinados en tu horario diario, en que te es más frecuente la tentación; quizás porque una vez caíste en ella. O debes de cambiar de mobiliario, incluso de dormitorio o de casa, si en la que vives, viviste la promiscuidad, porque tu mente recuerda los momentos de pecado, y te une a ello por ellos, por los recuerdos. Te he dado muchas y buenas pistas, ¡venga, haz algo con ello!

Si has fornicado, hablaré de ello más adelante. La próxima semana seguiré con la pureza, porque aún necesitas consuelo, y quiero consolarte de este pecado, porque te pone triste, ¡y es normal que lo haga!, pero ya verás que te consolaré bien, tan bien, que empezarás a vivir la alegría, la alegría de vivir.

Ahora me despido de ti, ¡hasta la próxima semana!, y pasa a tus amistades esta carta de hoy, y que vengan a leerme la próxima semana.

… ¡Vaya por Dios!, Me he olvidado de ti, de ti que eres hombre y piensas tantas veces en tener una mujer para ti, ¡que sea tuya!, porque esta es la condición del hombre, dominar al mundo, poseer el mundo que Dios le ha dado. Eso quería decírtelo antes, cuando hablé de la mujer que sueña ser poseída, pero me he ido por las ramas…, y quiero, antes de terminar la carta, mi querido hijo, quiero que sepas que esto que sientes es normal, y que te han engañado, vives engañado, como la mujer, pero no es ser machista querer una mujer tuya para amarla y poseerla, y hacerla feliz, porque el hombre posee a la mujer, y la mujer es poseída por el hombre, porque son dos mitades de lo que es ser persona, y una se compenetra con la otra, y una es feliz con la otra, y una sueña con la otra, y una desea a la otra, es lo MAS HUMANO DEL MUNDO. Así, que desear a una mujer para ti, no es pecado que lo quieras; lo que es pecado, es que quieras a la mujer de otro, o  a alguna que no puede ser para ti, sea consagrada, o de tu misma familia, pero que desees a una mujer que te ame y puedas amarla para siempre, ésta es tu condición humana. Los varones somos distintos en que, si no poseemos lo que hemos decidido tener, podemos morir de dolor, sea una mujer en los que tienen vocación al santo matrimonio, sea servir a la humanidad con algún talento con que Dios nos ha impreso el cuerpo para desarrollar así el alma. Sí, la mujer tiene talentos también, pero, por Dios, tiene también la capacidad de adaptarse a los tiempos; eso Dios se lo ha concedido porque la mujer puede perder a los hijos, incluso antes de nacer, y moriría de dolor si no fuera por esta gracia de Dios. Si una mujer abandona a sus hijos, puede morir de amor; y si un hombre es abandonado por su mujer y sus hijos, puede morir de amor, y puede hacer muchas tonterías si es abandonado por su esposa, por eso el matrimonio es indisoluble. ¿Es que la mujer ama menos al hombre, que el hombre a ella? No, pero la mujer necesita a los hijos y el hombre necesita de la mujer. Hay una diferencia, sin haber diversidad, siendo iguales y amando mucho, tanto la mujer como el varón. Los hijos unen mucho, donde hay hijos puede haber siempre amor; puede también que no lo haya, porque, o los dos, o uno de los dos, no se merezca el amor, pero los hijos unen. Por eso hay que casarse una sola vez y tener hijos de una sóla mujer, de un sólo hombre; algunos van con el corazón partido, dejando trozos en cada paternidad irresponsable. Pero esto es otro tema. Sobre el asunto de la pureza, es bueno saberlo, para que un hombre sea consciente de a quién pide unir su vida, y no se la partan en dos.

El hombre quiere a una mujer, la mujer acepta a un hombre. ¡No os equivoquéis!, tú mujer, por soñar despierta, y tú hombre por, desear poseerla.

La pureza regula las buenas intenciones y da éxito allí donde podría haber pecado. La pureza es alegría, por hacer las cosas bien. Amén.

¡Un abrazo fuerte, para animarte el alma que ama a Dios, que tanto te Ama!

 Con afecto sincero.

P. Jesús
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39 Carta / A ti, que vas a ser consolado

Domingo, 20 de marzo de 2.011

A ti, que vas a ser consolado:

Buenos días, buenos tiempos, ¡salud! Salud de cuerpo y alma, a ti hijo mío, hija mía.

No recibiste mi carta la semana pasada, porque los propósitos eran de que te llegase en ese domingo y no fue así.

Hablemos de los propósitos. Hoy en día, pocos tienen propósitos, lo que abunda más es vivir el momento, y esto no es lo mismo que ser realista y saber que en este momento, que en el ahora, está la realidad tuya de que ahora es lo que vives, de que ahora es lo que decides hacer, que el ahora es la plenitud de la libertad. Es decir; ahora eres libre. Porque la libertad va unida a la acción, como la fe va unida a las obras, ya que para proclamar la fe, debes demostrar con tus obras que tienes esa fe que dices o escribes tener.

Dios quiere saber.

Dios quiere saber quién eres tú.

Dios va a juzgarte y es un justo juez, y te juzgará por las obras.

Dios, siendo Dios, conoce tu corazón y todos tus pensamientos y acciones, pero te ha dado la dimensión del tiempo para que en este tiempo, en el ahora, demuestres quién eres.

¿Quién eres tú ahora?…

Eso es lo importante para Dios, porque en base de todos estos “ahora” que forman tu vida entera, te juzgará y te sentenciará, por las obras y las palabras, y los pensamientos que has tenido, que has aceptado tener, porque tú eres libre y puedes decidir qué hacer ahora y en cada “ahora” de tu existencia. Dios te simplifica la sentencia que te va a dar, que quiere darte, que efectivamente es el Cielo Eterno, y quiere dártelo, por eso murió por ti, por eso vivió como Jesús, el hijo de María y adoptado por San José, que le hizo de padre carnal en esta vida, en este valle de lágrimas; que tanto sufrieron los tres juntos y unidos, en los años del exilio y todos los de su vida, porque vivir es duro, vivir amando a Dios sobre todas las cosas, es duro, muy duro, pero es lo que te dará la sentencia perfecta, el Cielo Eterno, para siempre. Y, como te decía mi querido amigo-a, bendito de Dios, Dios quiere que te salves, porque te ama y te ha simplificado toda tu actitud en este “ahora” que quiere que lo vivas amándole sobre todas las cosas y personas. Tú tienes una lucha, la lucha contra esta soledad que te encarcela en el egoísmo, porque sintiéndote solo, sólo vives pensando en ti, y tú, tú no estás solo, tú tienes a Dios siempre, y puedes tenerlo físicamente durante diez-quince minutos, cuando vas a comulgar; ¡en serio!; es la Verdad. Los egoístas están solos, nadie los ama, no se sienten amados por nadie, y en esta falta de amor, se hacen egoístas, porque la soledad los oprime a amarse como a dioses, dándose todo lo que quieren y desean, pero Dios, que es Dios, se dio a los demás, hasta llegar a la muerte, eso es ser Dios, morir por amor, que es lo que Dios Hijo Jesucristo hizo, morir por amor.

Tú, cuando no vives la pureza, eres un egoísta, eres un solitario y te sientes solo, y aplacas tus deseos de amor, de ser amado, masturbándote, porque la masturbación da goce físico; es así, así lo ha hecho Dios, así lo ha permitido y permite Dios, porque cuando Adán y Eva comieron del árbol de la Vida, y luego se vieron desnudos, conocieron el placer del cuerpo, que antes, en el Paraíso, como igual será en el Reino Celestial, no habrá necesidad de sexo, porque el Amor de Dios dará todo el goce a cada alma con cuerpo, porque el cuerpo resucitará y será glorioso, como en la transfiguración, donde San Pedro, viendo tanto amor, se sintió como ido, y lo que muchos hoy quieren sentir con drogas, en el Cielo se vive plenamente, consecuentemente y con los sentidos del alma pura, la felicidad de toda la potencia del Amor, porque en el Cielo, Dios Ama y todos Aman, es el lugar del Amor. El Paraíso primero, donde estuvieron nuestros primeros padres, en este lugar, Dios iba a hablar con ellos, pero los dejaba solos, y en esta soledad, Satanás, en forma de serpiente los tentó, pero en el Cielo, en el Reino Celestial, no habrá, no hay soledad, allí el Amor es todo y está en todo y todos, es decir Dios es.

Pero volvamos a ti, que es lo que nos interesa, que es lo que me interesa, que tú te sientas amado por Dios; y sólo puedes amar lo que conoces, y por esto mi consuelo es enseñarte cómo es Dios, cómo te Ama Dios, porque no hay consuelo para el ignorante, el sabio es consolado.

Quiero que seas sabio.

Quiero que no te sientas solo.

Quiero que ames a Dios sobre todas las cosas.

Quiero que te unas a los que puedan hablarte de Dios, porque conociendo a Dios, podrás amarlo y dejar tu soledad, tu ignorancia, y vivirás en la libertad de poder planificar; por los propósitos que tengas, tendrás planes, y si eres capaz de tener esperanza, vivirás la fe.

Dios quiere darte la fe.

Dios quiere que dejes el miedo, porque el miedo mata la fe.

La fe se consigue con el amor, con querer amar a Dios, con conocerlo, y lo conoces por el Evangelio. Por eso me dedico a propagar el evangelio y meditarlo cada día, para que tú, ¡tú!, dejes del miedo, y sientas el amor con que Dios te Ama, y tengas fe, y la fe haga que pidas, que tengas esperanza y propósitos y, con la caridad, los hagas obras y palabras para ganarte el Cielo y la salud en la tierra. 

Dios quiere que estés sano.

Jesús sanaba a todos. Eso lo sabemos por el Evangelio; a Dios, a Jesús, le preocupaba la salud de las personas, más que si tuvieran dinero; porque con salud, puede uno trabajar y tener pan.

La impureza acaba con la salud de las personas que no son puras. Las lleva por derroteros de egoísmo, de gran soledad; y en la soledad del lujurioso, no hay paz, no hay amor, ni a Dios ni a sí mismo; porque cuando uno realmente se ama a si mismo, tiene propósitos de pureza, se aparta de las tentaciones de pecado, y ¡lo que tiene que hacer lo hace!, pase lo que pase y pese a quien pese, sobre todo renunciando a sus propios deseos lujuriosos para servir a sus deseos de ser respetado, amado, de ser honrado. Todos quieren ser honrados. (Este es otro tema para más adelante)

Es difícil, y más para el impuro, el que ya ha caído en acciones impuras, el ser sano, y ¿vas a perder tu salud por el goce físico?

Cuesta, cuesta la pureza, sí, como cuestan todas las cosas buenas que hay en la vida. No todo se vende a plazos, como los productos que se adquieren. Tú no eres un producto, y la moneda legal para siempre es el amor. Tú tienes que ser amado, debes ser amado, necesitas ser amado y amar, esta es la verdadera realidad de porqué viene el hombre al mundo, es la realidad de porqué naciste tú y vives tú: para hallar el Amor con que Dios te Ama y corresponderlo amándolo sobre todas las cosas y personas, SOBRE TI MISMO. Sí que cuesta, sí, pero las ventajas y las recompensas valen la pena.

¡Haz propósitos!

El que tiene propósitos tiene esperanza. El que tiene propósitos puede alcanzar la fe, y con la fe, recibes a Dios Espíritu Santo que te consuela. Sólo Dios puede consolarte, ¡sólo Dios! Nadie humano puede consolarte de la impureza, porque son pensamientos y actos egoístas, donde, aunque puede que se hagan actividades entre dos o más, cada uno es sólo un producto, no es un todo como en el matrimonio, que dos, todos con Dios, forman el Uno que es el Sacramento Matrimonial, (De esto también os hablaré otro día, mi querido hijo, mi querida hija); pero volviendo al tema de hoy, de recibir consolación por tus caídas a la impureza, al pecado de la impureza, yo, como simple sacerdote, no puedo consolarte, sólo Dios Espíritu Santo puede consolarte, el Consolador, el que te consuela, es la Persona de Dios Espíritu Santo.

Como empecé a decirte unos párrafos más arriba, tienes que oír y escuchar a los que conocen a Dios, para que te hablen de Él y te lo den a conocer, por esto te remito a Santa María; Ella conoce perfectamente a Dios, es su Hijo. Ella, María, es la Verdadera Madre de Dios. Dios tiene Madre, ¡Dios tiene Madre! Ese Dios que es el Verbo, que con Dios y, siendo Dios, hizo el mundo entero; ese Dios que te Ama, tiene MADRE, y es la Virgen María. ¡¡¡Es de fe!!! Si no lo crees, no tienes fe y vives en el miedo, porque sin fe hay el miedo; si no crees las Verdades, TODAS, que proclama la Santa Madre Iglesia Católica Apostólica y Romana, si por fe y con fe no apoyas y vives y crees en los Dogmas de la Santa Madre Iglesia, entonces es que estás viviendo el miedo, porque no vives la fe, y sin fe y con miedo, todo te va a ir mal en esta vida, preludio de lo que vas a vivir en la Eternidad Celestial. Por esto yo te escribo, por esto quiero que me leas y lo medites en tu corazón, así, de tú a tú; estamos tú y yo, nadie más interviene en esta carta, sólo tú que me lees y yo que te hablo. ¡No estás sólo! ¡No estás sola! Acude a la Madre de Dios, y ¡pasa de los pasotas que no creen en nada! Tú, hazte el “alto”, y SÉ LIBRE en este AHORA, que vives.

Ve a que Dios Espíritu Santo te consuele, ve a la Santa Madre Iglesia Católica, y allí acude a confesarte; a cambio recibirás a Dios Espíritu Santo, y TODA TU VIDA VA A CAMBIAR. Si pudiera hacer una apuesta contigo, la haría. Si pudiera retarte como a un buen amigo que soy tuyo, ¡lo haría!, te diría: dale a Dios tres meses de tu vida; decide, proponte que en tres meses vas a ir a confesarte de todos tus pecados; pecado que hagas, vas y te lo confiesas, cuanto antes. Sólo esto, y te añado el que vayas a Comulgar luego. Eso durante tres meses, y luego hablaremos de alegría. ¿Qué te parece? ¿Te lo propongo? ¡Venga! ¡¡Choca estos cinco!! Y hagamos un pacto, tú aceptas y yo rezo y me sacrifico por ti.

Ay, ¡cuánto te quiero!

¿Será demasiado?… (“Dios mío, ten piedad de mí y que mis palabras sobre Ti sean las adecuadas para cada uno de los que amo y leen mis cartas… Amén”)

 Con afecto sincero.

P. Jesús
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