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Índice cronológico - 7. página

60 Carta / A ti, que te cuesta seguir

Domingo, 25 de septiembre de 2.011

A ti, que te cuesta seguir:

Quien no se casa bien, le cuesta seguir haciendo el bien.

El casarse por la Iglesia, para recibir el sacramento, que se dan los propios esposos, uno al otro, por recibirlo sin estar en pecado mortal, por tener la intención de cumplir los votos del mismo, que se prometen en el mismo acto de decir con la voz, “sí quiero”. Es la Gracia de Dios que actúa en el Santo Matrimonio, mientras uno de los dos o ambos sigan viviendo en Gracia Suya, por confesar sus pecados personales, y, por comulgar, recibir nuevamente a Dios en Unidad de Caridad; porque Dios Ama y se Ama; te Ama y se Ama al Amarte. Y cuando un cónyuge obra con Caridad, ama y se ama, porque hay que amar a los demás como a sí mismo, y así, debe un cónyuge amar al otro, como a sí mismo.

Me escribió una persona que sufre mucho, y que me uno a su dolor y lo hago mío, y con este acto, llevo su cruz con mi unión a Dios mismo en total Unidad, por vivir la Caridad y estar en Gracia de Dios. Y me dijo: Padre. Mi esposa lleva 5 años en estado vegetal permanente, y siempre he estado junto con ella en casa y con mis hijas. Tengo 24 años de casado, 50 años; me es extremadamente difícil el no tener relaciones, que pasa con los que estuvimos 19 años felizmente casados, y estábamos en cierta forma con una vida sexual excelente como pareja, yo se que el sexo no es necesario para vivir, pero si a los sacerdotes que están preparados y han decidido llevar un celibato, les es muy difícil, ¿qué pasa con gente como yo?” Y le digo: hijo, ven a mis brazos, y déjame decirte que tu dolor me duele en el alma, que no quisiera que pasaras por eso y que quiero que te salves, porque ya ves, lo que ocurre con la vida, tu esposa vive y mira como está, ¿qué puede pasar contigo?, ¿qué será de ti?, porque el hombre, la persona, sólo vive 120 años, no vive para siempre, así que vas a morir, como va a morir tu esposa.

La fornicación es pecado mortal, y el pecado mortal te lleva al Infierno eterno.

¿Qué ocurre con un hombre que había sido millonario, que había tenido sirvientes, si pierde su fortuna? ¿Crees es lícito vaya a robar para seguir teniendo sirvientes y casas y coches, o tendría que aguantarse en su nuevo estado?

No llores, porque has visto la luz. Yo quiero que te salves, los sacerdotes nos hacemos sacerdotes para ayudar a Dios a salvar a los hombres.

No vas a vivir más de 120 años.

Hay un Cielo y un Infierno, y los pecados mortales hechos adrede, sabiendo que Dios no quiere que se hagan, son pecados que llevan a una persona al Infierno ¡por toda su eternidad!, y no lo digo por asustarte, sino para informarte y que tú libremente decidas sobre tu vida, sabiendo que Dios te Ama, y aun amándote tanto, no podrá salvarte si no dejas de pecar. Así son las cosas para todos, sean sacerdotes o laicos.

Me permito sugerirte que reces mucho para la recuperación de tu esposa. Asiste a la Santa Misa, y Jesús mismo, Dios, al recibirlo en la Comunión, después de una buena Confesión, te ayudará directamente y te dará la alegría de la fe.

Dice Dios que no da a nadie nada lo que no pueda soportar; entonces tú puedes soportar esta situación con la ayuda de Dios, desde luego, porque sin Dios, ¿qué se puede soportar?, y se pierde a Dios, por pecar. Así que si fornicas, no tienes a Dios, hijo mío.

Además yendo con otra mujer, fornicando con ella, la privas de una vida como la que tú tenías con tu esposa; ella, esta mujer, estas mujeres, ¿porqué no pueden ser felices como tú lo fuiste con tu esposa? Tienen derecho a enamorarse, a casarse, a vivir felices con su propia familia. Si tú la-s utiliza-s porque no puedes vivir relaciones sexuales, las destinas a una mala vida. ¿Qué son para ti?, sólo un cuerpo de placer, ¡esto es horrible!, son personas, ¡personas!, con sentimientos, que necesitan ser amadas, conocer el amor y formar una familia. Por tus necesidades fisiológicas, las condenas a ser carne de placer. Esto no está bien. Se harán ancianas y… (lloro por ellas, ¡pobres almas!)

Hacer el bien sin mirar a quien. Y aunque fueran prostitutas, que ya viven de vender su sexo, si todos hicieran el bien, no habría necesidad de que se prostituyeran por dinero, y tendrían que ocuparse en otras cosas, y en practicar la virtud, serían felices teniendo una vida digna.

Un hombre tiene que luchar para ser hombre. Sin lucha no se consigue nada. Seguro que has luchado, y mucho, para conseguir labrarte un porvenir económico; pues, mi querido amigo, en todo es así; la vida no da nada bueno de gratis, hay que luchar para tener una vida digna, una vida sana, una vida cristiana. ¡Lucha por tu pureza! No mires pornografía, ni te entretengas pensando en caricia. Ocúpate en visitar a tu esposa, en rezar por ella, en cuidar de tus hijas, en tu trabajo. Estate pendiente de que vas a morir, de que debes vivir bien. Reza, ¡reza!, para que Dios devuelva la salud a tu esposa y te de fuerzas para soportar con paciencia y santidad tu vida actual. ¡Haz obras de santa misericordia! Sé que es muy doloroso por lo que está pasando, te comprendo, hijo amado de Dios, por eso mismo, Dios murió en la Cruz, por tus sufrimientos, por esta cruz tuya que te cuesta llevar y que Cristo está dispuesto a llevarla contigo, eso sí, para que pueda ayudarte, tienes que ir a su “hábitat”, es decir, Él vive en la Gracia, por eso debes confesarte bien, con dolor de tus pecados, con intención y firme propósito de no pecar nunca más y con la esperanza puesta en Dios, en saber que te Ama. Ama tú a Dios sobre todas las cosas y personas, sobre ti mismo. Cuesta, ya sé que cuesta, por eso Dios dejó los sacramentos, para que no te cueste, para que te consuelen de tus pecados y puedas empezar una y otra vez, para que con Él, con Jesús, te salves, porque vino Dios al mundo a salvarte, a ti, ¡sí!, a ti.

No peques más.

Con afecto sincero.

P. Jesús
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61 Carta / A ti, que necesitas de tu Ángel de la Guarda

Domingo, 2 de octubre de 2.011

A ti, que necesitas de tu Ángel de la Guarda:

Sí, tú necesitas dejar la soledad, saber que siempre, a tu lado, está tu Ángel de la Guarda, que tiene orden dada de Dios de llevarte de regreso a Casa, a Dios.

El Cielo, el Reino de los Cielos, es la plenitud de Dios Uno y Trino, porque el hombre salió del Amor de Dios, fue deseado, creado, hecho por Amor, el Amor de Dios. ¡No estás solo!

Aquí, en la tierra, tus padres adoptaron tu alma con su amor, -debería haber sido por amor, tu vida a la vida terrenal, como fue por amor tu vida a la vida; ellos, tus padres, en su amor unido al amor de Dios por el sacramento matrimonial del voto de entrega personal de un cónyuge a otro, para siempre, en la vida de la tierra, en la vida ésta donde uno se gana el regreso a Casa, al Amor, a Dios. Por eso la santidad da el sello de la vocación matrimonial, al igual que a cualquier otra vocación que se vive por Dios. El matrimonio se vive por Dios.

Lo repetiré otra vez:

El matrimonio se vive por Dios.

Y por el matrimonio y los hijos que dan en amor, por Amor, amando, los Ángeles tienen un destino, el destino de alguno de ellos que es el de ser Ángeles de la Guarda, y cada ser humano tiene uno por lo menos.

Aprende la verdad de que no estás solo, de que tienes un ángel, que no es lo mismo que tener un amigo; un ángel es un ángel y un amigo es un amigo. Un amigo, hace como tú mismo: vive. Un ángel de la guarda tiene por misión, dada por Dios, el ocuparse de ti. Fíjate si eres importante, porque tienes por lo menos a un ángel de la guarda que su misión específica es cuidar de ti, que fue creado por Dios para que en este tiempo terrenal tuyo, él cuide de ti; y lo hace; todos estos pequeños milagros cotidianos que ves en tu vida y en las vidas de los que conoces; ese: “¡menos mal que no pasó nada!”, fue dicho gracias a que el Ángel de la Guarda cumplió su misión, la de cuidarte, la de protegerte de todo mal.

¡No estás solo!, y aunque no tengas fe, y aunque vayas contra tu fe, contra la fe, ¡no estás solo!, tienes un ángel de la guarda en exclusiva para ti; ¡es de fe!

No desesperes tampoco de esa persona que conoces y que renuncia a la fe, o que no quiere saber nada de ella, o que incluso va por otro camino. No te expongas a perder tu fe, yendo con ella, con esta persona, por miedo a que se pierda, ¡tranquilo!, tiene a su ángel de la guarda, y no podrás hacer tú por ella, por esta persona, más que su propio ángel de la guarda. Así que confía una vez más en Dios, que todo lo tiene controlado, ¡todo!, porque lo que ocurre en el mundo, algunos lo han descrito como un sueño, ¡que no lo es!, pero sí que puedo decirte y te digo, que te lo cojas todo para bien, porque hay un Dios que rige los destinos, a pesar de la voluntad legal y verídica que todo ser humano tiene dada por Dios: somos libres porque Dios quiere que lo seamos, porque en el Cielo, en el Reino de los Cielos, hay muchas moradas, y allí no hay influencias de “papás con dinero”, allí, cada uno se gana su sustento, se gana su lugar, y el ángel de la guarda tiene por misión ayudarte. Puedes rechazarlo, que algunos lo hacen, pero no puedes evitar que él viva siempre a tu lado, que incluso los santos, una vez en el Cielo, su Ángel de la Guarda sigue con él, porque es un destino definitivo, el destino de la criatura, el Creador y el ser espiritual, tu ángel; es esta unión por la misma voluntad de Dios que quiere que nadie esté solo jamás, ni los ángeles están solos, los de la guarda, cada uno tiene un pupilo, porque Dios no quiere la soledad, no vive la soledad, Él, Dios, es un Dios de Amor, y el Amor se da, tiene que darse para que exista, y por eso los Ángeles de la Guarda, que aman también, como aman también los santos, no están solos, todos están unidos a Dios y con Dios unos con otros. La próxima semana os hablaré del Cielo, ¡os gustará!

Ahora quiero que sepas que tienes un Ángel de la Guarda, que no estás solo y que no lo estarás jamás, porque la soledad realmente no existe, la soledad es contraria a Dios, donde hay soledad, no hay amor, donde hay soledad falta la Verdad, porque Dios es Amor y está en todo lugar; como el Ángel de la Guarda, Dios está siempre cerca de ti; los que viven en su Gracia lo llevan dentro, los demás lo tienen siempre cerca, tan cerca que sólo hace falta aceptarlo, aunque sea en pensamiento, para que Él, Dios, entre dentro de ti y te conduzca al camino de la Gracia Santificante, para que no te pierdas este Cielo que te espera, este Cielo que es tuyo si aceptas que Dios te Ama; mira si es fácil ir al Cielo, reconociendo que Dios te Ama, puedes ir, porque se empieza por eso, por el Amor con que Dios te Ama, seas quien seas, vivas como quieras, pero la certeza de un Amor para ti, si lo aceptas, te llevará a descubrir tu amor, el que tú eres capaz de tener, de sentir, y siendo así, lo querrás dar, necesitarás compartir y servir, y entonces… eso te lo contaré la otra semana, no la próxima, sino a la otra. Así que ya ves cuantas cosas quiero compartir contigo, porque no estás solo, porque yo, sacerdote, estoy pendiente de ti, sí, quieras o no, yo te quiero.

Con afecto sincero.

P. Jesús
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62 Carta / A ti, que no sabes cómo es el Cielo

Domingo, 8 de octubre de 2.011

A ti, que no sabes cómo es el Cielo:

Hermoso es el Cielo, todo él está lleno de Amor en grado máximo, en tal medida que nadie es egoísta, todos son buenos hasta más no poder. Todos te miran con más que cariño, nadie baja la mirada al verte o te da la espalda, todos te quieren, todos te esperan y todos te conocen verdaderamente como eres. No hace falta engañar a nadie, ni a ti mismo-a, porque en el Cielo se sabe todo, todo lo bueno que has hecho, porque lo malo, Dios, Cristo, lo compró a muy alto precio, ¡con su Sangre derramada!, para que nadie tenga constancia de ello, para que no se tenga en cuenta en los sucesos, ni en los acontecimientos, porque Dios suple y recupera tu timón, siempre que vas a confesar tu pecado.

Como te digo, en el Cielo, en este lugar maravilloso, allí tienes un lugar para ti. Jesús fue a preparártelo y te lo está guardando mientras tengas vida, ¡vive!

Si tu vida te es muy dolorosa, por tus circunstancias actuales, ¡resiste!, porque habrá otro día para ti. Piensa en ¡mañana!

Si tu vida te ha sido muy dolorosa, por tu historia personal, ¡acéptalo!, porque habrá otro día para ti. Piensa en ¡mañana!

Hay para tu futuro, además, un lugar en el Cielo, ¡lo hay!; ¡apuesta por ello!, no hagas caso a los pesimistas, a los manipuladores, a los que quieren hundirte en el pozo negro de las lamentaciones. ¡Hazme caso!, y además de ser verdad, te es más fácil creer el bien que seguir al mal.

Todos los números los tiene Dios; ¡Él gana siempre!, sí o sí, Él vive en el Cielo, vayas tú o dejes de ir.

No aceptes menos que el Amor.

Ninguna otra religión ama al semejante; ninguna otra religión perdona totalmente, ninguna otra religión te comprende como la religión católica, la que tiene la misericordia de Cristo en tu bautismo, donde el Rey es súbdito tuyo, donde la Reina te consuela, donde los grandes viven para el pequeño y los pequeños son cuidados, valorados, amados, aceptados, donde tú tienes un lugar para ti y para siempre, ¡siempre! y, aunque no te creas digno de este lugar, ¡el Cielo!, lo recibes por heredad, no por tus méritos, no por tu trabajo, sino por el Amor de Dios.

Una cosa necesitan los que van al Cielo, es humildad, la humildad de saber y aceptar que son los méritos de Cristo quien es te dan el boleto de entrada al Cielo. Si aceptas que Dios pagó tu entrada en el Cielo y que debes creer en Él y en ello, entonces ya puedes preparar tu equipaje de obras de caridad en la fe, para irte al Reino Celestial.

¡Nos veremos allí!

Con afecto sincero.

P. Jesús
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63 Carta / A ti, que no sabes cómo amar

Domingo, 16 de octubre de 2.011

A ti, que no sabes cómo amar:

¿Te has fijado que las canciones son casi todas de amor?, ¡y siempre son un éxito!, porque todos hemos nacido del Amor de Dios, y todos queremos regresar, y antes vivir en amor, porque nuestra esencia es AMAR.

Si no amas, ¡no vives!

Si no amas, es como si estuvieras solo-a, y si te sientes solo-a, es que no amas, es que no tienes a nadie para amar.

Claro, que lo triste es que, por desgracia, pocas personas en este mundo actual, son dignas de amarlas; la mayoría son egoístas, orgullosas o están deprimidas y, estas últimas, las deprimidas, las que han recibido el desamor de otra-s personas, la depresión que padecen, pone barreras a la comunicación; y las orgullosas, parece que no quieren ser amadas, pero sí que quieren, aunque quieren recibir algo material junto con el amor, creen que el amor o se compra, o se paga, o se exige; no creen que el amor sea gratis y ¡porque sí!; y las egoístas, estas son las que quieren más amor, pero un amor mal entendido, el amor de que las sirvan porque sí, de que si las aman, hagan lo que ellas quieren, sinó, creen que no son amadas, y esto es una aberración de los sentimientos, el pensar que el amor es esclavizarse a otro y dejar la vida propia por el “bien” del otro; esto no es amor, esto es esclavitud, el amor es como nos Ama Dios, que no es esclavo de nadie, aunque como cordero degollado, se entrego libremente a la muerte y muerte en cruz para que tú, y tú, y tú, sientas y vivas sabiendo cómo Dios te Ama.

Volvamos a las canciones de amor. Y añado, que en casi todas las películas hay un desenlace de un amor humano, porque el destino tuyo, del hombre, de la persona, es tener este encuentro, este conocer y fusionarse con el Amor, pero yo te estoy hablando del Dios, de Dios Amor, de la potencia de Amar.

Ahora quiero que pienses en familiares, en personas que conoces, y dime, ¿cuántas han triunfado en el amor humano?…

La busca del éxito es natural, porque el éxito es la plenitud, es la recompensa a los esfuerzos, es el sueño hecho realidad. Y sí, ¡claro que sí que hay éxitos en este mundo!, por los que pasan al Otro, directos al Cielo. Este es el verdadero éxito, el que te lleva a recibir el trofeo.

Los éxitos humanos también tienen que reflejar el verdadero éxito, el perdurable, el del amor.

A veces se ama a la persona equivocada, ¡tantas veces!, porque o te ha engañado o no buscas bien, ¡tu propio bien!, y luego hay sufrimiento, porque no amas a Dios sobre todas las cosas y no respetas la libertad de quien decide no dejar la maldad.

Sí, el amor es tan necesario por todos, que lo cantan y lo hacen película, pero la cruda realidad es que pocos conocen el verdadero amor humano, este que dura y perdura, que se hace grande y madura, que todo lo puede soportar y que da la felicidad.

Estamos impresos por lo que somos, por lo que hemos nacido: por Amor de Dios, el Amor que Dios nos tiene.

Todo el que vive, es porque Dios lo Ama, ¡esta es la realidad!, esta es tu realidad, y debes aceptarlo y debes de admitir que tienes un Dios a quien seguir para ser quien eres, y eres alguien fantástico, eres hijo-a de Dios, del Padre de todo lo creado, y eres hermano de Dios Hijo, Jesucristo, que no te juzga en vida, que con su vida te salva, y sí que te sentenciará después de tu muerte a una eternidad predecible, la que tu decidas tener, y que por las obras de tu fe se ve.

No hay nada escondido que no haya de conocerse, ni nada malo que resista siempre, porque el mal es vencido por el bien, por el Sumo Bien, que decide a quién quiere en su Cielo, y decide por lo que cada uno libremente quiere ser.

Aprende que el amor que buscas está en Dios, te lo da Dios, y cuando lo tienes, puedes darlo a quien lo quiera recibir.

Las películas son de amor, las canciones son de amor; las historias humanas, en la gran mayoría, son de falta de amor, porque sólo que el que acepta el Amor, que es Dios, es amado, y siendo amado, Ama, por eso hay tan pocos que amen y sean amados humanamente, porque no hay amor de Dios en muchos corazones, que buscan quimeras y falsean la lujuria por amor, porque el amor va a todas, todas; fíjate lo que hizo Dios por este Amor a ti: se dejó matar. ESTO SÍ QUE ES AMOR DE VERDAD; lo de las canciones y las películas, sólo son el reflejo de la búsqueda de este amor humano, que lo tiene el que tiene a Dios y a su Amor viviendo en él, el que vive en Gracia de Dios.

¿Amas?

¿Eres amado?

Si tu respuesta es negativa, es que no amas a Dios sobre todas las cosas, porque si lo amaras sobre todas las cosas, tendrías su amor y mucho amor humano, el amor de los santos, y por añadidura, el de los que buscan y no encuentran, y quieren y no saben.

El amor todo lo puede, incluso AMAR.

Aprende de Jesús, aprende de quien dio la vida por ti, no hagas caso de los que te quieren “vender la moto”, tú ve a pie y disfruta del paisaje. La vida es hermosa, cuando uno sabe Amar a Dios sobre todas las cosas.

Aprende sirviendo, aceptando la doctrina católica y perdonando al que no sabe, y también al que sabe y se despista por ser tentado y caer en la tentación por falta de sabiduría y también por falta de Amor, porque quien ama a Dios sobre todas las cosas, no necesita nada más que lo que Dios permite y le da, teniendo la esperanza en Aquel que dijo y te dice: “¿Qué quieres de Mí?”… ¡¡Pide!! Pide a Jesús, Dios, todo lo que necesites y quieras, Él es el Rey.

Con afecto sincero.

P. Jesús
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64 Carta / A ti, que sabes que Dios quiere que seas feliz

Domingo, 23 de octubre de 2.011

A ti, que sabes que Dios quiere que seas feliz:

Me ha escrito una buena amiga, que conoce bien a Dios y que sabe la verdad, el que Dios quiere que todos y cada uno sean felices; así lo dice:

Queridos amigos:
Espero y leo a diario el Evangelio y mensajes, y me comunico con Uds porque, creo que los mensajes se están prestando a  malos entendidos. En los últimos tiempo veo que se asocia la vida del cristiano con el sufrimiento. Creo que no es así. Estoy convencida que Dios, como buen Padre, nos puso en el mundo para ser felices y hacer felices al resto y que está especialmente junto al que sufre. Esta visión que tenemos del ser Católico =a sufrir hace que muchas personas decidan buscar nuevas expresiones religiosas, donde, a demás de ayudarlos a seguir la palabra de Dios no los haga sentir culpables por sentirse felices. Supongo que se trata de un mal entendido que se da por el uso diferente que hacemos de las palabras en los distintos países de habla hispana… pero creo que es útil saber cómo se está interpretando por estas regiones.
Gracias por su trabajo que nos ayuda a estar cerca de la Palabra de Dios!
Saludos
C.

Amiga, comprendo perfectamente lo que comentas, pero ¿qué hacemos con los que sufren?, porque muchos sufren, y todos van a sufrir y sufrirán; ¿dónde hallarán consuelo?, en donde se les ama de verdad, en la Iglesia Católica, la que consuela y tiene misericordia, la que es la verdadera y es real, y por lo tanto vive en lo real, y el sufrimiento es verdaderamente real en este mundo, en este valle de lágrimas. ¿Quién no ha derramado lágrimas de sufrimiento?, aunque sea porque las cosas no le han salido como quería; por ejemplo, quería un empleo, necesitaba un empleo y se lo han dado a otro, y esto es sufrimiento, y hay mucho sufrimiento en este mundo, como el que ama y no es correspondido. La Iglesia lo sabe, sabe la verdad, y siendo madre, la Iglesia consuela. Es difícil consolar, es más fácil lo que hacen otras religiones, lo que hacen los protestantes, algunos hacen ver que todo es felicidad, y la viven en los momentos de sus encuentros, pero luego cada uno va a su casa y se enfrenta con su realidad, le han dado afecto, pero, por ejemplo, sigue enfermo, sigue sin dinero, sigue sin que su hijo regrese o deje la droga o el alcohol. La Iglesia Católica no es como las demás, porque es la verdadera, la única que tiene todo el Amor de un Dios que Ama y, que Amando, consuela y tiene misericordia y ayuda.

Las personas no son lo que quieren ser, son lo que son, y siendo lo que son, sufren, porque cada uno busca su lugar en el mundo y daña, tantas veces, a otros, por su imperfección.

Nosotros, los cristianos-católicos, tenemos la fe y además tenemos la ESPERANZA; si las cosas, todas, nos fueran bien, no haría falta la esperanza, pero la esperanza, viene dada por Dios que Ama y sabe que sufres y vas a sufrir.

¿Qué hacemos con los que sufren, los arrinconamos como hacen otras religiones?, los consolamos y les damos esperanza, les ayudamos con tantas instituciones católicas de caridad que la fe nos ha llevado a fundar, sea para aliviar el cuerpo, el alma, o ayudar a encontrar empleo, porque de todo esto necesita el hombre, la persona, tú; sinó hoy, lo necesitarás mañana.

Sufrir es parte de la vida, como el trabajar en algo, como el aprender cosas; sufrir existe, es real, y se sufre mucho, muchos sufren mucho y quieren y necesitan ser consolados, quieren misericordia y esperanza.

Para sacudirse el sufrimiento, mi querida amiga, primero hay que aceptarlo, hablar de él, conocerlo bien, y sabiendo cómo es y qué nos hace, se puede pedir a Jesús exactamente lo que quieres; ¿sabes que muchos no piden?, pues sí, hay muchos que no piden, porque o creen que se merecen este sufrimiento, y algunos se evaden de él con antidepresivos, como si fuera lo más natural del mundo tener que medicarse por sufrir; y el sufrimiento, puede que en algunos necesite de antidepresivos, pero si en la primera fase hubieran encontrado una mano amiga, un acto de verdadera caridad, unas palabras de comprensión, de afecto, un consejo para solucionar su problema, no habría tenido que llegar a aceptarlo como un modo de vida permanente, que tomando una pastilla te atonta y ¡vas tirando!

Dios quiere que seas feliz, que todos sean felices, que nadie necesite de antidepresivos, sino que aceptando el sufrimiento, conociéndolo, se le pida a Dios mismo, a Jesús, lo concreto para dejar de sufrir; si es que se halle el verdadero amor, pues esto, pedir con fe y esperanza esto, hallar el amor verdadero, o tener un buen empleo, o que el hijo deje de drogarse, que el cónyuge lo acepte como es y mejoren sus relaciones. Si “no se sufre”, no se pide, y hay el derecho de ser felices. Dios, tú lo sabes, mi buena amiga, Dios quiere que seas feliz, por eso la Iglesia habla de la realidad del sufrimiento, para que lo conozcas, lo reconozcas, lo afrontes, luches para hallar la paz y la felicidad, porque todo tiene solución, y siempre la solución primera, ¡aunque duela!, es saber de qué va tu cruz; Cristo, sabía, porqué cargaba su Cruz, lo sabía y lo aceptó; los santos saben también cual es su cruz y la aceptan y luchan para servir, con ella, a todos sin discriminación.

Amiga mía, quisiera que aún fuéramos más amigos a partir de esta carta que te escribo, porque tú realmente conoces a Dios, sabes que no quiere el sufrimiento, sabes que quiere que seas feliz por el cumplimiento de los diez mandamientos, usando de la oración, los sacramentos, las obras de piedad y la mortificación, que es llevar esta cruz del sufrimiento voluntariamente.

Te quiero.

Con afecto sincero.

P. Jesús
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65 Carta / A ti, que quieres propagar el Evangelio

Domingo, 30 de octubre de 2.011

A ti, que quieres propagar el Evangelio:

Amiga fiel, amiga buena de Dios Hijo Jesucristo, que conoces que no hay nada como el Evangelio, a ti que me escribes y me dices:

«Padre Jesús, tengo una inquietud; quisiera propagar el evangelio, y como ustedes dicen, ponerlos en el buzón de las casas, pero mucha gente me dice que muchas veces no lo leen o lo utilizan para reírse o burlarse del evangelio ya que es palabra viva. O repartirlo cuando salgan de Misa, pero la gente no lo va aceptar porque ya lo escucho en la celebración. Me gustaría pegarlo a la entrada de los supermercados. Dios me ayudara a pensar donde sería el mejor lugar gracias por sus sugerencias.»

Amiga, a ti te digo, como a todos: vive el Evangelio, ¡vívelo!, que salga por tus ojos, llenos de ternura por todos, llenos de misericordia por todos, llenos de esta alegría de la fe, de este gozo en el Señor que te llena el alma de hambre de evangelización. Llévalo en tus palabras de consolación, de misericordia, de reconciliación. Porque el Evangelio es la mejor noticia jamás oída, es la que llena no sólo los corazones, sino las almas; que incluso el intelecto es más certero y en la conciencia se reconcilian y viven felices todas las potencias que rigen a la persona. Allí, en la buena conciencia, se sientan a dialogar los sentimientos, las ideas, los proyectos, las obras y la realidad, y deciden amar a Dios sobre todas las cosas, y proyectan servirle, como tú, amiga bendita, proyectas propagar el Evangelio.

Empieza rezando, y Dios te mostrará el camino de propagar el Evangelio de la fe, porque Dios Espíritu Santo sabe todo lo que hay que hacer, así que no te angusties, y vive disfrutando de leer y aprender cada día del Evangelio, y cuando digo del Evangelio digo y quiero decir del Evangelio y no de mis meditaciones sobre el Evangelio, aunque si te parecen un bien para las almas, puedes, junto al evangelio, trasmitir mis palabras que con tanto afecto sincero, que con tanto cariño escribo para que el Padre Dios, a cada uno, le muestre su camino.

Hallarás el camino de propagar el Evangelio, porque todo lo que se le pide a Dios, Dios lo concede.

Vuelve a escribirme dentro de algunos años, cuando ya tu apostolado de propagación del Evangelio te haya llevado a vivirlo y a conocer de tal manera a Jesús, que siendo tu Rey, lo sirvas incondicionalmente, apoyada siempre por la intercesión de la Virgen María.

Tú vas a ser muy feliz viviendo el Evangelio de la fe.

Con afecto sincero.

 P. Jesús

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Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN.

 

66 Carta / A ti, que quieres ayuda para salir de tu pecado sexual

Domingo, 6 de noviembre de 2.011

A ti, que quieres ayuda para salir de tu pecado sexual:

Hija buena, releo tus palabras que me dicen:

Gracias Padre, por su mensaje, yo fui enviada a entregar la eucaristía por Monseñor X, en X, y desde hace algún tiempo por mi conducta de lujuria y mal comportamiento en mi hogar he dejado toda la actividad pastoral y me siento vacía, triste. Y mi novio quiere de nuevo esta relación no bajo matrimonio y me hecho débil y esta vez no lo permití más, ya no quiero ofender más a Dios. Ya basta me duele mucho haberme alejado de Dios yo era distinta. Por favor ayúdame a encontrarme nuevamente. Espero que no sea tarde para encontrar definitivamente el camino a Dios Padre y a la Virgen Santísima. Por favor ayúdeme.

Lo que voy a decirte te dolerá, pero es preciso que te diga la verdad, hija mía, y es que tu novio no te ama, él trabaja para Satanás; aunque tenga palabras dulces, con las que te dice tantas veces “te amo, mi vida, ¡te quiero!” El amor  no es esta clase degradante de vida, donde la relación es una relación de lujuria pecaminosa, porque Dios no quiere que tengas sexo sin amor verdadero, sin el sello del matrimonio sacramental, y por eso es pecado, porque es una relación contraria a la voluntad de Dios, que Dios te creó, te Ama y quiere tu felicidad, y sabe cuál es la felicidad que te hará feliz, y no son estas relaciones sexuales con tu novio, sino que es tu relación con Dios mismo, respetándote a ti misma, porque tú no tienes nada que ocultar, eres soltera, puedes ser amada a la luz del día y con las delicias del amor intimo sacramental en el hogar; tú estás destinada a ser venerada, a ser madre y esposa y no a ser una mujer de la calle, porque haces lo mismo que ellas, te entregas, das tu cuerpo ilegalmente, porque lo legal es entregarlo en el santuario de la alcoba matrimonial. Ese novio NO TE AMA, te desea, te quiere suya por momentos, pero no te ama, y si no terminas esta relación por amor a Dios, la vais a terminar en pocos años, porque se cansará de ti, no te será fiel, si es que ya no te lo es, pero te vas a enterar y vas a quererte suicidar, ¿y todo por él?, por un ser que no sabe amarte como te mereces; ¡qué bajo has caído!

¡Levántate!

Respétate a ti misma. ¡Tú puedes vivir sola, esperando al amor de un hombre que te ame de verdad!

Mira los hechos, porque hay muchos actores que actúan en su vida normal y sobre todo actúan muy bien en temas de amor romántico; eso es fácil, se dejan llevar por la pasión del momento, y si, en esos momentos te quieren, te desean, aunque jamás te aman, porque el amor es buscar el bien del otro, y tú no vives bien; si él es incapaz de verlo, de darse cuenta de que no vives bien, y si lo ve y no le importa, en ambos casos, no te ama, ¡TE USA!

¿Y es que no tienes dignidad, hija mía? ¿Cómo puedes permitir que te usen? De acuerdo que tu cuerpo disfruta los momentos de sexo que le das y recibes, pero, ¿es que sólo eres una prostituta?, ¿es que no crees que eres digna de ser esposa y madre? ¡¡¡Por Dios!!! ¡Reacciona!

Tú eres una persona que necesita de amor y no sólo de lujuria. Tienes que tener, que hacer obras de amor, y esto es una convivencia normal dentro de la sociedad, dentro de tu familia, donde todos sepan que tu unión sexual es lícita, es por amor, amor para toda la vida, para compartir no sólo sexo, sino la educación de unos hijos mutuos, y una ayuda para tu santidad, para tu vida de relación humana, en tu trabajo, con tus proyectos.

Mi ayuda es hablarte claro, porque demasiados ocultan con indiferencia o neutralidad la verdad, y si sigues así, ¡vas a acabar mal!

Apártate de tu novio, ¡deja esta relación! Y ni hables con él, una persona que te trata así, no merece que le contestes nada, ¡no dialogues con él!, sus palabras haciéndote caer, son inspiradas por el diablo que ha conseguido apartarte de tanto bien como hacías. ¡Regresa a ser la que eras!, y, ¡sé mejor!, Dios te Ama así, caída, toda enlodada, toda tú vencida por la mala tentación, pero ¡mira!, ¡¡¡mira!!!… A tu petición de ayuda, ¡miles de Ángeles de Dios han acudido a darte testimonio de su Amor! De ahora en adelante, Dios Padre te llamará “Ángel”, porque tu vas a ser “un ángel” en todo cuanto hagas, porque la ayuda de Dios no defrauda, sino que ha venido a ti, y tú la notas, la sientes, porque la has pedido, y todo lo que se pide, Dios lo envía.

Olvidarás con los meses, pocos meses, a tu novio, ¡ese payaso, arlequín!, que te hundió en la ignominia de dejar tu voluntad por la lujuria. Te has ido a confesar y esto es bueno, muy bueno, ve tantas veces cuantas necesites ayuda, porque el consuelo viene a ti por la acción de Dios Espíritu Santo, ¡El Consolador!, que te envuelve en su “aroma”, en cuanto el sacerdote, en representación de Dios, te da la absolución de tus pecados.

Hija de Dios, amada mía, mi oveja perdida, Dios mismo vino a buscarte, y por eso tú escribiste: “Por favor ayúdeme.” Ya has sido ayudada por Dios; uno es ayudado por Dios, desde el mismo momento en que pide ayuda; esa palabra de auxilio, Dios la puso en tu corazón para que tú la digas en oración. ¡Qué bueno es Dios!

Has confesado, y tus pecados han sido perdonados. Haz indulgencia plenaria y resiste a las insidias de tu novio, que volverá a buscarte, muchas veces, porque es Satanás mismo quien le envía, para que caigas y mueras en esta vida, y en la otra, te pierdas el Cielo. Ese novio puede ser muy lindo, pero tiene el corazón podrido. Míralo como realmente es y no como te dice que es, o como crees que es por su manera de hablar lindo. De hoy en adelante aprende a observar los hechos, ¡las palabras se las lleva el viento!

Busca un buen joven en quien poner tu corazón con confianza, ¡qué hay!, hay buenas personas que quieren amarte, y hallarás al que quiere que seas con él, padres de hijos sanos y santos. Pero primero, date tiempo a olvidarlo, unos pocos meses, y luego ora y busca y reza a la Virgen Inmaculada, para que te llegue la dicha de ser amada y amar de verdad, con pasión, con deseo, con amor y servicio, dado y aceptado, y sobre todo viviendo la fe y la alegría de ser cristianos-católicos, que es el ¡no va más!, es lo que hay que poner de moda, la felicidad que da compartir la fe con la persona amada.

Hija, Dios te ha escuchado, vete en paz, y no peques más.

Con afecto sincero.

 P. Jesús

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Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN.

 

67 Carta / A ti, que la maldad de otros te persigue

Domingo, 13 de noviembre de 2.011

A ti, que la maldad de otros te persigue:

¡Hazle frente!, encárate con la vida, ¡haz justicia!, la de luchar sin perder la esperanza, porque a veces, demasiadas, cuando uno es maltratado, sea psicológicamente, verbalmente, físicamente, la impresión que puede recibir a causa de la búsqueda del porqué, sea de que algo tiene que ver él-ella, con este dolor que recibe y le dan, porque el dolor, a veces, trae consigo cargas de culpabilidad, y quiero aclararte esto de una vez: si tú sufres, y sufres, por el sufrimiento que te dan, no es porque te lo merezcas o no, porque de ser así, todos sufrirían una barbaridad, porque ni uno es bueno; entonces, el dolor que sientes por las fechorías que te dan, es por lo que recibes y te dan; ¡y olvídate de si te lo mereces o no!, porque todos merecéis amor, sea por todo lo bueno que habéis hecho, sea por todo lo malo.

Normalmente la gente te puede dañar porque le molesta que vivas bien, que seas feliz, y como él-ellos no lo son, les es doloroso que tú seas feliz incluso dentro del dolor, por eso se han empeñado en que tú sufras tanto, ¡más que ellos!, pero como ellos sufren también cuando ven que el sufrimiento que reciben de ti, lo aceptas, lo comprendes, comprendes que la maldad hace pecar y los malos pecan, y algunos contra ti, por eso tu sufrimiento, si no lo condenas, si lo aceptas, si lo recibes como algo que Dios ha permitido, porque a veces cuando te acorralan tanto los malos, la única solución sería morir, pero para Dios no ha llegado tu hora, así que ¡vive!, ¡vive y sufre!, hasta que se cansen, hasta que se les acaben las armas, tanto psicológicas, como verbales y físicas. ¡Tú resiste!, este es tu sublime deber de cristiano, como Cristo, que solo, aguantó tan terribles dolores, psicológicos, verbales y físicos, y ya sabes que Él, es el Camino, y siguiendo su camino, muchos harán contigo semejante a como le hicieron a Él, porque Dios estando contigo, siguen haciéndoselo a Él.

Otro favor que te pido, hijo, hija, aparte de aceptar y resistir el dolor, es que no quieras comprender al mal, porque intentándolo comprender, juzgas a Dios, que prohibió toda forma y manera de mal y maldades. Si quien te daña no cumplió con los 10 mandamientos, aunque tú, antes, no hubieras cumplido con ellos, y que incluso, tu pecado a Dios lo hubiera dañado, todo y siendo así, no justifiques el pecado de otros, porque de hacerlo, tendrías que justificar el tuyo, y Dios quiere que aceptes tu pecado como que cada uno acepte el suyo. ¡Los hechos son la realidad!, y si AHORA, alguien peca contra Dios, yendo contra ti, acepta el sufrimiento, pero no escondas su pecado, por tus pecados. Él-ellos se portan mal, ¡acéptalo!, como si tú te portaste mal, lo aceptas, y si no te hubieras confesado, te vas a confesar, pero no unas ¡jamás!, JAMÁS, tu pecado con el suyo, porque caerías en la depresión de los justos, de los que buscando justicia, y viendo a todos malos, decidieras acabar con tu vida. ¡Dios ya sabe que ni uno de vosotros es bueno!, ¡lo sabe, mi querido hijo, mi querida hija!, por eso vino al mundo y se hizo hombre y murió por todos.

Existe la cadena del amor, que es hacer obras de bien, y esta es la cadena a la cual todos deben unirse.

Nunca hay que unirse a la cadena del mal: “me hacen, les hago”, o “me hacen porque les hice, y entonces es mi pecado quien es el más malo, que les hace pecar”.

¡¡NADIE HACE PECAR A NADIE!!

Todos pecan porque quieren. ¡Dios es justo!

Sí que uno puede pecar, porque “no le queda otra”, o mata en defensa propia o muere.

Pero cuando te hagan daño, no vuelvas a pensar, ¡nunca más!, que es porque tú les dañaste. De haber sido así: ¡que se aguanten!, y tú ¡aguanta ahora el dolor de sus pecados! ¡Somos Iglesia!

Debes comprender que hay quien te agrede teniendo razones, o por sus razones, sean contra ti habiéndole hecho daño, o no habiéndoselo hecho.

¡NUNCA JUSTIFIQUES EL MAL! ¡¡¡JAMÁS!!!

Aunque tú fueras el culpable de que el dolor que hiciste a otros, por tu imperfección, involuntaria o voluntaria, sea ahora la reacción de ellos, al ir contra ti por algo que pasó, algo que le dijiste, algo que le hiciste, y él-ella se dolió de ello, y te devolvió mal por mal.

¡¡¡Está terminantemente prohibido por la Ley de Dios, devolver mal por mal, y por bien!!! Así que quien te daña es reo de culpabilidad contra ti delante de Dios.

¡Que todos se vayan a confesar y obren el bien siempre, por el bien recibido y por el mal recibido!

Quien va haciendo daño no es bueno, no es alguien bueno, es una persona mala, haga el mal por el mal recibido, aunque sea un mal tuyo, o haga el mal por sí mismo o porque se lo han pedido.

Tienes que tener claro este asunto, si no enloquecerás y desearás la muerte, ¡y es lo que algunos quizás quieran!, ¡que mueras! Pero, aunque algunos quizás lo quieran, DIOS TE AMA, Dios te quiere vivo, sufriendo, como Él sufrió.

No tiene nada, NADA que ver, tu maldad, con la maldad que te dan. ¡NADA QUE VER!, porque Dios, a cada uno, y a todos, ha dado la capacidad de hacer el bien, de devolver bien por mal y por bien. Eso hizo Jesús, y todos debéis seguir su ejemplo, ¡el Cordero!

Si tú cometiste pecados, y sé que lo hiciste, porque todos cometen pecados, entonces, si aún no los has confesado, ¡vete a confesarlos!

Si otros cometen pecados, incluso contra ti, haciéndote sufrir, acepta este dolor, acepta que son malos, acepta que necesitan de tu ejemplo, de tu oración, ¡de confesión!

Vivís juntos en el mismo mundo, pero Dios juzga a cada uno, y aún el mal de uno es un bien si se cree, si se confía, si se acepta TODO para Gloria del Sumo Bien.

Antes, muchos ofrecían sacrificios a Dios, o a los dioses, incluso los satánicos ofrecen sacrificios a Satanás, pero todo esto NO ES NECESARIO, sólo os basta amar a Dios con todo vuestro corazón, con todas vuestras fuerzas y con todos vuestros pensamientos en positivo, sabiendo que Dios, Jesús, te Ama, y vino al mundo, vía, conducto, las entrañas de la Purísima Virgen María, para que los sacrificios no fueran como antes de su Sacrificio, sino que después de ofrecerse Él mismo, sólo se le puede ofrecer a Dios, EL BIEN; todo lo demás ES PECADO MORTAL, es decir: quien no hace el bien, morirá e irá al Infierno Eterno, por el mal que ha hecho, se lo hayan hecho antes a él, o no.

No quieras morir porque los demás te hagan sufrir tanto que te parezca que mueras.

Un consejo, mira otras cosas, no te obsesiones. Aunque es natural que pienses en el mal que te dan, porque lo recibes, pero te sugiero, que aceptándolo, hagas planes de futuro, planes de cosas buenas que quieres hacer, y ¡por Dios!, todos tus pecados ya confesados!, no los regreses a tu mente, porque no es bueno recordar el mal, uno tiene que vivir en el ahora de ser bueno y hacer el bien.

¡Por fin he conseguido que dejes de sufrir!, me tenías preocupado, ya que, ¡Dios te Ama tanto!, y tú, pensando en tu pecado, pensando en ese dolor que recibes de los que dañaste y se vengan del dolor que les diste, cuando a lo mejor lo hiciste sin darte cuenta, o por costumbres humanas. La próxima semana os hablaré de las costumbres humanas, como la de gritar al responder a cosas sin importancia, o la indiferencia… a veces esos actos han puesto rencor en los corazones de los débiles, y una vez por dinero, o poder adquirido, van y se vengan del dolor recibido, porque algunos creen que la fuerza la da el dinero, el prestigio, y no, la fuerza está en el corazón; quien tenga más capacidad de hacer el bien, de dar buen ejemplo, este es el más fuerte, ¡los santos siempre ganan!, por eso van al Cielo ¡volando!

Tú, sé de los santos, y si sufres hoy por el dolor que otros te dan, y que se fraguó en su corazón, por el dolor recibido por ti, queriendo o sin querer, o porque son malos, o porque se lo han pedido, primero: acéptalo, segundo: resístelo, tercero: haz bien por mal, cuarto: reza por ti y por ellos. Sí, primero por ti, para que no peques contra ellos, y por ellos, porque no pequen contra ti. Y, te digo hijo mío, que verás brillar el sol al alba, porque la oración lo puede todo.

Otra cosa más, si los que te dañan son personas de tu familia, sé que te dolerá más, pero recuerda siempre la verdad, tu verdadera familia es Dios, y esa, ¡jamás! te traicionará, y además, TE NECESITA, porque ellos no están en esta vida, y tú los representas, para propagar las cadenas de amor.

Y otra cosa más, aunque alguien de tu familia, o varios de tu familia no te amasen, aunque ninguno de tu familia te amase, ¡Dios te Ama!, y quiere que vivas; ¡vive!

Dios quiere que aceptes el sacrificio de tu dolor, este de una posible venganza a una injusticia tuya, o a faltas de carácter tuyo, que dañaron a otros, o por malos entendidos… ¡Acepta todo lo que Dios permite!, como Dios permitió que Su Hijo Cristo muriera por ti, ¡por todos!, para que la Cruz sea un punto de unión y no de separación, y la Cruz es dolor, porque allí Nuestro Señor Jesucristo sufrió mucho, muchísimo, hasta que no pudo más y murió. Así que ya sabes la medida para aguantar el dolor que recibes y te dan: ¡hasta que tuvieres que llegar a la muerte! Y no vas a llegar a eso, porque rezando, Dios te hará partir del lugar de donde sufres tanto, para llevarte a nuevos prados, allí donde la paz está en servirle con todo tu corazón, haciendo el bien, por amor a Dios. La palabra mágica es CARIDAD.

Dios espera de ti la aceptación de tu dolor, por su amor.

¡Dios te Ama! ¡Vive!

Con afecto sincero.

 P. Jesús

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68 Carta / A ti, que haces tantas cosas por costumbres humanas

Domingo, 4 de diciembre de 2.011

A ti, que haces tantas cosas por costumbres humanas,

y es normal que las hagas, porque has aprendido tantas cosas por el ejemplo de los demás, y si es un buen ejemplo, te irán bien estas costumbres adquiridas, pero si son mal ejemplo, mejor no las sigas.

Llega un momento en la vida de toda persona, que debe plantearse la libertad, el que es libre y puede hacer con su vida lo que quiera; porque muchos que obran mal haciendo el mal, lo hacen siguiendo las costumbres de los demás, porque no sólo se imita el bien, sino que se imita todo, por eso es deber de cada uno decidir lo que quiere hacer en su vida; decidirlo por sí mismo-a, sabiendo que lo que haga es lo que deja de suyo en este mundo; es por lo que se le juzgará. ¡Tú eres libre!

¡Libre!

Verdaderamente LIBRE. ¡De verdad!

Si no empiezas a asimilar esta realidad tuya, desaprovecharás tu vida, siguiendo lo que hacen muchos por el hecho de seguirlos, de imitarlos, sin saber si es esto lo que quieres hacer, lo que te conviene, o incluso, si puedes mejorarlo. Dios te ha dado la vida, tu vida, para que con ella, con tu vida, hagas una obra maestra, que hagas lo que más quieras y te guste. Estás en este mundo para realizarte como persona, y puedes aspirar a cualquier cosa que pienses hacer, y siendo algo bueno, unido-a a Dios, no te va a faltar la inspiración, el tiempo, los medios, los recursos y la ayuda de quien Dios te acerque para que, ayudándote esa persona, también se ayude a vivir con responsabilidad de que cada uno es importante y necesario. Tú eres importante y necesario. Lo que no necesitas, lo que te carga la cruz con carga falsa y muy pesada, son esas malas costumbres adquiridas por imitación. ¡Tú eres tú!, sé tú, y sé mejor de lo que eres ahora, decide cómo hablarás, cómo te moverás, cómo vestirás y pensarás. Puedes ser una persona nueva y mejor, porque ERES LIBRE, y Dios te ha dado, nos ha dado a todos los hombres, a todas las personas, el sentido común, el raciocinio, el libre albedrío. Tengas la edad que tengas, decide disfrutar de tu vida siendo bueno-a, mejor en obras de caridad; hazlas todas ellas, todas tus obras, para Dios, para Jesús, que es Dios. Dile como el enamorado, la enamorada perfecta: “seré como Tú quieras”, y selo. La vida te va a brindar muchas y nuevas oportunidades. Empieza a escribir el guión de tu vida, decide lo que dirás tú, lo que harás tú, como personaje principal de la misma, de tu propia vida. Tú, sabes bien, que si escribieses un guión, puedes decidir qué hará el personaje ante una situación o un comentario de otro, tú sabes que cuando uno escribe un guión, puede cambiar la historia por un comentario del protagonista, por una acción; pues, antes de hablar, de obrar en tu vida, en tu propia vida, piensa qué dirás tú como personaje para que la obra, el guión vaya por donde tú quieras. Si tú quieres llegar al Cielo, hay ciertas cosas que no puedes decir, ni obrar, ni tan sólo pensar, porque eso hace cambiar la trama, la historia. Si tú quieres salvarte, debes ir a Misa, debes confesarte; si vas a un prostíbulo, no encontrarás buenos amigos-as allí; allí se va a pagar para tener sexo, no se va a encontrar amistad; cada cosa tiene su lugar, y quien gana dinero con su cuerpo, no puede ser que a ti te dé amistad decentemente y sin nada a cambio; porque quien no sabe respetarse a sí mismo-a, si vende su cuerpo, ¿qué no hará contigo?; te traicionará, porque no sabe ni ser fiel a sí mismo-a; ¿cómo va a ser fiel contigo? Las cosas son como son, no te engañes, ni te dejes engañar; si quieres buenos amigos-as, no vayas a un prostíbulo, ve a un lugar donde las personas se esfuercen en servir a los demás, donde la virtud y la pureza sean valoradas, para que se te valore a ti, para que no caigas en manos de malhechores y rufianes. Tú decide, ¡decide!, y aprende a decir NO, muchas veces; no a la impureza, no a la concupiscencia, no a la intolerancia que tienen los que venden su cuerpo, que quieren que todos hagan lo mismo que ellos, se den, se entreguen, y pueden hablar del placer, pero lo que quieren es que caigas tú como ellos-as, porque es más fácil hacer caer a otros-as y así justificarse, que levantarse y reconocer que no se ha obrado bien, que se ha pecado, que se ha ido contra la voluntad de Dios; eso es el pecado, ir contra la voluntad de Dios de no actuar como nos creó, perfectos. Cuando se es imperfecto, se peca. El pecado es una declaración de imperfección.

No imites a los imperfectos, y nadie es perfecto. Imita a Dios, a Jesús, el perfecto, imita a la Virgen María, la llena de gracia, la perfecta por la Gracia de Dios. Deja de hacer algunas cosas que haces y las haces por imitación desde bebé, ya eres adulto, ya eres consciente de que puedes ser tú mismo, esa persona que has meditado ser, que has decidido ser, que puedes ser si escribes tú mismo tu propio guión y te haces actor de tu vida, por amor a Dios, sí, por Él, te vences a ti mismo y a tu inclinación al pecado, por el pecado original en el que todos estáis sellados; y decide libremente, con voluntad, por ganarte el Cielo, qué vas a ser de ahora en adelante, LO QUE QUIERAS SER; hazte una lista de la persona que te gustaría ser, decide y aprende a serlo; no te va a faltar la ayuda de Dios, porque sabes bien que tienes a mano los Sacramentos; ¡úsalos!, y confía en Dios, en Jesús, en el que tiene que ser tu ejemplo, el que en todo hizo la voluntad de Dios Padre, hasta llegar al sacrificio total.

Si tú no sabes o no quieres sacrificarte, vamos mal. En mi próxima carta te hablaré de ello, del sacrificio voluntario; verás que es más fácil sacrificarte cuando sepas porqué y cómo.

Te quiero mucho, cuídate bien esta semana, porque muchos no querrán que te hagas cargo de tu vida, muchos no querrán que seas LIBRE. Acepta que te hallarás con esos y sigue viviendo lo que quieras vivir: ¡A volar!

Con afecto sincero.

 P. Jesús

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69 Carta / A ti, que vas a sacrificarte

Domingo, 18 de diciembre de 2.011

A ti, que vas a sacrificarte:

¡Bienvenido a ser persona!, porque la persona sabe que este mundo lo comparte con otros, y que debe aceptar que no todos estarán de acuerdo con uno, es más, muchos querrán impedirle vivir una vida santa, y por lo cual, tendrá que sacrificarse, tendrás que sacrificarte; ¡ya lo sabes, pues!

Se van a burlar de ti, de que te tomes la vida en serio, de que pretendas hacer el bien, y además, sin mirar a quien.

El que quiere hacer un mundo mejor, tiene que construirlo, y para esa clase de construcción, el material es el sacrificio.

Sacrificarse es una combinación de obras y palabras, y silencios de amor, y luchas para que la fe sea, en ti, viva. Tienes que vivir la fe, tienes que confiar en la fe, en Dios, en que Dios te ha dado la vida para que tú la vivas a tu manera, y que esta manera sea a la manera de Dios, que no es una manera difícil ni fácil, sino que es la única manera de vivir bien, de cómo tiene que vivir una persona que quiera vivir al 100%.

El sacrificio es hacer lo correcto, aunque tú, por tu tendencia física o gustos, no tienes una inclinación a hacer eso, o decir eso, o callar eso, o pensar eso, sino que lo haces porque amas a Dios, a Jesús, a ese Niño Dios que nació en Belén.

Las cosas debes hacerlas, decirlas, dejar de hacerlas o decirlas, pensarlas o no pensarlas, según lo que quieras de ti. Si quieres ser una persona de éxito, deberás trabajarte, deberás mirarte como a lo que eres, alguien que puede ser como quieres ser; y para serlo deberás renunciar a cosas y actos instintivos de la persona, deberás pulir tu carácter, renunciar a todo lo malo que podrías hacer, y no hacerlo, y es más, el sacrificio es aún más perfecto, cuando además de no hacer el mal, HACES EL BIEN ¡y sin mirar a quién!

Sacrificarse es hacer algo bueno o renunciar a algo malo, para el bien de Dios, que quiere que se cumplan los 10 mandamientos de su Ley.

Aprende a tener un radar en tu mente, y vigila todo lo que haces o hacen que vaya contra los 10 mandamientos de la Ley de Dios, y procura cumplirlos y que se cumplan. Tu felicidad se basa en esto, en el cumplimiento, tuyo y de los demás, de los 10 Mandamientos de la Ley de Dios.

Aquí te los muestro. El saberlos y guardarlos te dará una nueva perspectiva de vida, la vida de la felicidad, porque uno es feliz cuando vive para un ideal, y el ideal de cumplir con la voluntad de Dios, trae la recompensa de la felicidad humana, porque el hombre, la persona, es feliz cuando hace el bien y lo bueno, aunque tenga que sacrificarse por ello.

No hay nadie más feliz en este mundo, que el que cumple con los 10 Mandamientos de la Ley de Dios, y se peca si va contra uno de ellos, que lo hará; entonces va y pide perdón a Dios en la confesión, y sigue con su plan de vida, la del sacrificio voluntario para hacer un mundo mejor, empezando por él mismo, por ti mismo-a.

Ahora sí que te muestro los mandamientos, AQUÍ: 
http://www.catholicosonline.com/vacaciones_de_amor_a_Dios/15_dias.html

Sacrifícate, pero ¡con alegría!

Léeme la próxima semana y te diré porqué.

Con afecto sincero.

 P. Jesús

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